Establecidos, gracias a una discografía igual de sólida que el sonido que abanderan, como uno de los máximos estandartes de la escena roquera surgida en nuestras fronteras, cada nueva referencia del trío vasco-argentino significa una siempre bienvenida turbulencia en el ecosistema musical. Vibraciones que en su nuevo disco invocan a su aspecto más contundente y directo, estableciendo su radio de acción entre el imponente hard-rock de Black Sabbath, el desgarro rítmico de The Stooges o el paso lisérgico con que atraviesa el desierto el stoner.
Un trabajo que surge desde las entrañas de la tierra para retumbar con eco cósmico a través de un repertorio que entona su identidad bajo la potencia de un paisaje onírico. Ingredientes manejados siempre con excelencia por la formación pero igualmente servidos bajo un aspecto diferenciador para cada ocasión. De todo ello hablamos con sus dos principales instigadores, Martín y Coni.
Tomando el título de vuestro nuevo disco, “Primitivo astral”, y teniendo en cuenta su sonoridad, especialmente contundente y directa, ¿es un trabajo que mira hacia esos ritmos más primitivos que marcaron vuestra etapa inicial?
Martín: “Primitivo Astral” es un viaje en el que los riffs son siempre la base de todo lo que hacemos; son la piedra angular de nuestra música. En este disco hemos querido cabalgar sobre ese sonido como serpientes galácticas, reconectando con las raíces crudas y directas que ya habíamos explorado en trabajos anteriores, como “Solar Secrets”, donde trabajamos con Tony Visconti y en el cual surgieron esos toques de blues, especialmente en su versión más pesada.
En el actual álbum esa energía ha evolucionado hacia algo más expansivo, integrando influencias del heavy rock y de la psicodelia cósmica. También hemos vuelto a revisitar influencias como Black Sabbath y el rock latinoamericano de los años setenta, que siempre han sido parte de nuestro ADN musical. Es como regresar a lo esencial pero con una mirada hacia lo infinito, como si estuviéramos flotando en paisajes de ciencia ficción bajo una psicodelia particular.
Aunque os caracterice ya un sonido muy particular, cada disco parece encontrar siempre su propio acento identificativo, ¿existen condicionantes concretos que impulsan hacia un tipo de sonoridad determinada para cada álbum?
Coni: Sí, es difícil de explicar, pero es algo que ya tenemos muy incorporado. A veces son las palabras las que abren los sonidos, otras veces son los sonidos los que empiezan a explorar vocablos e imágenes que piden ser talladas. Es como hacer un trabajo de arqueología con sonidos de fuzz y distorsión que se convierten en criaturas de otros mundos. Navegamos en ese espacio, como si exploráramos la energía cósmica del stoner rock o la psicodelia de los años setenta, y a veces también lo hacemos de forma intuitiva, como médiums de algo fantástico. El rock y el fuzz nos conectan con esa energía primal, mientras que la melodía y los detalles abren las puertas a nuevas dimensiones. Martín es quien toma todo ese caos y lo lleva a la mesa de mezclas, traduciendo la intensidad en algo tangible. Al final, es la canción la que marca el camino.
“Los riffs son siempre la base de todo lo que hacemos; son la piedra angular de nuestra música”
¿Cuál sería el contexto en el que nace un disco como éste, que junta ese sonido directo con imaginario especialmente onírico?
Martín: “Primitivo Astral” es un viaje a lo fantástico, un viaje interior en formato de historieta cósmica, con pocas palabras que pasan de un idioma a otro como si fuesen seres de pequeños planetas observando y sintetizando. El sonido directo sirve como ancla de la nave, mientras que el contexto onírico conecta con lo demás de una forma muy real, primitiva y directa. Es como si cada riff fuera un salto a través de una galaxia diferente.
Coni: El contexto es lo irreal, lo intangible, la posibilidad de comprender lo que nos rodea desde lo fantástico. En nuestro día a día, es fácil ver cómo lo real y lo irreal se entrelazan, y a través de la música queremos explorar ese espacio indefinido, inundándolo de sonidos que parecen venir de planetas lejanos o de paisajes desérticos sacados de una película de ciencia ficción setentera.
¿Ese aspecto onírico pertenece más a un contexto místico o es reflejo de vuestra propia realidad?
Coni: Es una mezcla de ambos. La música siempre ha sido nuestra forma de explorar, pero también es un reflejo de nuestra realidad transformada. Las imágenes a veces nacen de sueños y otras veces de lo que sentimos en el momento, donde el sueño encuentra sus ranuras. Nos gusta movernos en ese espacio, que en la música es continuo.
Entre todos esos paisajes oníricos, y regados muchas de veces de pesadillas, “Spelling Love” parece la declaración de intenciones más esperanzadora...
Martín: "Spelling Love" es la luz en medio del caos, un hechizo positivo. Entre los paisajes oscuros, pesadillas y fuerzas que atraviesan el disco, esta canción surge como un reflejo de una emoción pura, como un conjuro. Es una respuesta a todas las sombras que acechan en “Primitivo Astral”, una chispa que equilibra la balanza, trayendo un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. Como si en medio del caos existiera una vibración que nos recuerda que el amor puede ser un escudo frente a todo lo que nos rodea.
“La música siempre ha sido nuestra forma de explorar, pero también es un reflejo de nuestra realidad transformada”
Entre todo el repertorio sólo hay una canción que baja las revoluciones, el medio tiempo “Estrellas dobles”, ¿todo disco, por muy impetuoso que sea, necesita una vía de escape más calmada?
Coni: Sí, definitivamente. "Estrellas Dobles" es como un respiro dentro del viaje, o tal vez, un viaje interior en medio de un atardecer cósmico. Nos encanta jugar con las dinámicas, ofreciendo momentos en los que la intensidad baja un poco, pero la energía sigue presente.
Martín: Esta canción está reflejada en la portada del disco. Es un viaje místico que conecta con los símbolos que Jaime Zuverza ha plasmado en el arte. Su estilo captura perfectamente esa dualidad entre lo terrenal y lo etéreo que también está presente en “Estrellas Dobles”. Jaime ha logrado traducir esas sensaciones en una visión que evoca esos paisajes.
Las canciones están interpretadas prácticamente al cincuenta por ciento en castellano e inglés, ¿cada uno de esos idiomas os evoca sensaciones o ambientes diferentes?
Coni: Estar entre dos idiomas es como habitar en varios mundos a la vez, y lo dejamos fluir de manera natural. Son parte de nuestra imaginación y de un universo que parece sacado de una época antigua, un cruce entre mapas viejos, enciclopedias polvorientas, sistemas de mediciones desconocidos y cómics del desierto con traducciones porteñas. A esto se le suman las canciones que solíamos escuchar en diferentes idiomas, grabadas en cintas para memorizar y repetir. Esa atmósfera extraña, como sacada de un sueño retrofuturista, me fascina.
Pero también hay algo muy humano en esto. Cuando viajamos por carreteras interminables, mirando por la ventanilla, aparecen girasoles que se estiran hacia el horizonte, iglesias del siglo X que emergen de la nada. Hay algo brutal y hermoso en esa dualidad, y al escribir, tanto en castellano como en inglés, intentamos reflejar esos contrastes. Es un cruce entre lo que es antiguo y lo que se siente como ciencia ficción, un equilibrio constante entre lo familiar y lo desconocido. El mundo humano es cruel, pero también increíblemente fantástico, como si estuviéramos en medio de una película de ciencia ficción en la que las palabras y los sonidos nos conectan con diferentes realidades.
Martín: Nos gusta esa alternancia porque refleja y expande. Nacimos con una gran historia del rock en español y hemos crecido en la adolescencia escuchando primitivo rock'n'roll, blues, jazz y scat singing. Esos sonidos vocales los relacionamos más con una forma de expresión musical, formas sonoras. Esa mezcla de sonidos siempre ha sido parte de nosotros. Las palabras son también objetos arqueológicos, misteriosos sonidos, repetidos en el tiempo.
Y de cara a que una canción sea cantada por Coni o Martín, ¿qué determina qué sea uno u otra, está relacionada con su proceso de composición u obedece a otros aspectos?
Coni: Lo decide la canción misma, casi como si tuviera vida propia. Hay temas que llevan una vibración que resuenan mejor con la voz de Martín, y otras conmigo. Es como si las canciones nos hablaran de manera telepática. Es un proceso bastante orgánico, casi ritualístico, donde la música nos guía más de lo que nosotros la guiamos a ella.
“Hemos aprendido a juntar material visual, fantasía y memoria en la carretera, es parte de nuestra dinámica”
Sois una banda casi en permanente gira, ¿os habéis acostumbrado a escribir y a componer en la carretera o necesitáis un tiempo de estabilidad para dar forma a un disco?
Martín: Hemos aprendido a juntar material visual, fantasía y memoria en la carretera, es parte de nuestra dinámica. La energía del directo también alimenta las nuevas ideas, y muchas veces surge material en medio de las giras. Aun así, cuando llega el momento de grabar, necesitamos ese tiempo de estabilidad, de estar en el estudio para poder moldear esas ideas y darles una forma definitiva. Es un equilibrio entre ambas cosas.
Siguiendo con el tema del directo, vuestra presencia sobre las tablas es realmente contundente y espectacular. Este disco me parece un trabajo idóneo para desplegar toda su fuerza en vivo, ¿es un elemento que tenéis en cuenta a la hora de componer, la forma en que eso pueda ser llevado al directo?
Coni: Mientras componemos pensamos en el directo porque ese es nuestro lugar, nuestra naturaleza. Este disco tiene una energía directa, cruda y una fuerza especial.
Martín: En directo, la energía del público las transforma. Incluso los temas más concisos tienen la capacidad de mutar cuando subimos al escenario.
“Este disco tiene una energía directa, cruda y una fuerza especial”
Este es el segundo disco en estudio con la presencia de Álvaro Olaetxea, ¿se ha notada en el resultado final un lógico mayor afianzamiento de su perfil en la banda?
Martín: Sin duda. Álvaro ha aportado mucho más que su habilidad técnica; su versatilidad a la batería ha enriquecido nuestro sonido. Tiene una forma especial de captar e interpretar la energía de las canciones, añadiendo una capa extra de profundidad y conexión que fortalece el espíritu del power trío.
Grabáis en vuestro propio estudio, ¿son todo aspectos favorables en ese hecho o también hay algún inconveniente?
Martín: Tener nuestro propio estudio nos da mucha libertad, pero también requiere disciplina. Nos permite experimentar con nuevos sonidos y texturas que quizá no surgirían en un entorno más rígido. Esa libertad nos da espacio para explorar sin límites, probar ideas locas y dejarnos llevar por lo que surja en el momento. Sin embargo, es importante también saber cuándo parar y dar forma definitiva a las canciones.
Y el hecho de que tú, Martín, hayas producido ya tantos discos para otros músicos, ¿también te sirve como aprendizaje que trasladar a Capsula o son dos labores muy diferenciadas?
Martín: Cada disco que produzco me enseña algo nuevo, y claro, ese aprendizaje siempre lo llevo conmigo. Aunque son procesos distintos, hay muchas cosas que se cruzan, especialmente en lo que se refiere a cómo capturar la esencia de una banda o una canción. Al final, producir es una extensión de lo que hacemos como músicos, es otra forma de crear.
Habéis ofrecido varios conciertos antes de la presentación oficial del disco y por lo tanto de que la gente se supiera esas nuevas canciones, ¿sentís que el público o su actitud es diferente según avanzan los días de gira y los espectadores ya han podido escuchar y disfrutar el material nuevo?
Coni: Al principio, cuando tocamos las canciones nuevas, siempre hay un elemento de sorpresa, pero una vez que el público ha escuchado el disco, se siente una conexión más profunda. Las reacciones son más intensas, y eso también nos da más energía sobre el escenario.
“En estos 25 años hemos aprendido a valorar más el proceso que el resultado, a disfrutar de cada paso en lugar de solo mirar la meta”
Este 2024 habéis cumplido 25 años de carrera, como todo proceso entiendo que es un camino de constante aprendizaje...
Martín: A lo largo de estos 25 años hemos aprendido a enfocarnos en lo que realmente nos apasiona. También hemos aprendido a valorar más el proceso que el resultado, a disfrutar de cada paso en lugar de solo mirar la meta. Esa liberación nos ha permitido evolucionar como banda y como personas.
PRÓXIMOS CONCIERTOS:
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