“A Coldplay los veo como a gente que sabe que su fuerte es la música y no tirar cosas por las ventanas” |
Aunque Walsh apenas cuenta veinte añitos, hace ya tiempo que terminó el curso de guitarra CCC. (Stelfox) “Ya hace muchos años que estamos juntos, nos conocimos alrededor de una escuela de música en Wigan, cerca de Manchester”. Quizás sea el influjo de la antigua capital del Northern Soul lo que les empujó a amar la música. “No, no creo (risas). No hay mucho que hacer en Chorley, ¿sabes? James (Walsh) apareció por allí siendo mucho más joven que los demás, pero ya destacaba por su entusiasmo y sus ganas de aprender”. Por entonces, la banda se completaba tan sólo con Ben Byrne (batería), y no empezaron a dar que hablar en los corrillos más enterados de Londres hasta que se les unió el teclista Barry Westhead. (Walsh) “Enviamos un montón de maquetas, pero hasta que no tocamos en Londres no empezamos a notar el interés de las compañías”. En este momento de relativo impasse artístico y, sin duda, de desorientación de la prensa inglesa, su figura se agiganta junto a la de Coldplay con los que muchos les comparan y otros les enfrentan. “No conozco personalmente a la gente de Coldplay, pero los veo como a gente que sabe que su fuerte es la música y no tirar cosas por las ventanas (risas). Es difícil que algo así (la guerra mediática entre Blur y Oasis) vuelva a pasar porqué me da la sensación de que todas estas nuevas bandas están realmente más interesadas en la música que en cualquier otra cosa”. Cierto, aunque sólo sea (otra) pose cuesta imaginar a la gente de I Am Kloot, Kings Of Convenience o Turin´ Breaks vaciando minibares o aterrorizando azafatas. Pero las experiencias de las canciones de James Walsh distan mucho de ser un oasis de bucolismo, se centran (y quizás abusan) en la eterna glosa de la derrota social, sentimental o del propio ego. ¿No eres muy joven para acumular tanta amargura? “Un par de canciones, que no voy a citar, son absolutamente confesionales, pero la mayoría, pese a lo que piense la gente, no se refieren a mí, sino que parten de situaciones que me hacen reflexionar, de cosas que les pasan a gente que conozco o de películas o libros...”. Todo ello envuelto en un atractivo paquete que rezuma clasicismo y tradición (Jeff Buckley, el Neil Young acústico de “Harvest”) y donde la guinda la pone la quejumbrosa voz de James, hiriente aun ahogada en alcohol. En directo, versiones de Gram Parsons (“Hot Burrito No. 2”) y de Van Morrison (“The Way Young Lovers Do” cara B del single “Good Souls”) certifican sus influencias y su valentía. “No me importa si ya alguien ha hecho la misma versión. Sé que nunca llegaré al nivel de Jeff Buckley (su versión en directo de “The Way Young Lovers Do” aún no ha sido superada), no pretendo competir, sólo mostrar a la gente lo que me gusta”. Oye, ya que llegamos a Jeff, ¿qué grupo era el que lo citaba como influencia y que te animó a investigar sobre él? Tras una duda interminable, James responde: “Embrace”.
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