Que su eco resuene como un escapulario, un catalizador, una banda llamada a liderar una nueva generación de grupos de rock, dependerá la recepción del homónimo “Carolina Durante” (Sonido Muchacho / Universal Music Spain, 2019), un debut que mantiene el nivel de sus singles anteriores y que ayuda a potenciar un fenómeno del que aún no conocemos su techo, pero sí sus opiniones: las que Diego, Martín, Juan y Mario nos han dado en una extensa conversación en una taberna madrileña.
"Yo soy muy feliz con todo lo que nos está pasando; pero, si antes de tener el grupo, alguien me dijese lo que iba a ocurrir, lo hubiera visto como algo alucinante".
Hace unos meses cuando os entrevisté me decíais que no pasaba por vuestra cabeza profesionalizaros; que casi que estabais esperando el fracaso. Unas semanas después tocasteis la misma semana en el Mad Cool, el BBK y el FIB, publicasteis ‘El himno titular’, Jota y Amaia os versionaban, y todo lo que vino y sigue viniendo luego… ¿Seguís con esa idea de que esto es algo temporal, u os lo empezáis a creer?
Martín: Pues seguimos sin local de ensayo (risas).
Diego: Desde el verano hasta hoy yo creo que hemos ensayado cuatro veces. Pero sí es verdad que, al final, tenemos que dedicar más tiempo sí o sí: para promo, los vídeos, organizar todo…
Martín: Ahora vamos a hacer una producción de sonido para ver cómo queremos que sea el sonido de la banda en directo; invertir dinero en material; pensar en visuales; y el crecimiento del grupo ha hecho que aumente la responsabilidad, tiempo y ganas. Pero el funcionamiento interno sigue siendo un poco anárquico y primitivo, muy impulsivo todo: funcionamos por apetencias.
Diego: Incluso el disco se ha hecho de esa forma. Seguramente otro grupo se hubiese puesto a intentar componer durante dos o tres meses, encerrarse en un sitio, tener la concentración más controlada. A nosotros se nos vino el tiempo encima y lo hemos hecho en dos semanas, más o menos.
Tenga o no que ver con esto, me sirve como intro la frase de “Joder, no sé” que decís, rollo intensito: “No tengo 30 años y ya estoy casi roto: apenas siento algo, tal vez me sienta solo”. ¿Sentís que todo está pasando muy de prisa, que os estáis perdiendo algo por la vorágine con la que está sucediendo todo?
Mario: Yo personalmente hubiera preferido que fuese más paulatina la cosa. No me voy a quejar, porque va bien la cosa, y todo lo que ha venido, bienvenido sea. Pero sí que es cierto que si las cosas hubieran ido más despacio podríamos haber disfrutado más del proceso. A veces abruma todo un poco.
Diego: Lo que pasa es que no ha habido tiempo de adaptarse, no ha sido progresivo.
Martín: Esa mentalidad de la que hablábamos recién de la “profesionalización”, y ese mensaje de que estamos más comprometidos con Carolina Durante que con la música en general, hace que no sea una carrera de fondo, sino que esa misma impulsividad se haya aplicado también a nuestra manera de funcionar. Tenemos esto y vamos a exprimirlo a tope.
Diego: Justo ayer me paré a pensar en todo lo que nos estaba sucediendo; y me da pena, porque no puedo verlo desde fuera; y a veces creo que no estoy disfrutando mucho de algunas cosas, o no me hacen tanta ilusión como debería, o que me debería hacer más feliz; pero es porque todo pasa tan rápido que no hay tiempo para procesarlo.
Mario: Yo también creo que si nos hubiese requerido más esfuerzo, como estos grupos que van a los sitios como pueden, pidiéndole el coche a la madre para llegar a tocar a otra ciudad, que al principio sí que era un poco ese rollo…
Sí, durante dos semanas, más o menos.
Mario: (Risas) Ya… pero bueno, si hubiésemos hecho más esfuerzo para conseguir algunas cosas que hemos conseguido de manera mucho más inmediata, quizás lo estaríamos saboreando más.
Martín: Pero también, a lo mejor no hubiera pasado nada con la banda.
Me llama la atención lo que dices, Diego: que a veces no estabas siendo todo lo feliz que deberías.
Diego: Yo soy muy feliz con todo lo que nos está pasando; pero, si antes de tener el grupo, alguien me dijese lo que iba a ocurrir, lo hubiera visto como algo alucinante. Y ahora, desde dentro, no lo vivo del todo así.
Martín: Pero eso es una idealización. Hay una parte que has y hemos vivido, pero cuando idealizas las cosas tampoco piensas en todo lo que conlleva: el tiempo invertido, las horas de carretera, el equipo que hay que formar, solucionar problemas de un día para otro, estar todo el día pegado al móvil, haciendo redes… yo creo que, si hubieran pasado las cosas de otra manera, estaríamos hablando desde otro punto de vista.
¿Diríais que os merecéis lo que os está pasando?
Martín: Sí, ¿por qué no? Hemos hecho buenas canciones, tocamos en los directos, la respuesta de la gente en todo tipo de festivales y conciertos es bestial… yo creo que sí nos lo merecemos.
Diego: No hemos trabajado en ningún momento de una manera muy intensa, pero hemos sido súper constantes siempre: nunca hemos dejado de lado el grupo. Ser constante ayuda mucho.
Martín: Yo tengo la sensación de que hemos currado mucho.
Diego: También es que tú es el que más cosas hace en paralelo al grupo: yo so más pachorra y he dejado la universidad un poquito apartada, y he centrado mis esfuerzos en el grupo. Cuando alguien me pregunta si estoy currando, a mí me sale decir que no, que ni de puta coña. Pero sí que lo que hemos currado en el grupo nos ha servido para que vaya bien y funcione con solvencia.
Por lo general, en las entrevistas que os fueron haciendo la pregunta de la presión por el disco siempre cae, y casi siempre tiráis balones fuera, atribuís la presión más a la gente que a vosotros. A mí me da la sensación de que no se os pide tanto que hagáis un disco bueno, sino un disco importante generacionalmente, que sirva como catalizador de un momento. ¿Lo sentís así vosotros?
Martín: Decirte que sí me parecería de un pretencioso de la hostia. Diego hace letras de lo que vive en su día a día. Que luego eso tenga la universalidad como para que la gente lo escuche y se sienta reflejada en ello a nivel generacional puede pasar o no, pero no es nuestro objetivo.
Diego: A la hora de meternos a grabar o componer, si pensamos en eso nos saldría una puta mierda de disco. Si tuviésemos expectativas de que el disco sea una “bandera generacional” la hostia sería segura.
Martín: Nosotros hemos hecho las canciones, y luego le hemos dado un sentido global cuando lo vimos desde fuera. No hay premeditación en nada de lo que hemos hecho hasta ahora.
Diego: Supongo que cuando pase el tiempo se podrá decir si hemos sido importantes a nivel generacional. Ojalá lo acabemos siendo, pero ahora mismo no lo creo: suena como algo muy grande.
Tenéis hasta ahora ocho canciones editadas; y todas o la gran mayoría funcionan como hits que la gente se deja la laringe en los conciertos. ¿Había cierta obsesión porque las canciones sean hits inapelables, y de no bajar ese listón?
Diego: Teníamos claro que queríamos hacer canciones que siguiesen la línea de las que hicimos hasta ahora: que nos gusten a nosotros, pero, sobre todo, que nos representen como banda. No nos hemos parado a pensar en qué va a canturrear la gente o qué no.
Mario: Claro, se nos hace imposible pensar: “voy a componer un hit” o “voy a componer un himno generacional”.
Martín: No tenemos una máquina de hacer hits, o una waflera de hits.
Pero sí que tenéis un patrón de canción que sabéis que funciona, eso no lo podéis negar.
Martín: Sí, pero también hay varios registros dentro de nuestro perfil de canción: tratamos de que esté equilibrado entre los tempos rápidos, los medios y los lentos. Salen un poco así, y posiblemente con los tempos medios, que es casi de lo que más tiramos, podemos desarrollar melodías más pegadizas.
"Seguro que hay mogollón de peña rajando de nosotros y pensando cosas la mar de terribles".
Vi una crítica hace unos meses, que no sé si es crítica o elogio, en un comentario de YouTube que decía: “estos chavales hacen todo el rato la misma canción, pero es que esa canción es buenísima”.
Diego: (Risas) Yo, si en algo me mojo a la hora de decir algo guay del grupo, es en decir que tenemos canciones muy diferentes; y creo que eso es una de las grandes fortalezas de Carolina Durante. Seguro que quien escuche este disco no escuchará la misma canción todo el rato. Y es algo que sí me pasa cuando escucho otros grupos, que son un puto coñazo y son presos de sí mismos, y encima, con suerte, tienen una canción buena, si la tienen. A nosotros no nos pasa eso. Hoy en día, si haces eso, a la gente la vas a aburrir. Nosotros mismos nos aburriríamos. La gente ahora está acostumbrada a escuchar singles, y hay que ser cuidadoso y tener claro lo que uno quiere contar en un disco para no caer en eso. Nosotros mismos no escuchamos discos, y somos más de canciones sueltas, singles.
Mario: Bueno, yo no: a mí me gusta escuchar discos.
Martín: No se los compra, pero los escucha en Spotify (risas).
Pero sí que habéis seguido trabajando con vuestro productor hasta ahora, Bernardo Calvo, manteniendo más o menos una línea. ¿En qué diríais que habéis asumido más riesgos?
Martín: Creo que, a la hora de dejar de tener tanto control sobre la mezcla, sobre todo. Hemos producido con Bernardo, pero la mezcla la ha hecho Martin Glover en el Reino Unido; y hay cosas en las que no habíamos pensado hasta ahora. Ahí es donde más riesgo hubo: en efectos y cosas que hemos delegado en otra persona que no conocíamos hasta ahora.
Diego: Hay un riesgo controlado en eso, de todos modos: al final, hay correcciones y rectificaciones en lo que nos va mandando. Pero al no estar aquí, y tener relación con él solo a través del mail, no podemos ir a su casa a darle la chapa, y es todo algo más lento y coñazo hasta que queda como nos gusta.
Hay comparaciones que siguen casi automatizadas por parte de la crítica, sobre todo con Los Nikis y Hombres G. No sé si en el estudio con Bernardo habéis estado escuchando algunas cosas para pillar texturas, para saliros de ese corsé impuesto desde fuera.
Martín: Yo creo que en este disco no hay Nikis, o si lo hay es muy residual. Al final, seguimos manejando las mismas referencias de siempre, pero creo que hay una manera más abierta de afrontar el sonido, influencias de bandas como New Order, por ejemplo.
Diego: El otro día Mario decía que hay alguna canción que se parece más a los Hombres G de lo que nos gustaría.
Mario: Pero eso lo llevo diciendo desde el principio (risas).
¿Y qué se hace con eso entonces?
Diego: Se intenta rebajar: somos más oscuretes que ellos.
Mario: Intentamos ser macarras sin serlo (risas).
Sin connotación política como la de “Cayetano”, sí que hay un retrato sociológico en el disco: el de “Nuevas formas de hacer el ridículo”, radiografiando al instagrammer salido, al ligón pajillero de mensaje directo en las redes sociales. ¿Teníais ese tema presenta en la cabeza, de “a este perfil de ser humano está bien que alguien le ponga los cojones en los ojos”?
Diego: Esa letra la hice pensando como crítica a lo que pasa por los lugares que salimos, por Malasaña: en los diferentes garitos a los que vamos nos da la sensación de conocer a todo el mundo, pero sin conocernos. Gente que me ha respondido a alguna historia, o que es amigo o amiga de tal… tronco, ¿por qué no me saludas? Ahora nos saludan más porque tenemos la banda y más o menos nos conoce la gente, pero…
Martín: Eso lo describe muy bien Rocío Quillahuaman en los vídeos que hace para su Instagram y para algunas revistas.
Diego: A mí todo eso me daba mucha rabia, y quería reflejarlo, de alguna manera. Y por unas cosas o por otras me acaba llevando a tirarle un poco de caña a…
A Mikel Izal.
Diego: ¿Quién es Mikel Izal? No sé de qué me hablas, yo lo hacía por un colega que se llama Mikel y que hace ese tipo de cosas (risas).
¿Creéis que los izalers se tomarán peor el beef que los tabureters?
Diego: Yo creo que Taburete va a encajar mejor la crítica. Pero, Mikel, no te lo tomes tan en serio: no hay beef, no te lo tomes a mal.
¿Os parece que hay demasiada autocomplacencia en el circuito, y que hace falta agitar el avispero y tocaros un poco los huevos entre todos?
Martín: Yo creo que está guay, que es necesario a veces picarnos un poquito entre las bandas. Juan siempre dice que hay demasiado buen rollo en la escena, que la gente está demasiado calladita.
Diego: Seguro que hay mogollón de peña rajando de nosotros y pensando cosas la mar de terribles.
Juan: Sí, pero luego bien que vienen a darte el abracito.
Estáis pensando en alguien, supongo.
Diego: En nadie en concreto. Tampoco es cuestión de ir tirando mierda a diestro y siniestro a todos los grupos, gratuitamente.
A Juan se le ve con ganas de decir algún nombre.
Juan: No, prefiero que no. Además, la gente cambia.
Diego: Hay mogollón de grupos de por aquí que pueden no gustarnos. El hecho de que nosotros hablemos mierda de ellos puede ser perjudicial o no, pero no vamos a hacerlo gratuitamente porque no lleva a ningún sitio.
Martín: Al final, todos, tanto ellos como nosotros, nos partimos el lomo y saliendo a tocar todos los fines de semana.
"Mucha gente de España lo primero que le llegó de Carolina Durante ha sido por la prensa rosa. Y lo que me jode es que éramos un grupo que no necesitábamos de eso".
Pero sí intuís que hay envidia hacia Carolina Durante.
Juan: Sí, sí que hay un poco. Pero es normal, si yo estuviera fuera y viese cómo ha ido creciendo tan rápido el grupo quizás también la tendría. No es malo.
Diego: Hay grupos que se lo llevan currando muchísimos años, y que han hecho muchos discos y, de repente, llegan cuatro matados de veinte años que no tienen ni puta idea de tocar un instrumento como nosotros y hacen ocho canciones que los llevan a petar sitios, a estar en un montón de festivales, que trascienden y le gusten a la gente. Es normal que haya gente a la que le tengamos tirria. Pero tampoco siento que haya odio hacia nosotros ni mucho menos.
No se ha dado el mismo caso que con las Hinds en ese sentido, que sí que hubo un rechazo mucho más manifiesto.
Diego: Justo hablaba con ellas el otro día, y me decían que a nosotros se nos respeta mucho más: ellas muchas veces han llegado a sitios y notaban cómo se hacían comentarios por lo bajo y bromas sobre su banda.
Mario: Nosotros no hemos sentido nunca ningún mal gesto hacia nosotros.
Diego: Más bien, hemos sentido respeto, en realidad.
Hay una canción, ‘Chica tormenta’, que podrás decirme que no, pero hay una lectura bastante clara, y es la de una relación especialmente mediática que se te atribuyó, y por la que fuiste un habitual de tabloides del corazón. Casi puedo elegir cualquier párrafo, pero más claro que este, pocos: “No es adecuado seguir así / Lo que cambian las cosas en un año / Te veía en todos los putos lados / El otro día contigo en mi cuarto”.
Martín: No lo vamos a poner fácil: si quieren hacer teorías, que las hagan.
Pero a ver, más allá que no queráis hablar de ello, ¿os ha afectado a nivel banda que Diego saliese en programas de Telecinco o en revistas del corazón?
Diego: Es un coñazo porque mucha gente de España lo primero que le llegó de Carolina Durante ha sido por la prensa rosa. Y lo que me jode es que éramos un grupo que no necesitábamos de eso, porque a íbamos para arriba, tanto por “Cayetano” como por la colaboración con la propia Amaia en “Perdona (ahora sí que sí)”, y todo iba de puta madre… Y a mí me jode eso, sobre todo. El otro día fuimos a hacer una entrevista para TVE, para el programa “Un país para escucharlo” que presenta Ariel Rot, y nos han hecho cinco preguntas y una era: “Busco Carolina Durante en Google y me salen noticias de la prensa rosa”. Y que en un programa que va de música y que, además, se hacen cinco preguntas, me preguntes por eso, me parece lamentable. Es un viejo cabrón (risas). Él también ha tenido un grupo, aunque fuese una mierda.
Ha tenido dos, en realidad.
Diego: Ya, pero Los Rodríguez sí que molaban (risas).
Juan: Es que vas a un programa de música, te hacen tres preguntas y una es esa… eso no mola.
Diego: Claro. Aquí llevamos como media hora hablando, e igual nos has tirado más de veinte preguntas, y el contexto es diferente, y a través de una canción hemos llegado a este tema; pero en el otro caso no fue así.
En otra canción del disco, “Buenos consejos, peores personas”, decís: “te digo lo que tienes que hacer, no lo que yo he hecho”. ¿Habéis aguantado a mucho chapas este año dándoos lecciones?
Martín: Yo creo que nos hemos comido más chapas sobre lo que no teníamos que hacer para crecer: nos han dado más chapas sobre la pureza del underground, y dónde no tienes que llegar para que cierta parte del circuito te siga teniendo respeto. Te ponen la vara y te dicen: “hasta aquí molas, pero si la superas te voy a dejar de escuchar”. Y eso no mola nada.
Más allá de que haya mucha intensidad en el sonido, y utilicéis el sarcasmo, la ironía y la interpretación abierta en las letras, prácticamente todas tienen un nexo común: son canciones de amor o desamor. ¿Sois más románticos de lo que cree la gente?
Diego: Yo soy un romántico. Me jode escribir tanto sobre amor y desamor porque es un tema muy manido en el pop, y a veces me esfuerzo en hacer algo que se salga un poco de esa temática; pero, a veces, la estoy haciendo, como en “Nuevas formas de hacer el ridículo” y, de repente, sale la chica.
Aunque luego digas que se “masturbó con su foto la semana pasada”.
Diego: Sí, pero la chica aparece ahí igual. Seguramente no sea amor, pero aparece ya esa figura.
Al final hacéis como boleros punkis.
Diego: En “Joder, no sé” empecé a escribir sobre lo que llevo viviendo en estos últimos meses, y de repente, sin darme cuenta, también aparece esa figura femenina, como que me aparece una necesidad sin darme cuenta de hacer partícipe a otra persona, como de contárselo a alguien. A veces me da por culo que me salga tan fácil. Supongo que a medida que pase el tiempo quizás cambie, ya veremos.
Cuando salió la versión de “Perdona (ahora sí que sí)” salieron un par de artículos, uno en GQ y otro de José Sanz, en el que teorizaban sobre la importancia divulgativa de mezclarse una figura del mainstream como Amaia con vosotros para versionar a alguien del infra-underground más absoluto como Marcelo Criminal. ¿Diríais que, más allá de haber hecho una buena o mala canción, habéis hecho algo importante sin haberos dado cuenta?
Martín: Es que hay peña que hace canciones de puta madre, y muchas veces no nos enteramos ni ellos tienen herramientas para sacarlas a la luz a una escala más grande.
Diego: De las mejores cosas que puede tener Carolina Durante es que, si en algún momento llegamos a alcanzar una masividad mayor, nos gustaría hacer crecer cosas que nos gustan mucho y que nos gustaría que tuviesen mayor reconocimiento: sea con Marcelo Criminal o con mil casos más. Hoy mismo acaban de sacar un temazo Mujeres, y me fliparía que esa canción la escuchasen tres millones de personas.
¿Qué creéis que va a pasar y qué os gustaría que pase con el disco? ¿Os marcáis objetivos?
Diego: El Wizink Center (risas).
¿El formato Ring o el grande?
Martín: Ya que vamos, el grande. En nuestra imaginación, claro.
Diego: Nos conformamos con que todo siga yendo igual de bien que hasta ahora. Y si no, nos lo hemos pasado de puta madre: el segundo disco será mejor.
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