Muchos músicos llevan toda una vida componiendo y no los conocen ni en su casa; otros, tras años de esfuerzo, se abren paso en la industria a duras penas; otros, los menos, llegan y besan el santo. Es el caso de Veronica Falls que, sesenta minutos después de crear su Myspace, ya tenían al sello Captured Tracks dispuesto a acogerlos bajo su ala (en uno de los últimos estertores de una red social que en su época dorada llegó a ser la más puntera). Esto sucedía hace apenas dos años, cuando el batería Patrick Doyle y la guitarrista y cantante Roxanne Clifford abandonaban Glasgow para irse a la city británica por excelencia, Londres. Allí, en un concierto de Comet Gain, conocieron al que sería el reverso masculino de Roxanne: un James Hoare que resultaba su contrapunto perfecto en la guitarra y las voces. “Empezamos a tocar juntos y a escribir canciones en un local de ensayo muy cerca de nuestras casas”, explica James, “pero tras aproximadamente una docena de conciertos decidimos que necesitábamos urgentemente un bajista que le diera cohesión a nuestro sonido, así que fue un alivio cuando nuestra amiga Marion respondió que sí a mi propuesta”. Así nació Veronica Falls y poco tardó, con sus guitarras cálidas y sus ritmos sesentas, en enamorar a Mike Spinner de Captured Tracks. Poco más de un año había pasado desde su primera canción juntos hasta su incorporación al Primavera Club 2011. “Ha sido magnífico”. Tanto que ya están contando los días para su próximo compromiso primaveresco. . Porque estos chicos no tienen pensado“Estamos deseando que llegue mayo para poder tocar en el Primavera
Sound. Nunca hemos tenido la ocasión de ir, pero todos los amigos que
han estado nos han dicho que es alucinante. Será genial, seguro. Además,
para esas fechas ya habremos compuesto un buen puñado de temas nuevos,
así que tendremos un montón de opciones para elegir” parar: ahora que el éxito ha llamado a su puerta, piensan recibirlo girando y escribiendo non-stop. “Nuestra manera de componer suele variar en función de la canción. Habitualmente, una canción suena más completa cuando la idea se trabaja en grupo desde el principio, pero otras veces es cuestión de construir a partir de un riff o un par de acordes… No tenemos una fórmula concreta”. Tampoco tienen una pócima mágica ni una idea preestablecida para sus letras, aunque la muerte es ciertamente un tema central en sus composiciones. “La parte lírica es importante, claro, y creo que si bien nuestras letras van muy en serio, también es cierto que son bastante más irónicas de lo que la gente cree. Pero sí, es cierto que somos oscuros a la hora de escribir. Por eso creo que una de nuestras mayores influencias es el pop más oscuro de la década de los sesenta”. Así, el cuarteto menciona como sus mayores referentes a The Ronettes y a Kim Fowley, además de R.E.M., The Byrds, Beat Happening, Felt, Galaxy 500 o sus adorados The Velvet Underground. Es éste el marco en el que se gestan sus melodías soleadas perfectamente contrapuestas con unas atmósferas oscuras y tétricas letras sobre suicidas y amores que nacen en el cementerio. Llámenlo neo-psicodelia, llámenlo twee-pop, llámenlo C-86, llámenlo como quieran, pero háganlo bajito, no sea que vayan a despertar a los muertos.
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