Carretera y manta
EntrevistasMarah

Carretera y manta

J. Batahola — 12-02-2008
Fotografía — Archivo

La vida en la carretera no siempre es excitante, por lo menos no tanto como muchos artistas nos han hecho creer. Esta vez, los hermanos Bielanko nos hablan de la soledad del rockero de fondo en “Angels Of Destruction” (Munich/Junk), su sexto disco. Nos visitan este mes: Valencia (22 febrero), Zaragoza (23), Madrid (27), Santoña (28), Bilbao (29), Barcelona (1 marzo) y el 2 de marzo en Mallorca.

Un sábado cualquiera de invierno, el centro de Madrid no debe ser muy diferente a Philadelphia, la quinta ciudad más poblada de Estados Unidos. Es difícil pasear tranquilamente por la Gran Vía y ver a una pareja de turistas desorientados preguntando por el Palacio Real me hacen pensar en lo curioso que debe ser despertarse cada día en una ciudad distinta. Tendemos a pensar que la vida del rockero medio debe ser un contínuo festival desenfrenado, pero si los músicos coinciden en la ansiedad que les genera visitar medio mundo y, en general, no salir de una rutina similar en todas partes; lo mismo no es tan divertido.

"Queremos que la gente sude con nosotros, y estoy convencido de que ahora mismo es nuestro mejor momento"

Serge y Dave Bielanko no tienen nada que hacer hoy y no recordaban que teníamos una cita. Aun así, y con una amabilidad que a mí mismo me faltaría si alguien viene a pedirme algo en mi día libre, apuran el café y me desmontan el mito del rockero desfasado antes de que la grabadora se quede sin batería. En menos de diez minutos Dave me está hablando de su madre, y de lo que le satisface que ella esté tranquila sabiendo que al menos, se gana la vida con lo que más le gusta. “Serge y yo crecimos sólo con ella, que pertenece a la generación que ha vivido el rock’n’roll clásico. Sabe que es un mundo difícil y está realmente orgullosa de que sus dos hijos puedan vivir haciendo lo que más les emociona en el mundo: tocar en una banda. Claro que le gustaría vernos más a menudo, y sabe cuánto hemos trabajado para llegar a donde estamos. No es que seamos millonarios, pero podemos salir adelante aunque no siempre es fácil”. Hablamos sobre las ventajas y desventajas de un trabajo de nueve a seis y, llega a la conclusión de que no debe ser tan castrante si por lo menos te gusta lo que haces. “Esta profesión es dura, muchas veces me levanto sin saber qué va a ser de mí en los próximos meses y me dan ganas de dejarlo todo, pero al final me doy cuenta de que somos realmente afortunados. Supongo que la gente piensa que llevamos una vida muy emocionante, pero moverte de un sitio a otro a lo largo de un país extraño en furgoneta no es agradable al cien por cien, y echo de menos a mis amigos de toda la vida, pero cuando vuelves a casa tienes muchas cosas que contar. De todas maneras, cuando subes al escenario se te olvida todo”. Por muy mal día que hayas tenido, un concierto de Marah levanta el ánimo a cualquiera. No te quedan más opciones mientras que estés dentro de la sala. Sobre las tablas se convierten en un nubarrón tóxico de sudor, hormonas, promesas de placeres que uno desea le hagan sentir culpable. De lo que sea, eso es lo de menos. “Nuestros conciertos son bastante diferentes de nuestros discos. No podemos darle al público lo mismo que puede escuchar en su casa porque sería un engaño. Queremos que la gente sude con nosotros, y estoy convencido de que ahora mismo es nuestro mejor momento. Después de muchos años por fin tenemos una formación estable, nos entendemos dentro y fuera del escenario, hemos grabado el que puede que sea nuestro mejor disco y estamos realmente ilusionados con lo que nos espera de aquí en adelante”. Muchos músicos han pasado por Marah. Algunos se cansaron de la vida en la carretera y otros, sencillamente, se hartaron de aguantar a Dave, que no duda en reconocer su parte de culpa en el asunto. “No es fácil estar todo el tiempo de gira. Dejas de ver a tu familia y a tus amigos, y es un problema mayor cuando el dinero escasea. Las personas que forman el grupo en esta nueva etapa llevan mucho tiempo tocando, saben de qué va el negocio y que para mantenerte tienes que estar todo el tiempo de un sitio a otro tocando. No vendemos suficientes discos como para permitirnos no dar conciertos continuamente, y afortunadamente lo que sí tenemos son unos fans muy entusiastas”. Sobre todo en España, un lugar que la banda visita con frecuencia en gran parte debido a lo bien que les tratan sus promotores cada vez que les montan una gira por nuestro país. Cansados, habían tocado en Londres la noche anterior, quisieron celebrar con ellos su décimo aniversario con un concierto de los que hacen afición. El espectáculo debe continuar, aunque el que que empuña la guitarra no esté para muchas fiestas. “La lección más dura que me ha dado la música en todos estos años es que el músico no es alguien tan importante. Es paradójico el que por una parte no puedes creerte la banda más cool del mundo, pero por otra tienes que estar a la altura de lo que la gente quiere cuando viene a verte, que es divertirse. No siempre es sencillo”. La grabadora decide, también, tomarse el día libre y terminamos hablando sobre lo horrible que está Londres durante las navidades y las ganas que tienen de volver a casa al día siguiente.

Un comentario
  1. That's an ingunioes way of thinking about it.

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