Richmond Fontaine tuvieron el privilegio de protagonizar el fin de fiesta del Primavera Sound y, aunque fueron los últimos de la fila, eso no supuso que su papel fuese secundario. Más bien el contrario, parecen destinados a ocupar una posición destacada en tiempos venideros. “En ese concierto decidimos hacer algo muy diferente a lo acostumbrado. Entendimos nuestra función, que era la de cerrar un gran festival, así que creímos conveniente ofrecer un show más festivo. Solemos apostar por hacer conciertos mucho más íntimos, pero esta vez no hubiese tenido razón de ser. Había que divertir al personal”. Willy Vlautin, la cabeza pensante en el grupo, es un personaje desconcertante. Sonríe todo el rato, es agradable y atento, pero su mirada, al igual que los textos que escribe, encierra cierto misterio. Da la sensación de que guarda en todo momento un as en la manga para que nadie le pille por sorpresa. Precavido y cauteloso, Vlautin habla en sus canciones de temas sórdidos, de sustancias alucinógenas, de ludópatas, de asesinos en serie a la caza de una nueva víctima, que se combinan con un disco más calmado. Y es que el artista ha dejado a un lado los festejos de “Post To Wire”.
"Me encanta la forma en la que funciona la prensa en Europa. Hay mucha variedad, bastante información y sobre todo mucho criterio" |
“Con JD Foster, que ya trabajó anteriormente con nosotros, hemos buscado estructuras más simples. Hemos formulado un proceso que ha transitado por la calma. Hemos preferido hacerlo a pie y no al volante de un bólido. Simplicidad, pero aplicándole mucha inteligencia a algo que creíamos que debía sonar sincero”. Digamos que Richmond Fontaine han tomado en esta ocasión un camino más tranquilo y sereno en lo musical, como si estuviesen mirando al cielo todas las noches y viesen montones de estrellas iluminándoles. Si a eso le sumamos que las canciones discurren en línea recta, podremos aventurarnos a decir que quizás éste sea su trabajo más accesible. “The Fitzgerald” es una obra con un claro acento conceptual. “Debo decirte que The Fitzgerald es un lugar real. Se trata de un casino que hay en Reno, mi ciudad, una especie de sucursal de las Vegas. Estuve allí hospedado dos semanas y aquella fue mi principal fuente de inspiración para crear esas letras. El sitio me resultó muy familiar porque he crecido en ambientes de este tipo, rodeado de jugadores, de humo, de vicio. Es el disco más personal que he creado. No es que me guste demasiado inspirarme en mis propias experiencias, pero en esta ocasión resultó inevitable, aunque he intentado hacerlo de una forma indirecta”. Con “Post To Wire”, el grupo llegó a un nivel que no habían alcanzado con obras pretéritas y el salto cualitativo les catapultó a unas esferas insospechadas para la banda hasta aquellos momentos. Todo ello vino provocado en parte por la buena acogida que tuvieron por parte de prestigiosos medios de la prensa especializada europea. “Me encanta la forma en la que funciona la prensa en Europa. Hay mucha variedad, bastante información y sobre todo mucho criterio. Realmente se valora la música por encima de otros aspectos extramusicales. En América es muy distinto. La prensa especializada es poca y muy sectaria. La buena acogida de ´Post To Wire´ nos cogió por sorpresa y con ´The Fitzgerald´ ha sido la confirmación de que le gustamos a ese sector especializado de la prensa europea. Cuando hago promoción por aquí siento una buena predisposición y la pasión por la música de los periodistas europeos”. Sin embargo, Vlautin es realista con respecto a su situación. Wilco es un buen ejemplo para ellos, pero sabe que se trata de una excepción. “Pensar en que podemos llegar a los grandes medios es de ilusos. Wilco supieron coger el tren que les ha llevado a la gloria, pero su caso es uno entre un millón. Yo me conformo con la situación en la que estamos ahora. Vista nuestra trayectoria ya me doy por satisfecho”. A propósito, a través de Internet y como parte del merchandising que el grupo suele llevar a cuestas durante sus giras, Richmond Fontaine han puesto a la disposición de sus incondicionales “Obliteration By Time (New Recordings And Old Favorites)”. “Desde hacía mucho tiempo, queríamos recuperar aquellas viejas canciones que grabamos en el sótano de mi casa. La portada del disco es un dibujo de aquel pequeño, pero entrañable lugar. Las regrabamos durante el pasado mes de junio e incluimos una versión del ´Pink Turns To Burn´ de Hüsker Dü”.
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