La primera pregunta es obvia, pero también obligada. Tras tantos años en el mundo de la música, tanto al frente de Big City como, posteriormente, colaborando con otros artistas o trabajando de productor ¿Por qué este era el momento exacto y perfecto para publicar un disco en solitario?
Creo que lo que pasó durante los años que siguieron al último disco de Big City es que tenía cubierta la inquietud de hacer música, porque en todas las producciones que he hecho he metido muchas cosas de mi cosecha, desde arreglos a trozos enteros de canciones. De alguna manera, y entre cientos de comillas, considero todos los discos que he producido como “míos”. Pero claro, no lo son. Un día de playa de hace no mucho, sin embargo, me senté en la cama con un teclado pequeñito y escribí “Genzor”. Entonces dije ‘venga, voy a hacer un disco entero, es la hora’. Claramente, no tenía ni idea del trabajo que me esperaba.
¿Por qué, después de la disolución de Big City, has estado tantos años alejado del foco principal? ¿Fue, de algún modo, traumática esa disolución o te sientes más cómodo trabajando desde un segundo plano?
Cuando cerré el capítulo de Big City me quise rodear de gente que me transmitiese energía y entusiasmo. Gente con la que pudiese formar un equipo ilusionante para cada proyecto. Tuve la suerte de que lo primero que cayó en mis manos fue “La Calma Chicha” de Tulsa. Ese trabajo cambió mi perspectiva de lo que, a nivel personal y emocional, podía ser hacer un disco con otras personas. También me abrió muchas puertas. No estoy más o menos cómodo en un primer plano o en pequeñito en los créditos del disco. No lo pienso en términos de comodidad. Me encuentro feliz cuando hago música con otras personas y veo que, a través de ellas, conseguimos establecer un vínculo más duradero.
“Cuando haces una canción eres director, actor principal, guionista y el que monta los decorados”
Centrándonos ya en firme sobre “I'll Be Neon Too”, tu primer álbum, diría que es un trabajo variado dentro de una lógica, con mayoría de indie-pop, pero en donde también tiene cabida electrónica e incluso toques de americana y synth-pop ¿Qué aspecto global querías que tuviera el disco? ¿Qué tipo de álbum querías hacer?
Quería hacer el mejor disco que yo pudiese hacer, y quería no tener miedo y usar cosas nuevas. También quería llevar más allá ciertos instrumentos, ciertos sonidos que a veces tratamos con demasiado respeto. También me puse alguna traba. Por ejemplo, no hay acústicas en el disco, y esa es una decisión consciente y previa. Tomar ciertas decisiones que en principio te autolimitan, a veces, te puede ayudar a ser más atrevido con los elementos que tienes.
Es un álbum con líneas melódicas exquisitas, algo que (por otra parte) siempre ha estado asociado a tu forma de hacer música ¿Cómo crees que deber ser la canción perfecta y cómo trabajas, en la práctica, esta parte de la canción?
No sé si existe “la” canción perfecta, aunque sí existen muchas canciones perfectas. Para mí, ha de ser una combinación entre letra, melodía y armonía que me transporte a otro lugar. Una especie de película que no puedes dejar de ver, en la que todas las escenas son necesarias para entender una historia más amplia. Creo que cuando haces una canción eres el director de la película, el actor principal, los secundarios, el guionista, el director de foto y el que monta los decorados. Tienes que ser capaz de ver los detalles más pequeños y a la vez alejarte de la canción para entenderla como un todo.
Deerhunter, Alex Chilton, The Postal Service, Jeff Tweedy, Sufjan Stevens... son algunos nombres que me vinieron a la cabeza escuchando “I'll Be Neon Too” ¿Cuáles dirías que han sido tus principales referentes o, directamente, influencias en este álbum?
Siempre me han gustado estilos muy diversos y he intentado entender qué los hacía especiales. Cuando escucho música, a veces me fijo en un solo sonido de una canción, o en cómo alguien cambia de acorde y por qué lo hace de ese modo, o en cómo entra un efecto en un momento dado aquí o allá. En ese sentido, siempre ha habido mil influencias en lo que he hecho porque a veces las descompongo hasta el absurdo. “I’ll Be Neon Too” es un disco de pop, pero una influencia que hasta ahora había estado más velada y que en este LP ya se ha sentado a la mesa con las demás es Brian Eno, por ejemplo. En concreto sus discos de mediados de los 70.
Hablando de la parte lírica ¿De dónde ha venido la inspiración para componer las letras del álbum?
Hay algunos temas recurrentes en el disco. Las relaciones humanas es uno de ellos. Y más que las relaciones, el poso que pueden dejar en nosotros. Su huella. Lo que queda de ellas y cómo nos transforma. Desde ángulos muy distintos hablan de eso “All We Want”, “Hired Hands” o “All This Snow Will Turn Into Fire”. La ausencia es otro tema recurrente, pero no necesariamente desde la tristeza. “Genzor”, “Little One” y “Escape The Tiled Room” tocan eso. La naturaleza como fuerza bruta y como refugio frente a la sociedad estúpida que hemos construido es otro asunto del que hablan “The Midnight Sun” o “Are You Knobs?”.
¿Cómo ha sido tu forma de trabajar en este disco? Me refiero, primero, a la parte compositiva, y, después, a la propia grabación.
La parte compositiva la he hecho en soledad, pero para la producción y, en general, para que no me volviese loco y terminase hablando solo, me ha ayudado Ignacio Pérez (Ex Limnopolar, Ex Calavera), al cual estoy muy agradecido. Antes he dicho que me encuentro feliz cuando hago música con otras personas y veo que a través de ella conseguimos establecer un vínculo especial. Pues en “I’ll Be Neon Too” ese vínculo especial, o uno de ellos, ha sido con Ignacio. Guitarras y bajos los grabé por mi cuenta aquí en el estudio, pero por ejemplo Ignacio estuvo ahí cuando grabé los teclados – y fueron muchos – y también gracias a él pude contactar con Ildefons Alonso (El Petit de Cal Eril) para que grabase las baterías. Los días de las baterías también fueron muy entrañables. La mezcla la hice por mi cuenta, pero cuando surgían dudas podía contar nuevamente con Ignacio. Se acercaba al estudio, me decía que todo estaba bien, o que subiese esto o aquello, y terminábamos hablando de cualquier otra cosa.
Siempre has tenido un oído privilegiado, algo que se traduce (y también resulta palpable en este trabajo) en un sonido cristalino y de evidente buen gusto ¿Dirías que algo así es un don o más bien algo que se puede (y debe) trabajar?
Vaya, no sé. Gracias. Yo no creo que tenga ningún don. Creo que me faltan muchas aptitudes para otras cosas, y que en la música tengo algunas. Intento trabajar, aprender constantemente y disfrutar de ello.
“Creo que la música funciona de manera simbiótica”
¿Hay alguna enseñanza que aprendieses durante tu faceta de productor que ahora hayas utilizado en beneficio propio de cara a diseñar este álbum?
Creo que la música funciona de manera simbiótica. Al trabajar con tanta gente y tan diversa, he podido explorar muchos instrumentos, muchos sonidos, tratamientos distintos… y también he puesto en funcionamiento, en producciones de otros, cosas que estaba usando en “I’ll Be Neon Too”, sobre todo a nivel técnico. Si un truco me ha funcionado a mí, se lo explico al grupo y lo pruebo con ellos también. No me lo guardo. Cuando alguien viene al estudio y te confía su disco, por humilde que sea el proyecto, de algún modo te está dando un trozo de su alma, y tú tienes que corresponder con otro.
Hay una canción titulada “Genzor” dedicada a ese amigo que ya partió y que todos recordamos con eterna sonrisa y como parte indispensable de la escena zaragozana ¿Qué puedes contarme de esta pieza?
Bueno, para los que no lo conocieron, “Genzor” habla de Alberto Genzor, una figura muy querida en este microcosmos zaragozano. Recuerdo que era muy cariñoso conmigo y mi música. Siempre tenía una palabra amable en una mano y una recomendación musical en la otra. La canción habla de él y también habla de los sitios a los que íbamos todos, de cómo han cambiado a pesar de que muchos sigan igual. Para el narrador de la canción, Alberto sigue perteneciendo al mundo de los vivos, hasta el punto de negar que ya no esté en las últimas frases.
Creo que la mayoría de las canciones de “I'll Be Neon Too” hubieran tenido cabida en un hipotético nuevo disco de Big City...
La verdad es que te diría que no. Creo que estamos en momentos musicales distintos.
Siempre he defendido que Big City eran una de las mejores bandas del país ¿Cómo ves la trayectoria de la banda con la perspectiva que da el paso del tiempo? Sinceramente ¿Crees que por calidad deberíais haber tenido una mayor repercusión? Y hablo en términos de popularidad, porque, a cambio, erais una banda respetadísima por parte de aficionados con olfato y compañeros de profesión...
Siempre estaré muy orgulloso de lo que Big City hizo a nivel musical. Creo que sacamos cuatro discos muy buenos. Discos que puedes recuperar muchos años después y disfrutar, ya disociados de la época en la que se hicieron. Eso me parece un triunfo en sí mismo y es, de hecho, lo que más nos preocupaba en su momento. Decir esto no es negar que cuando estábamos haciendo esos discos y esos conciertos muchas veces pensábamos que merecíamos más, pero el Javi de ahora es distinto al de entonces y, sinceramente, lo que me queda de esa etapa es gratitud porque, a fin de cuentas, pudimos sacar esos discos, hacer un montón de conciertos y conocer a personas que a día de hoy siguen siendo importantes en nuestras vidas.
Ahora que están tan de moda los retornos ¿Hay alguna posibilidad de reunión para una pequeña gira o algún concierto?
No.
Ya para terminar ¿Habrá gira para presentar este disco? Creo que ya se han anunciado algunas fechas ¿Qué formato vas a llevar en directo y qué banda te acompañará?
Hay fechas en Barcelona, Valencia, Zaragoza, Madrid… y estamos empezando a cerrar cosas para el año que viene. Ahora mismo, el formato es un dúo de personas-orquesta. Me acompaña Luis Azcona, que es un percusionista contemporáneo que toca batería, percusión y teclado. Yo toco eléctricas, acústicas y loops varios. Es un formato interesante porque abordamos las canciones del disco de otra manera, pero, a la vez, me parece que el directo resulta atractivo.
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