“Dice la gente que siempre se está empezando, que todo vuelve a su fin, que sólo se muere una vez, yo creo que eso no es así, Se muere uno muchas veces, yo siempre muero por ti”.
Dice la gente que Kiko Veneno ha hecho un gran disco y eso sí es así. Es tan así que en MondoSonoro le dedicamos una de nuestras entrevistas más extensas sin dolernos prendas por ello. Al contrario, es todo un honor contar con uno de nuestros grandes en estas páginas. Es cierto que también podríamos haberlo hecho con el anterior, “El hombre invisible” (2005), un buen disco que, sin embargo, no contenía canciones con el gancho y la rotundidad de este “Dice la gente”. Composiciones como ese ”Campeones de la suerte” escrita con toda la intención del mundo de embaucarnos y convertirse en un éxito inmediato a la altura de otros clásicos previos. Porque si hay algo que abunda en la extensa discografía de Kiko Veneno son precisamente canciones de esas que se graban a fuego en el imaginario colectivo para quedarse. “’Campeones’ es un tipo de canción, como hay varias en este disco, que creo que está gustando porque es un paso adelante en mi forma de escribir. Hay varios temas en ‘Dice la gente’ que no las habría compuesto hace unos años, y esta es una de ellas… Está cantada con intención de hacer una canción bonita, una canción comercial en el sentido más pop. Jugando con el lenguaje y combinando la voz grave de hombre con la voz suave de mujer. Es una canción que se te queda, muy cariñosa”. Cariñosa y contagiosa a partes iguales, pero dicho de esta forma parece que sea la mar de sencillo tramarla, cuando lo normal es que si quieres hacer algo con gancho comercial de forma premeditada te salga un churro. ¿no? “Para mí el código pop es muy claro, muy asequible: tiene que ser fácil, bonito y elegante. Te tiene que gustar como si fuera de otro. Otra cosa es la premeditación que suena alevosa, que se te vea demasiado las ganas de gustar, eso no es elegante ni pop”. Un código pop que, escuchando este disco con calma, parece haber sido aplicado de forma muy diferente. Estaríamos hablando por tanto de una primera parte mucho más vital, rotunda y envolvente que finalizaría en esa rumbita pachanguera y pizpireta que es “La rama de Barcelona”, y una segunda parte con canciones como "Cuando caiga la noche", "Andalucía" o "Totupan", mucho más melancólica, romántica y con un tempo definitivamente más lento, en busca de una belleza nada disimulada. Un disco bastante variado en el que hay cabida para la rumba, el pop aflamencado, la tierna balada y hasta la juerga siempre simpática del G-5 (grupo paralelo formado junto a Los Delinqüentes, Jairo Muchachito y Tomasito) en “El mosquito suicida”… “Siempre me gustó la variedad, tocar todos los palos. Los discos que me gustaban cuando me aficioné a la música tenían de todo, y el pop era un poco eso, la variedad. Quizás sea demasiado clásico, pero como hago pocos discos, procuro tocar todos los estilos. Si grabara más a menudo haría trabajos más temáticos, que también me gustaría”. Un estilo clásico y muy reconocible. Tanto que se ha convertido en una especie de sello inconfundible del que debe ser muy difícil, por no decir imposible, escapar. ¿Habrá sentido alguna vez la tentación de hacerlo? “Es verdad que a veces se siente uno esclavo, y que hay muchas facetas de la música que no he tocado y me gustaría tocar, desde la música de baile a música más ambiental, variantes folk, clásicas, más flamencas, en fin muchas. Puedo llegar a ser un compositor muy compulsivo, pero no me dejan... Estoy intentando meterme en otros terrenos, ya veremos si cuaja alguna de mis ideas”.
“Por todas partes corrimos, como el agua del grifo. Mojamos las galletas, llenamos las piletas. Ya lo ves, así hasta aquí, con todo perdido”
“Agua del grifo“ es el último tema del disco y puede que pase algo desapercibido por ello, pero paradójicamente es el corte con el que, con toda la intención del mundo, Kiko Veneno y su banda abren su actual espectáculo. Una canción que nos dice que a pesar de las modas, las cosas auténticas, como la buena música, son las que perduran. Como Kiko Veneno que ha sabido mantenerse más o menos intacto a lo largo de más de tres décadas, ganándose a pulso el reconocimiento de muchos y recibiendo la recompensa de sentirse querido. ¿Otorga ese estatus una sensación de encontrarse uno en el mejor momento de su carrera? “No sé, no creo, cada momento es diferente, a veces veo que todos son el mismo momento. Lo que sí me veo ahora es con más tranquilidad y madurez”. Aunque estar en la cima también genera algunos problemas porque, como él mismo dice en la letra de una de sus nuevas canciones (“El duende”): "que mala es la envidia y la falsedad". Y siendo la envidia el deporte nacional, ahora que se encuentra en una posición de auténtico lujo, suponemos que también debe haber sentido su vil mordedura en carne propia. “Derribar estatuas es uno de nuestros deportes favoritos, después del fútbol. Claro que primero nos afanamos en construir esas estatuas. Pero yo no hablo en la canción a niveles tan elevados. Es una letra flamenca de situaciones y sentimientos cercanos. Y, no, desde luego que no he sentido mucha envidia a mi alrededor, no he tenido tanto éxito”. Bueno déjame que discrepe. Un músico que ha escrito canciones referenciales y tan recordadas como “Volando voy”, “Echo de menos”, “Joselito” o “Lobo López” no puede decir que no ha tenido tanto éxito. No sólo lo ha tenido, sino que además los personajes que ha creado en sus canciones son tan inolvidables como perpetuos. Un recurso, el de los personajes como “Manuel”, “El lince Ramón” y en este disco “El mosquito suicida”, que habitualmente le han servido para sacar el mayor rendimiento al contenido de las historietas, casi caricaturas de tebeo, de sus canciones. “Bueno, Manuel era un personaje bien real, un niño Down hijo de una prima de mi mujer. Y el lince también era muy real, aunque yo le añadí algunas cosas, algún romance y tal... El mosquito es totalmente inventado. Y sí, estoy de acuerdo en que cuando cojo un personaje las canciones vuelan más. Es un método bastante infalible. Estás justo entre la distancia y la identificación, me gusta mucho hacerlo, y, sí, creo que debería hacerlo más”. Pues adelante con ello, que no queremos esperar otro lustro para disfrutar de tus canciones
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