Cabezas cuadradas
EntrevistasThe Robocop Kraus

Cabezas cuadradas

Joan S. Luna — 11-11-2005
Fotografía — Archivo

Hace unos meses, este quinteto de Nuremberg publico un Ep titulado “Who Do You Think They Are?”, una pregunta que responden con su nuevo larga duración, el efectivo “They Think They Are The Robocop Kraus”, su primer disco para Epitaph y, sin lugar a dudas, su obra más completa y disfrutable.

Les advertimos ya de que “Living With Other People” era un disco a tener muy en cuenta. La generación post punk y punk funk tenía ya un nombre europeo que no hacía sonrojar. Eran alemanes y unos tipos mucho más graciosos de lo que su lugar de origen podría hacernos presagiar. Escuchado ahora, con “They Think They Are The Robocop Kraus” en la manos, aquel disco se ve desequilibrado, con hits rompepistas (“Fake Boys”, “Fashion”) a un lado de la balanza y con restos de su pasado hardcore al otro. Eso sí, se trataba del primer trabajo de Robocop Kraus que uno podía tomarse en serio. “Inferno Nihilistique” (2000) y “Tiger” (2001). Pero las cosas han cambiado y su nuevo largo se disfruta de principio a fin aunque se le vean, como diría Juan Marsé, “las cañerías, la carpintería y las ínfulas” post-punk ochenteras. The Robocop Kraus navegan ahora en las mismas aguas que Franz Ferdinand, los Hot Hot Heat que molaban, Moving Units y cualquiera de los artistas más populares del género. Solo que de eso ya hablaremos más tarde. He contactado antes con Thomas Lang, vocalista de la banda, en un email en cuya dirección aparece la palabra “tomato”, me sorprende. Quizás al ser alemanes sueñan con las Islas Baleares o las playas levantinas, pero resulta que no. Como me confirma vía telefónica, Lang está mucho más contento de haber viajado hasta Japón para ofrecer algunos conciertos.

"The Make Up fueron uno de los grupos más influyentes de los noventa en el underground"

Quizás algún día Robocop Kraus sean uno de aquellos grupos big in Japan, pero de momento tienen aún que patearse pequeñas salas europeas a la caza de una audiencia fiel que les respalde. Estar en un festival español como el de Benicàssim fue una excepción en su carrera fuera de Alemania. “Somos de una ciudad pequeña, una ciudad realmente pequeña, no de Berlín o de Hamburgo, y una de nuestras motivaciones principales a la hora de estar en un grupo era poder salir de viaje y conocer otros lugares. Las cosas han sido difíciles en ese sentido. Hemos trabajado mucho y teníamos tres discos que nadie quería distribuir en el extranjero, aunque sabíamos que había gente en países como el vuestro que conseguía los discos en catálogos muy underground y eso a nosotros ya nos servía para ir a donde nos llamasen. Si estás dispuesto a tocar en las condiciones que sean puedes vivir cosas increíbles sin necesidad de haber aparecido nunca en un gran artículo en NME”. Puede que algún día. De momento, aquí vamos nosotros con este artículo. Debe ser curioso verte en estas condiciones cuando en tus inicios eras miembro de una banda hardcore sin demasiadas pretensiones.

"No queríamos que la gente pensase que éramos un grupo que sonaba como Offspring"

“Éramos muy do it yourself al principio. No teníamos agente y nosotros cerrábamos todos nuestros conciertos en el lugar que fuesen. Tocábamos con cualquier grupo francés, inglés o americano que estuviese de gira. Lo importante para nosotros era ser realmente independientes y que sólo nosotros tuviésemos decisiones sobre nuestra música o nuestros actos. En la escena punk o hardcore europea los grupos no luchan contra los demás, la gente no es competitiva y puedes hacer buenos amigos con los que girar o que pueden ayudarte a llegar hasta su país”. El haber fichado por Epitaph va a ser fundamental de cara a que Robocop Kraus suenen en distintos lugares del planeta y, sobre todo, que puedan hacerlo con mayores garantías de llegar al público. Eso sí, aunque en Alemania pertenezcan a L´Age D´Or, en el resto del mundo su tarjeta de presentación se continuará asociando al hardcore, un género del que, con “They Think They Are The Robocop Kraus”, se han alejado definitivamente. “Nos gustan muchos grupos que forman parte del underground, pero también somos muy críticos con la gente extremista que se considera parte de una elite. Odio que la gente sea elitista. Nadie puede cerrar las puertas a la música. A veces pienso que somos un grupo de pop. El pop es más abierto y la gente que lo escucha tiene una actitud más positiva, lo que ocurre es que gran parte de lo que conocemos en la actualidad como pop es auténtica mierda”. Sí, entiendo, pero yo estaba en lo de Epitaph. “Todo fue muy rápido. Durante un tiempo dudamos, no queríamos que la gente pensase que éramos un grupo que sonaba como Offspring, pero vimos que habían publicado discos de Tom Waits o Sage Francis... ¡No todo en Epitaph suena a Offspring!”. Al margen de haber abandonado el hardcore, es evidente que Robocop Kraus son un grupo inquieto hasta ese peligroso punto en el que darle un golpe al timón puede dejar al oyente con la sensación de que son unos chaqueteros. Ninguno de sus discos suena igual al anterior. “Nunca nos hemos planteado el cambio como concepto, pero ocurre, como también cambia la música que escuchamos, todo lo que nos gusta es distinto a lo que oíamos hace cinco años. Por un lado todo es espontáneo y, por otro, hablamos, hablamos mucho sobre lo que queremos hacer con nuestra música y cuál es el camino que queremos tomar. En este disco nos planteamos muy en serio eliminar temas si no tenían una idea o dos muy claras. Antes grabábamos canciones que eran la combinación de tres o cuatro ideas distintas que hacíamos encajar como fuera. Ahora nos parece más importante que haya dos ideas pero que el feeling sea real. Aún así continuaremos teniendo más ideas que, por ejemplo, Daft Punk, que se contentan con una para escribir una canción (risas). Supongo que el alemán se refiere a que todo esté más estructurado, a que escuchar un disco de Robocop Kraus no supongo enfrentarse a algo disperso y mareante. De todos modos, reducir las estructuras y esquematizarlas puede llegar a limitar la propia creatividad. “No somos como Ramones, Strokes o AC/DC, que componen un tipo de canción con el mismo sonido siempre. Tienen canciones increíbles, pero la idea es la misma una y otra vez. Nosotros queremos trabajar en distintos campos y cada disco es un paso en esa línea. En este disco estamos empezando a trabajar las ideas en conjunto y el resultado es un poco más homogéneo y coherente. Y aunque quizás no te hayas dado cuenta, es el disco mejor producido de cuantos hemos hecho”. Un problema que puede afectar a la imagen de Robocop Kraus es que, al escuchar su disco, muchos les vean como un nombre más en el actual revival ochentas, como uno de esos grupos que no dejan de citar a Talking Heads a las primeras de cambio (de hecho, la portada de su nuevo disco es una suerte de homenaje a su “More Songs About Buildings And Food”). Y aunque disfrute mogollón con sus canciones, no dudo de que también pueda haber algo de eso. “No me preocupo en ese sentido. No sólo escuchamos música de esa etapa. Es verdad que escuchamos un montón de grupos de finales de los setenta y los ochenta, y que nos gustan mucho Talking Heads, por lo tanto pueden ser una influencia evidente. Me gusta cómo evolucionaron disco a disco y veo que nosotros seguimos un camino similar. En los ochenta había mucho punk, al principio era vanguardista, pero al cabo de poco tiempo se convirtió en un movimiento tan conservador como el sinfónico. Todo el mundo usaba los mismos arreglos y el mismo sonido para hacer la misma música. Ahora ocurre lo mismo, el punk es aburrido y conservador, y lo mismo pasa con el pop o la música de baile. Nosotros necesitamos cambiar de onda. He crecido con el punk y con el hardcore, pero me he cansado de escuchar los mismos clichés una y otra vez”. Por eso, Thomas Lang –una suerte de Ian Curtis sobre el escenario- y sus muchachos han tomado parte de su inspiración de otros grupos a lo largo de su carrera co

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