Lo que probablemente no tenía en mente este germano era acabar convirtiéndose en uno de los nombres más reclamados por clubes y festivales del mundo entero, así como por artistas de nombres bien populares (Moby, Fatboy Slim, Kelis, Placebo, Garbage o la mismísima Madonna), ávidos de sus remixes revienta-pistas. Algo sorprendente, si tenemos en cuenta que este “Loud” (Perfecto/Pias, 02) recién editado es su primer álbum como Dios manda, tras “Music For The Maases”, antología de maxis y remixes, y “Connected”, una sesión para el sello de Paul Oakenfold, el rey del trance, con el que compite por el trono del género, pese a que Maas se distancie ahora con declaraciones como: “Nunca me he visto como un Dj de trance. Cuando me preguntan, digo que hago música funk, house sucio y funky. Por supuesto tiene elementos del trance, pero no son los fundamentales”. Algo que difícilmente suscribiría nadie que escuche temas recientes como “Manga” o “Like Love”.
“Como productor, ¡¿A quién no le gusta la idea de remezclar a Madonna?!” |
Aunque sí es cierto, que el nuevo disco le ha dado libertad para tocar todos los palos de la electrónica y dejarse influenciar por el rock o el pop. “Ha sido genial hacer un álbum como éste, con música que me gustaría escuchar a todas horas. Canciones como ´Bad Days´ y ´Caravan´ pisan un terreno más relajado, que no había podido explorar antes”. Maas, que compró su primera mesa de mezclas a unos tiernos diecisiete años y no se habla con la mitad de su familia porque en sus inicios no creyeron en la rentabilidad de su afición por los platos, fue de los que se fogueó con el techno a finales de los ochenta, cuando los clubes se llamaban “discotecas” y sus dueños le exigían que se “dejara de mierda y pusiera a los Dire Straits”, que la electrónica era una moda pasajera. Tanto le agobiaron que durante una temporada se dedicó a vender teléfonos móviles. Pero un día le invitaron a pinchar en una pequeña fiesta que desbordó sus previsiones de público y el gusanillo volvió a picarle. Acabaría coincidiendo con Gary D, un clásico del hard trance alemán, y a medias facturaron su primer éxito, “Die Herdplatte”, que le valdría un billete a la cosmopolita Inglaterra. A la vuelta, Maas decidió liarse con la ex novia de Gary D y ahí acabó su amistad, pero sería entonces cuando nuestro protagonista conocería a su eterna pareja: Martin Buttrich, el productor que a día de hoy sigue siendo su mano derecha y con el que pasaría a primera división con los hits “Mama Konda” (bajo el pseudónimo Orinoco) y el remix del “Doom´s Night” de Azzido Da Bass, que extra-oficialmente dio inicio a la financieramente provechosa era del UK Garage. Y ahí comenzaron las llamadas de celebridades. “Hemos rechazado (Maas usa el plural para incluir a Buttrich) ofertas de nombres muy, muy famosos, cuando musicalmente no nos sentíamos a gusto con el proyecto. Pero, como productor, ¡¿a quién no le gusta la idea de remezclar a Madonna?! Es un reto y siempre es agradable trabajar con grandes voces”. Sobre todo cuando se convierte en una calle de dos sentidos y puedes contar con la colaboración de Kelis o Finlay Quaye. “A medida que hemos ido creciendo, más puertas se nos han abierto, lo que es fabuloso. Ha sido fantástico poder trabajar con Kelis o Finlay en ´Loud´, cada uno con un estilo completamente distinto”. ¿Se ha quedado con las ganas de contar con algún nombre? “No es ningún secreto que nos encantaría trabajar con alguien como Busta Rhymes... pero ya veremos... a veces es mejor no hacer demasiados planes”. Escribir nueva música, remezclar a otros artistas, actuar alrededor del mundo. No todo lo hará por placer, seguro que algo es sólo por pagar el alquiler... “Me encanta ser Dj. Llevo en esto muchísimos años y es mi verdadera pasión. Aún sigo mezclando un compacto al mes sólo para mis amigos. Me encanta hacer música, pinchar música y remezclar temas. Claro que hay cosas que haces por dinero, pero sólo las hago si me proporcionan algún placer, si no no resultarían auténticas”. También hay quién opina que la música electrónica era mucho mejor antes de que los Dj´s se convirtieran en estrellas multimillonarias y reconocidas mundialmente. “Aunque no me quejo, aún me resulta extraño recibir tanta atención. Supongo que la gente necesita tener celebridades”. Sí, como las de cierto concurso televisivo...
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