“Se me da bien hacer cosas no muy lógicas”
EntrevistasCatuxa Salom

“Se me da bien hacer cosas no muy lógicas”

Aída L. Rosell — 15-01-2025
Fotografía — Aigi Boga

La Nathy Peluso gallega. Definirla así sería lo fácil, pero tras la música de Catuxa Salom hay un trabajo de creatividad y disciplina a partes iguales. Una combinación de estilos que, según destaca la propia autora, le sale “muy innato” y puede encontrarse en “Cāldo” (Auto, 24).

“Es educación del oído, me sale muy innato. Tengo muchas cosas que mejorar, pero esta se me da muy bien, elegir los sonidos y mezclarlos”, resalta la artista gallego-argentina Catuxa Salom en una entrevista con Mondo Sonoro que tiene lugar en la churrería San Pedro de Santiago de Compostela. Es la una del mediodía, así que "ya se acepta todo", pero ella se decanta por el chocolate clásico. Hasta ahí su apuesta por lo ortodoxo. En “Cāldo”, su primer largo, la cantante, actriz y socióloga junta djembés, guitarras eléctricas, bombos legüeros y electrónicos, panderetas y sintetizadores. “Se me da bien hacer cosas no muy lógicas que se mezclan y quedan bien... ¡Minipunto para mí!”, bromea.

Catalina nació en Vilagarcía, de padres argentinos y abuelos italianos. A los catorce años entró en una compañía de teatro y desde entonces no se ha bajado de los escenarios. Aunque no sea literal, ya que durante un tiempo tocó en la calle. Con diecisiete se fue a Madrid y estudió sociología y arte dramático. Estuvo en diferentes compañías semiprofesionales. “Con veintidós años me rayo, me empecé a dar cuenta del funcionamiento del mundo del cine y me desencantó muchísimo”. Deja entonces la actuación y empieza a tocar en el Rastro. Forma una banda de country. Con estudios de piano, en su entorno familiar “hay mucha música”, pero nadie toca instrumentos de forma profesional.

“Éramos cuatro chicas”, explica sobre la banda. Hicieron una gira por Europa y les iba genial hasta que les robaron la furgoneta. “Con tanta tensión, el grupo se disuelve”. Entre churro y churro, prosigue el “gran resumen” de su viaje vital, el que le llevó de Catalina a Catuxa. “Me voy a Francia a trabajar plantando puerros. Luego a California. Estoy dos años allí. Decido volver y durante el vuelo indican que hay una pandemia”. En Madrid, en esta ocasión, duró uno o dos años, periodo en el que tuvo tiempo de comprar un looper. “Ahí empieza el proyecto de Catuxa Salom, aunque aún no tenía ni idea. Me dije a mí misma ‘¿Qué hago yo en esta ciudad?’, así que vuelvo a Galicia, pero queriendo probar otra cosa”.

"Me di cuenta de que no sabía qué hacía en Madrid y volví a Galicia"

Con cuatro amigas se muda a una aldea de A Pontenova (Lugo), a una casa en alquiler. “No sabía ni dónde estaba. Era una especie de comuna y rollo hippie que inspira mi primer EP en una romantización del mundo rural. Pero después pasa el tiempo y te das cuenta de que no es así”. “Cāldo” nace de su interés por un abordaje "más emocional". Con un discurso centrado en los cuidados, valora que muchos músicos estén poniendo ahí el foco, así como en el baile, con el mensaje de levantarse de la silla para no quedar oxidado. Recomienda escuchar estos nueve temas con “la mente muy abierta” y subraya que su misión es “que te haga bailar, pero también prender una pequeña chispa de conexión. Me conformo con mantenerme fiel a mí misma y continuar sin presión, aprendiendo a separar Catuxa y Catalina”. Con un objetivo innegociable, eso sí. “Que Catalina esté tranquila y Catuxa baile mucho”.

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