Central Cee estará actuando en Madrid (30 y 31 de octubre, La Paqui –antigua But–) y Barcelona (1 noviembre, Razzmatazz 1), con todas las entradas agotadas.
La irrupción de las canciones de Central Cee en las playlist de favoritos del público general, aquel que poco sabe de la escena drill londinense, se ha materializado con dos golpes de viralidad en los últimos tiempos: “Loading” primero, una canción que se cuenta entre lo mejor que ha visto la luz en el género y que ha sido capaz, gracias a su sampleo nostálgico y a un delivery espectacular de romper con el techo de cristal. Después, ya este verano de 2022, su hit “Doja” le ha lanzado al estrellato internacional vía Tiktok (como tantos otros a día de hoy) e Instagram. Su primera barra: “How can I be homobophic, my bitch is gay” conecta profundamente con varias corrientes culturales a día de hoy. Desde una posición poco dada a las declaraciones sobre los colectivos LGTBI como es el mundo del drill europeo, Central Cee ha conseguido ese punto justo entre la picardía y la sobriedad. El resultado: la figura del londinense de ascendencia marroquí ha dado el salto a la escena internacional. Hablamos con él en una de las pocas entrevistas que da, poco después de haber sido cabeza de cartel del Festival Covaleda, donde pude disfrutar de un directo minimalista pero con más fuerza del que he visto en la mayoría de raperos o drilleros nacionales.
"Quiero empezar a trabajar con más artistas españoles y pasar más tiempo por ‘ahí fuera'"
Central Cee resuelve con la misma picardía y sobriedad mi primera pregunta sobre aquel concierto: “No es una decisión demasiado consciente, pero por el hecho de que mi carrera haya despegado tan rápido, hay ciertas cosas que no hemos tenido tiempo de hacer. Supongo que no le doy demasiada importancia porque sé que el principal objetivo del show es verme a mí”. El concierto en este festival reunió a todo el público frente a un hombre solo en el escenario junto a su DJ, con un fondo blanco con un logo. No hacía falta nada más. ”El show fue bueno, pude encontrarme con unos fans geniales, con un cartel guay y tatuajes increíbles, así lo recuerdo. Y pude ver a Morad actuar por segunda vez, lo que estuvo bien”. Morad compartió cartel con Central Cee y también lo hizo Beny Jr. Ambos aparecen –junto a otros– en “Eurovision”, uno de los temas insignia del género, que por su propia naturaleza mira directamente al otro lado del mediterráneo. Sin embargo, lo más especial de aquel momento fue verle interpretar “Doja” en directo para cerrar. Uno tiene pocas veces la oportunidad de asistir a un momento fundacional de la carrera de un artista.
Tiempo. El éxito de Central Cee no puede entenderse sin un concepto clave en una sociedad cultural que consume a toda velocidad una canción tras otra. Su ascenso llegó después de años de cantar y de venir desde muy abajo. En sus inicios ni siquiera contemplaba la posibilidad de vivir de la música. “Empecé a hacer música probablemente sólo para desahogarme; sólo para sacar lo que llevaba dentro. No fue para hacer negocios, era algo que hacer, como la terapia cuando era joven. Eso lo transformé en hacer música más que en un negocio”. Desde entonces dos trabajos como “23” (22) y “Wild West” (21) que cuentan con millones de reproducciones en todo el mundo gracias a un estilo que rompe con lo establecido de forma evidente.
En España, el recorrido de Central Cee le ha llevado a ganar dosis de popularidad muy importantes. Sin embargo, nada de esto hubiera sido posible sin el estallido de la propia escena nacional: Central Cee confiesa que está “al tanto de un entorno pequeño como el de los artistas con los que he trabajado ya como Morad, Beny y esos chicos. La música del barrio. Me gustan, y también estoy intrigado por saber más, por descubrir más. Quiero empezar a trabajar con más artistas españoles y pasar más tiempo por ‘ahí fuera’, no sólo España, sino incluso en otros países de habla hispana en Sudamérica. Creo que sería genial hacer eso”. Ocurre que, a diferencia del trap, del que Central Cee es evidente deudor como nos comenta durante nuestra charla (“si no fuera por los raperos de mi ciudad que hacían trap rap, como Krept y Konan, o los otros artistas que estaban haciendo grime antes del trap, entonces el drill no sería lo que es"), que el drill no ha logrado entrar en los circuitos mainstream de nuestro país, como si consiguió su predecesor. En Reino Unido, sin embargo, sus artistas encuentran una respuesta diferente de las radios. El caso de “Doja” es curioso precisamente por eso. Después de su rápida popularización, las radios querían hacerlo sonar a todas horas. Central Cee tuvo que grabar una versión clean cuando la gracia de la canción es una de esas frases prohibidas para la difusión radiofónica convencional. Aún así, esto demuestra la posibilidad de extensión de un género que en el mundo de habla hispana no ha encontrado todavía las mismas puertas abiertas. “La ciudad está más avanzada. Quizá más adelantada, más abierta. Es algo que acaba de nacer, hace cinco o diez años no era posible, pero de la misma manera que en España es difícil para los chicos ahora, tal vez en cinco o diez años o menos podría notarse una avance. Se trata de que la gente rompa las barreras. Esto llevará tiempo. Tampoco en el Reino Unido fue siempre así”.
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