La verdad es que no recuerdo la última vez que Mondo Sonoro le dedicó una portada a un artista por su álbum de debut. No es un hecho muy habitual y es obvio que deben darse una serie de condicionantes para que la redacción de la revista al completo vea de forma muy clara semejante jugada. Por un lado es obvio que el disco debe merecerlo, pero luego es muy importante constatar que el artista va a por todas y que se ha creado el caldo de cultivo a su alrededor para que pasen cosas digamos bonitas en los próximos meses. Y es que afirmar que 2024 es el año de “Peregrino”, cuando todavía no hemos arrancado la hoja del mes de marzo del calendario, es arriesgado. Pero no lo es tanto afirmar que el disco compila diez esplendorosas canciones que harán las delicias tanto del oyente más maduro, que disfruta de grupos como The Decemberists, Bon Iver o R.E.M., como de lo mas jóvenes que hace un par de temporadas se quedaron prendados de Guitarricadelafuente e incluso de los que gozan de otro músico gallego como Sen Senra. Una dualidad que aúna la tradición más indie-folk con la del pop de autor más contemporáneo. Esa podría ser la esencia que transmite y diferencia a “Peregrino” de otros lanzamientos que inundan la “sonoesfera”.
La voz como instrumento
Carlos Ares entra con aire algo compungido a la redacción de Mondo Sonoro Madrid. Acaba de recibir las primeras copias en vinilo de su álbum de debut y, de buenas a primeras, nos cuenta que un fallo de imprenta ha subido en exceso la tonalidad roja de la portada. Más tarde podré comprobar, en la larga conversación que mantendremos, que el músico y productor gallego afincado desde hace once años en Madrid, es una persona muy exigente y perfeccionista. Cualidades que no siempre han jugado a favor de una salud emocional con la que ha tenido que lidiar durante años. Sin embargo, parece que por esta vez, esa tendencia personal a darle muchas vueltas a las cosas, no ha sido la principal causa del retraso al que ha estado sometido “Peregrino”. Álbum que debería haber visto la luz en noviembre del pasado año, pero que no ha sido hasta este mes de febrero, que se ha convertido en la rotunda realidad que es ahora. (Carlos Ares) “El problema es que estoy siempre a tiempo parcial entre componer y producir los álbumes de otros artistas, y es gracias a eso que puedo financiar luego mi disco. Por eso hay veces que no tengo dinero o que tengo el compromiso de terminar un determinado álbum, y al final pues tengo que hacerlo casi incluso con más prioridad que mi propio trabajo. Porque al fin y al cabo ese curro es lo que me permite luego pagarles a mis músicos o pagarme los videoclips, y por eso ha sido todo un poco impredecible. Tratamos siempre de marcar una fecha de entrega del disco, pero todo quedó un poco a merced de los otros trabajos que hago”. Y es que Carlos Ares no es un recién llegado en esto de la industria de la música. Antes de lanzar “Peregrino” había editado un par de Ep’s propios, aunque puede que su nombre le pueda sonar más a algunos lectores, por su trabajo en el estudio de grabación con artistas como: Paula Cendejas, Maximiliano Calvo, Vic Mirallas o Marc Seguí. Artistas con los que se implica al máximo, componiendo y creando codo con codo las canciones que produce. (Carlos Ares) “Mi relación con otros músicos siempre empieza por hablar mucho y conocernos antes de escribir. Y cuando siento que hay una semilla o un punto de partida, pues nos aventuramos a escribir una canción”. Trabajo conjunto que tiene como sello de autor su sutil aderezo electrónico, la rítmica de las percusiones y un especial cuidado en el tratamiento de la voz. (Carlos Ares) “Desde que empecé a producir me di cuenta que la voz era probablemente mi instrumento favorito. Un instrumento, además, único para cualquier artista. Porque cada artista tiene una voz distinta y, según como la utilices, no se va a parecer a otra. Por eso siempre he sido muy ambicioso a la hora de explorar todas las posibilidades que te da la voz, tanto en coros como en el tratamiento vocal, en armonías o en utilizar la voz como un instrumento o como parte del beat o de la instrumental. Y creo que ese trabajo con las voces me ha podido identificar como productor”.
De mi interior al mundo
Carlos Ares se muestra ahora más relajado. Llevamos un rato charlando cómodamente sentados, y ambos hemos olvidado la presencia de la grabadora de por medio. Solo así pueden surgir temas tan personales como los dos años que lleva disfrutando de una relación abierta de la que afirma: “No he tenido una relación tan sana en mi vida” o de los serios problemas que le ha acarreado lidiar con la ansiedad. Temas que han quedado recogidos sin ambages en un álbum tan personal y en el fondo egocéntrico como “Peregrino”. (Carlos Ares) “Tuve una etapa de mi vida muy introspectiva, de mucho psicoanálisis y mucha reflexión, y me di cuenta de que tenía que intentar encontrar un lugar que tuviese una identidad, pero que quizás esa identidad ya existía. Porque tanto con mis parejas, como con mis amigos o cuando mejor estaba con mi familia, era cuando yo estaba en mi estado de máxima relajación y naturalidad. Así que pensé que eso podía ser un reflejo también de lo que la gente quería de mí en la música. Pensé que a lo mejor lo único que tenía que hacer era basar mis canciones en mi vida. Empecé a relacionarlo todo conmigo mismo. Y es que, al fin y al cabo, yo soy un gallego que vive aquí en Madrid y fue justo eso lo que traté de llevar a la exageración. Esa parte de mi personalidad, la del hecho de ser gallego y de ser de monte. Así que empece a potenciarlo de alguna manera. Empecé a crear este personaje que luego es el que protagoniza el disco de “Peregrino”. Y al final todo acaba siendo un poco exagerado porque, por ejemplo, yo nunca he vivido solo en la montaña, ¿no? Pero sí que he disfrutado de la soledad en la montaña como hobby. Y sí, metafóricamente también tenía mucho que ver con con ese refugio que tengo cuando paso etapas de ansiedad y de estrés aquí en Madrid. Al final me refugio siempre en lo mismo que es en salir de la burbuja. Para mi Madrid, y el hecho de dedicarme a la música, es como una especie de sueño, y cuando necesito poner los pies de nuevo en la tierra, me vuelvo a mi ciudad con mi familia, mi casa y mis rutinas de allí. Y, bueno, todo fue como decir... ¡Joder! ¿cómo puedo hacer que mi trabajo me permita ser natural? No tener que fingir absolutamente nada… ¿Cómo trato de ponerme lo más cómodo posible para hacer este disco? ¿Sabes? Ese tener solo que esforzarme en hacer canciones bonitas, pero de forma natural”. Y justo esa, es la clave que hace de “Peregrino” un álbum tan especial. Esa combinación de bonitas tonadas con letras que muestran una vulnerabilidad con la que todos y todas podemos sentirnos identificados. Un camino, el que traza el protagonista del disco, que transita por senderos internos, pero que también marca el trazado del propio Carlos a lo largo de estos últimos años, en los que ha ido reclutando una magnífica banda para darle al disco el directo que merece. Pero ese es un punto que merece un nuevo capítulo.
En directo, el algodón no engaña
Es jueves 30 de noviembre y mis compañeros de Mondo Madrid me han insistido en repetidas ocasiones que no puedo dejar escapar la oportunidad de ver a Carlos Ares en directo. Hace frío -cosa rara- y La Nau de Barcelona no presenta el mejor de los aspectos. Seremos tan solo poco más de un centenar los que nos hemos acercado para disfrutar de un concierto que va a ser imposible de olvidar en los próximos meses. Lo primero que sorprende es la cantidad de músicos que suben al escenario . Siete personas, cinco hombre y dos mujeres -violín incluido- que llevarán las canciones de ‘Peregrino‘ a una nueva dimensión. Un viaje sensorial en el que las piezas del lego encajarán a la perfección a la hora de ejecutar armonías y solos con una vitalidad y entusiasmo, capaz de borrar cualquier pesadumbre. He sufrido una revelación como pocas y ya me tienen atrapado. Soy un acólito más de la liturgia a la que nos somete Carlos Ares y su troupe. Pero es que en esta nueva era que protagoniza el músico, el directo juega una baza fundamental. Básica. (Carlos Ares) “Cuando reuní a la banda por primera vez, me di cuenta de la importancia que iban a tener para comprender el proyecto y para yo saber hacia dónde quería que fuera. Por eso me parece la hostia haber contado con ellos… A Bea (Beatriz Gutiérrez - aka Begut) la conocí en un campamento de ‘songwriting’ al que me llevaron como profesor unos amigos. Ella también vino de profe y me enamoré de su música. Luego conocí a Marcos Cao (La Sonrisa de Julia) en otro campamento de songwriting y él me propuso producir su álbum “Mañana mejor”. Sergito (Sergio Delgado - teclado) es el padre de Christian Delgado, el batería, y lo conozco desde que yo tenía quince años y él era profesor de una escuela de música y se encargó de buscarme una serie de músicos, entre los que estaba su hijo, para poder grabar por primera vez en un estudio. Desde entonces llevamos once años en el escenario los tres juntos. Tony Finu, el bajista, lo conocí también produciendo al igual que Mikaela (Vázquez - violín) por Vic Mirallas y por músicos. Todos tienen que ver un poco con diferentes etapas de mi vida…” Con todos ellos Carlos ares arma un directo que tendréis la oportunidad de disfrutar en la próximas Fiestas Demoscópicas de Mondo Sonoro. Será el próximo 20 de marzo en el Teatro Barceló de Madrid. Yo desde luego no me lo voy a perder.
“Peregrino” Track By Track por Carlos Ares
“Peregrino”
“Es la canción más importante de mi carrera por lo que supuso llegar hasta ella. Fue un reencuentro con una versión primitiva de mí, que llevaba mucho tiempo necesitando, sin darme cuenta que llevaba unos cuantos años bastante confundido, perdido y frustrado”.
“Velocidad”
“Fue uno de los primeros temas que surgieron y tenía claro que quería que fuera una fusión entre algo muy orgánico, pero con un tratamiento moderno… Y quería generar algo que diese una sensación de tensión y expectación en el bolo”.
“Rocios”
“Aquí necesitaba expresar que me da la sensación de que llevo unos años viviendo al límite del ataque de corazón casi literal, porque arrastro un trastorno de ansiedad desde hace mucho tiempo”.
“Cigarra”
En este tema me quería poner un poco macarra, porque es algo que siempre envidié de los artistas que a mí me parecía que tenían más carácter… Y también envidié mucho siempre a la gente que viene del rap, porque sentí que tenían un diccionario mucho más amplio que cualquier compositor de música pop”.
“Materia Prestada”
“Originalmente esta canción era una adaptación de”Pájaros de barro” (Manolo García) y hasta hace muy poco conservaba el estribillo de la original, pero al final no obtuve el permiso para utilizarlo, y tuve que inventarme uno nuevo que le hiciera justicia”.
“No te pensaré más de la cuenta”
Quería que fuese una canción que no tuviera una estructura convencional y me apetecía ser muy experimental. Y habla de ese duelo por el que estaba pasando”.
“Aquí todavía”
“Justo es la otra cara, la cara positiva y ese estar agradecido con lo que tienes y tratar de verle la belleza a cualquier situación un poco complicada por la que estés pasando”.
“Terricola”
“Para mí era una balada necesaria en mi vida, y la compuse con la idea de bajarme las pulsaciones en esas etapas de ansiedad o de estrés máximo. Es una canción que tenía que ser terapéutica”.
“Amigo”
“Quería que esta canción reflejara toda la rabia que llevaba dentro y la guitarra suena como si efectivamente se estuviera quejando o llorando de alguna forma. Y de nuevo vuelvo a ponerme en unos bpm’s en los que se presta que pueda hablar más en los versos y tirarme un poquito más al rap”.
“Nueva era”
Es seguramente una de mis canciones favoritas… Y fue una canción que me vino bien para entender qué tipos de temas quería tratar en el disco y hasta dónde podía llegar a la hora de tratar ciertas parte de mi personalidad”.
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