"Sólo quiero rendirle tributo a mi manera a las películas de terror"
EntrevistasCarpenter Brut

"Sólo quiero rendirle tributo a mi manera a las películas de terror"

Fernando Acero — 02-05-2022
Fotografía — Archivo

La fiebre de las colaboraciones es algo que va más allá de lo más viral de Spotify. El sádico aunque colorista mundo de Franck Hueso, o Carpenter Brut para que nos entendamos, ha avanzado un capítulo más en su trilogía conceptual en “Leather Terror” (Virgin, 22), y con él un impresionante abanico de músicos invitados que van desde Converge a Ulver pasando por Sylvaine o Tribulation.

Su synth wave, tan heavy como fresco, toma un giro más oscuro en este nuevo capítulo, en el que su estética general adquiere peso, monumentalidad y madurez alrededor de una trama teñida del revanchismo salvaje más propio de los films slasher de los años ochenta. Hablamos con él sobre esta incursión hacia las tinieblas y la gestación de esta nueva bestia, que podremos disfrutar el próximo sábado 8 de octubre en el barcelonés AMFest entre melodías coreables y toneladas de sadismo retro.

Uno de los aspectos más notables de este nuevo álbum es la ausencia intencionada de guitarras, a pesar de que las líneas de sintetizador parecen emular el comportamiento de una guitarra eléctrica. ¿Qué es lo que ha motivado este cambio? ¿Cómo transformará este concepto la experiencia del directo?
Para el directo mantendremos a Adrien [Grousset] a las guitarras, ya que eso siempre da más potencia y además seguiremos tocando canciones antiguas. Aún así es cierto que para este álbum quería limitarme a utilizar sonidos de sintetizador que sonaran grandes, si bien es cierto que en Carpenter Brut siempre han habido pocas guitarras, a excepción del álbum “Leather Teeth”. Mi objetivo era el de ver si era posible conseguir un sonido masivo sin guitarras. La verdad es que fue un reto. Y bueno, al igual que había artistas como Queen que especificaban que no había sintetizadores en sus discos, ya que eran vistos como muy cursis entonces, quería hacer un álbum levemente metal sin guitarras [risas].

'“Leather Terror” es una compilación de mis gustos musicales. Me gusta tanto cosas más funk como las bandas sonoras o el sonido oscuro de In Slaughter Natives"

En términos generales, “Leather Terror” marca una evolución hacia un sonido más metal, más amenazador. Siendo predictivos, la mayor parte de los grupos suelen asociar la idea de “evolución” a sonidos más electrónicos. ¿Qué ha motivado ese cambio a contracorriente? ¿Tiene algo que ver con el storytelling de esta trilogía conceptual o hay algo más?
Cuando salió “Leather Teeth” introduje a varios personajes en la historia: el protagonista, Bret Halford, el geek de la química súper fan del glam rock y secretamente enamorado de Kendra, la animadora que, a la vez, estaba enamorada de Chip, el quarterback más popular del instituto. La historia iba sobre amor, glamour, recuerdos de adolescencia, celos, ira y traición. También sobre transformación, ya que al final de la historia Bret, que está desesperado por volver al equipo de fútbol americano que le humilló en una fiesta del instituto, hace una poción para controlarles que termina por desfigurarle. Ahí es cuando decide que un día se vengará, pero de mientras se entrega en cuerpo y alma para convertirse en una estrella del glam bajo el nombre de Leather Teeth. Necesitaba dar guía a todos esos sentimientos, por lo que el sonido debía ser en general más ligero y menos oscuro. En “Leather Terror” han pasado ya cuatro años: Bret Halford se ha convertido en una estrella del rock obsesionada por la venganza. Por ello, el álbum debía ser más maduro, oscuro y agresivo que el anterior. Así que sí, la evolución musical sigue la historia del personaje y de la historia. También sigue la evolución musical entre 1987 -– fecha de “Leather Teeth”– y 1991, fecha de “Leather Terror”. Intenté inspirarme en los referentes musicales de la época, tomando como inspiración a Nine Inch Nails o Ministry.

Siguiendo con el concepto y el personaje, su evolución parece seguir un camino progresivamente más oscuro y marcado por la “sed de sangre”, abandonando así algo del sentido del humor habitual en Carpenter Brut y algunas de las visuales de Silver Strain al inicio de esta trilogía. ¿Es más oscuridad lo que hay al final de este camino?
Puedo asegurarte que mi narrativa no va a cambiar en lo más mínimo, sigue en la línea del más puro film slasher/revenge de los ochenta, con todos sus clichés y humor subyacente. Es cierto que este es el punto más oscuro de la historia de Bret, ya que se venga de todos aquellos que le humillaron en el instituto. Creo que la tercera parte será una mezcla de ambas facetas: tan oscura como alegre. También quería dejar de lado la estética de película de serie B y dar paso a una estética más personal. Como músico siempre has de encontrar formas de evolucionar y encontrar nuevos caminos que explorar. Las historias y los conceptos te ayudan a mantenerte enfocado en una dirección y a la vez te obligan a tener que cambiar tu propia fórmula.

Dentro de esta parodia sobre el cine de terror ochentero, ¿cuánto hay de ti en este personaje?
Bret Halford, aka Leahter Teeth, es un cliché de villano de película slasher tipo Jason [Voorhees] de “Viernes 13” o Mike Myers de “Halloween”, salvo por el detalle de que es un chaval al que le encanta el glam rock –siendo algo así como una mezcla entre Bret Michaels y Rob Halford– y que se ha convertido en una estrella adicta a los psicotrópicos, lo cual le hace navegar entre su faceta de rockstar y la de las alucinaciones en las que se ve a sí mismo como un vengador implacable, siendo incapaz de distinguir qué es real y qué no. Por supuesto, como en toda película del género que se haga respetar a sí misma, el malo muere al final, así que evidentemente no hay nada en común entre la historia de Bret y la mía, gracias a dios. Mi adolescencia fue bastante tranquila. Sólo quiero rendirle tributo a mi manera a las películas de terror que me marcaron de adolescente, incorporando un aura de rock.

Esta transformación se hace evidente en el vídeo de “Imaginary Fire”, dirigido por Dehn Sora, cuya contribución ya pudimos ver en el megalítico videoclip de “Fab Tool” junto a David Eugene Edwards. Los trabajos de Sora suelen ser extremadamente sombríos y dolorosos, pero en este caso la paleta ha tendido hacia tonos ocres y, por lo general, parece más cercano a temáticas de ciencia ficción y terror cósmico. ¿Qué nos puedes contar al respecto? ¿Qué crees que incorpora a tu universo?
Sí que es verdad que los trabajos de Dehn Sora suelen ser más negros y grisáceos [risas]. Pero lo que me gusta de él es su visión pesadillesca. En los dos vídeos que ha hecho para Carpenter Brut ha salido de su zona de confort, hablando en términos cromáticos, pero gráficamente sigue siendo cien por cien Dehn Sora. Necesitaba hacer una transición visual que siguiese la evolución del personaje; no creo que hubiese estado bien quedarse en el carácter colorista ochentero del disco anterior. Debía ser más oscuro. Pero por ejemplo para el vídeo de “The Widow Maker” quise ir más hacia los detalles de la vida personal de Bret Halford, con actores reales como Dylan Sprouse, quien me honró con su interpretación de Bret. Me resulta interesante y satisfactorio combinar distintos estilos visuales, ya sea ilustración, dibujo 3D o algo más clásico con actores, set de rodaje y demás. Todo ello contribuye a ensanchar el universo de Carpenter Brut.

Y hablando de visuales: hace un par de años lanzaste la banda sonora de “Blood Machines” de Seth Ickerman, que en términos musicales nos mostró nuevas facetas de tu vertiente compositiva. ¿Qué aprendiste de esa experiencia?
Pues aprendí que hacer música para una película es complicado [risas]. Pero me permitió experimentar con cosas que normalmente no podría hacer en un álbum de Carpenter Brut. Experimenté mucho más con los sintetizadores, procesándolos por delays y muchos otros efectos analógicos. Me divertí componiendo los pasajes más ambientales sin tener que pensar en la estructura de una canción más convencional. Lo disfruté, la verdad. Creo que si vuelvo a hacer bandas sonoras en el futuro seguiré explorando esa parte más experimental, porque fue divertido.

Regresando a “Imaginary Fire”, la canción incluye una de las colaboraciones más inquietantes e intensas del álbum: la de Greg Puciato [The Dillinger Escape Plan], cuyo aporte vocal le da otra dimensión totalmente novedosa al tema. ¿Cómo surgió la idea de colaborar? ¿Fue un single claro desde el principio?
En general, cada vez que escribo una canción, sea o no instrumental, trato de que sea un hit. No me malinterpretes, mi objetivo no es hacer temas de radiofórmula, sólo trato de que mis canciones sean efectivas y fáciles de recordar, y añadir a un vocalista siempre ayuda a cumplir ese objetivo. La canción se compuso teniendo eso en mente, ya que no escribo de la misma forma si sé que habrá voz. Escribí una canción tipo Filter o Deftones, se la enseñé a Ben Koller [Converge, All Pigs Must Die, Killer Be Killed, Mutoid Man] y le pregunté si se le ocurría a alguien que pudiese cantar en él, por pura curiosidad. En realidad yo ya sabía que Ben y él tocaban juntos en Killer Be Killed, por lo que mi idea era básicamente la de que me diese su contacto, pero quise preguntarle de un modo inocente para ver si la canción era buena. Si me soltaba algo del tipo “lo siento, no se me ocurre nadie” me hubiese dado una buena pista sobre la calidad [risas]. En cuanto Greg la escuchó se animó rápidamente, pero en cualquier caso el tema no había sido concebido como single. Sólo quería hacer una buena canción.

"Habrá gente que pensará que hago synth wave pero en realidad no, porque este último álbum es más metal, pero tampoco es metal porque no hay guitarras"

La voz de Greg, el contexto del tema, parece una confluencia ambiciosa entre el nu metal de los 2000 y drum’n’bass a la Pendulum. ¿En qué medida fue la magia del estudio o algo buscado?
La verdad es que sí que creo que fue más la magia del estudio que un deseo en particular. Nos dejamos llevar, creo. De hecho, lo que mola de Carpenter Brut es que no hay presión: si un invitado no funciona lo deshecho y busco a otro o hago el tema instrumental. Carpenter Brut no es un grupo, no tengo compañeros de banda ni compromiso hacia nadie. Hago lo que quiero, lo que me permite probar un montón de cosas distintas y da paso a cosas nuevas.

El álbum incluye varias colaboraciones, incluyendo a Kristoffer Rygg de Ulver –quien ya participó en el tema “Cheerleader Effect”– o Converge. Dada la complejidad logística que supone el panorama pandémico de estos últimos dos años y la distancia entre todos los músicos implicados, ¿cómo de difícil fue coordinar la grabación?
En realidad fue bastante simple, ya que todo el mundo estaba muerto de asco en casa [risas]. No creo que el álbum hubiese sido el mismo en circunstancias normales. Muchos de estos grupos habrían estado en la carretera y los cantantes no habrían tenido tiempo para nada. Ben Koller aprovechó para grabar sus baterías durante una sesión de Converge. Greg Puciato suele trabajar a menudo con Steve Evetts, por lo que tampoco hubo mucho problema. Kathrine [Shepard, Sylvaine], Alex [Westaway, Gunship] y Persha grabaron desde sus casas, y Kris tiene un estudio con Ulver a donde va a trabajar cada día. No estuve presente en las sesiones de grabación, pero todos ellos son muy profesionales y saben lo que deben hacer, por lo que les dejé que trabajasen a su aire.

Hablando de Kathrine Shepard, me sorprendió mucho la emotividad del combo entre “Stabat Mater”, “Paradisi Gloria” y el cierre casi black con “Leather Terror”. Los temas que actúan como continuum entre ellos son algo bastante presente en este trabajo. ¿Qué nos puedes contar al respecto?
“Leather Terror” es una compilación de mis gustos musicales. Me gusta tanto cosas más funk como las bandas sonoras o el sonido oscuro de In Slaughter Natives. Quería terminar este álbum con un final en tres actos, empezando por algo suave como la voz de Kathrine y terminando con algo más salvaje, como la voz de Jonka de Tribulation. Un viaje de no retorno que terminará con la muerte de Bret… Bueno, si más no hasta el próximo episodio [risas]. No me importa mezclar distintos estilos en un mismo álbum, creo que es algo interesante. Si además coincide con los gustos de los oyentes, mejor que mejor. Es un riesgo, pero creo que es de aquellos que valen la pena.

Viendo el álbum en general y todas , ¿dirías que de alguna forma tu discurso musical te permite sentirte parte de una escena musical definida, o dirías que Carpenter Brut es un punto de encuentro entre distintos tipos de públicos?
Nunca sé qué contestar a esa pregunta. Me resulta difícil pensar qué lugar le corresponde a Carpenter Brut, pero eso es porque me interesan muy poco las etiquetas. La gente siempre trata de meter a los artistas en cajones, como si fueran calcetines o cubertería. Yo hago música inspirada por las cosas que escucho y las que me gustan, y esto es un resultado precisamente de todo ello. Habrá gente que pensará que hago synth wave pero en realidad no, porque este último álbum es más metal, pero tampoco es metal porque no hay guitarras. Así que al final tampoco importa demasiado. Me conformo con que a la gente le guste el sonido.

Justo antes estabas mencionando el final de esta segunda parte de la trilogía. ¿Qué futuro le depara a nuestro protagonista?
Al final del álbum, Kendra se las apaña para escapar y encerrar a Bret en una cámara frigorífica, tipo Jack Torrance en “El resplandor”. El capítulo final tendrá lugar en un futuro muy distante. Imagina algo así como el artwork de “Somewhere In Time” de Iron Maiden. Tras un apagón masivo, Bret se descongela. Mientras descubre esa nueva civilización futurista, tendrá que enfrentarse a los descendientes de Kendra, quienes buscarán venganza en nombre de su antecesora. De nuevo, una historia de venganza… ¡Pero con robots! [risas].

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