“Me parece increíble la cantidad de gente con mucho talento que no ha tenido una carrera”
EntrevistasBuilt To Spill

“Me parece increíble la cantidad de gente con mucho talento que no ha tenido una carrera”

JC Peña — 19-11-2022
Fotografía — Archivo

El vehículo expresivo de Doug Martsch, o lo  que es lo mismo Built To Spill, llega a su noveno álbum,When The Wind Forgets Your Name (Sub Pop/PopStock!, 22), con el prestigio intacto.

Nueva formación en trío para el disco (y otra en directo), nuevo sello después de seis discos en una multinacional (Warner) y una recién publicada colección de canciones que, sin llegar a las cotas estratosféricas del pasado, muestra a un compositor único que conserva la esencia de su visión del rock alternativo más intrincado, emocionante y personal.

No parece mal momento para conectarse casi media hora con el de Idaho, que lleva mucho tiempo siendo referencia de quien escribe estas líneas. Martsch se muestra encantador y sinceramente agradecido por haber llegado hasta aquí. Tampoco le tiembla la voz a la hora de hablar del lado oscuro de estar en una banda: cuando deja de ser divertido. O de su perfeccionismo, y de cómo ha conseguido llegar hasta aquí a base de trabajo y suerte.

Él y su nueva banda acaban de terminar una primera parte de la gira, preparan una segunda tanda de conciertos por la Costa Oeste y están trabajando para estar en Europa en la próxima temporada festivalera. “La cosa pinta muy bien”, asegura. “Mi plan –dice con humor seco– ahora es girar todo lo que pueda antes de la guerra nuclear o la próxima pandemia. Quiero hacer esto todo lo que pueda antes de cumplir los ochenta”.

“Jamás imaginé que íbamos a ser una de las bandas en las que la gente pensara cuando se refiere a los noventa”

Este disco es especial, entre otras cosas, porque lo grabaste con dos músicos brasileños (Lê Almeida y João Casaes). ¿Cómo les conociste?
Bueno, nos habían salido varios bolos en Brasil y justo antes de que fuéramos despedí a mi grupo, de modo que necesitaba una banda con la que tocar. Empecé a hablar con una brasileña que me estaba ayudando a montar los conciertos allí, y me habló de Le y su grupo [Oruã]. Al final, en lugar de encontrar a gente en Estados Unidos, le pregunté por estos chicos. Bajé allí a ensayar un poco, hicimos los bolos, me encantó el grupo, su música y todo, y decidí contratarlos como banda para girar todo el año siguiente por Estados Unidos y Europa. Habíamos cerrado esos conciertos para hacer las canciones de “Keep It Like A Secret” en su aniversario. Y después, durante esa gira les empecé a enseñar canciones nuevas en las pruebas de sonido. Cuando acabamos, se las sabían todas, y grabamos las pistas básicas en mi local de ensayo en Boise. Luego ellos volvieron a Brasil y yo terminé el disco solo. Se lo mandé y ellos grabaron algunas cosas adicionales. Tuvimos que mezclarlo a pachas distancia. Así fue como se dio.

Supongo que, además de la pandemia, todo esto es la razón por la que han pasado siete años desde “Untethered Moon” (Warner, 15).
Sí. Los siete años han sido un poco por todo: la vida pasa durante dos años, luego estás sin sello, giras mucho, cambia la banda, haces aquella otra gira, después firmas con el sello y al final sacas el disco. Todas estas cosas se van apilando unas encima de otras. Porque este disco probablemente podría haberse hecho hace cinco años. La mayoría de las canciones son de ese periodo. Pero llevó mucho tiempo poner todo en orden.

Entonces, ¿tu contrato con Warner se había acabado?
Sí. Contemplamos todas las opciones. Habíamos hecho con ellos seis discos, nos quedamos libres para ir a otro sello, y queríamos cambiar. Sub Pop era el sitio ideal, y tuvimos la suerte de acabar ahí.

Para mí es muy natural. ¿Cómo te sientes al respecto?
Me encanta. No se me ocurre un mejor sitio en el que estar. Tengo un par de buenos amigos que trabajan allí, y estoy contento de estar con ellos. Toda la gente que he conocido ha sido muy maja y ha sido estupendo cómo han tratado este disco. El sello tiene muy buena reputación, y no puedo creerme la suerte que he tenido.

Siempre te he visto en quinteto, y cuando vi la nueva formación, he de admitir que me sorprendió, me pareció un poco raro. Sin embargo, la banda era un trío cuando empezaste, ¿no?
Totalmente. Fuimos un trío durante mucho tiempo, luego cuatro también durante bastante tiempo, y después Brett [Netson] empezó a tocar con nosotros. Sí.

Entonces, ¿querías volver a tener más espacio entre los instrumentos o algo así?
Sí, es complejo. Parte de ello es que era caro tener a tanta gente en el grupo. Llegó un momento en que era imposible que todos viviéramos de ello. Así empezó la cosa. Y luego también es que me gusta la idea de saber qué está pasando musicalmente cuando estoy encima del escenario. Cuando hay tres personas ahí arriba, sabes qué está haciendo cada cual. Sé que si yo hago algo con la guitarra, tú lo vas a oír. Cuando hay otros dos guitarristas, no sé si lo que estoy haciendo se va a percibir. Depende de la mezcla de cada noche. Si te pones en el lugar del público, no sabes de dónde vienen esos sonidos. Eso puede ser bueno e interesante: nos lo curramos mucho como quinteto para tratar de controlar esto y hacerlo lo más poderoso que pudiéramos, tocando cosas juntos o doblándonos. Pero al mismo tiempo es divertido que como trío todo el mundo sepa lo que está pasando. Me gusta eso.

“Cuando sales de gira cinco o seis veces, llega un momento en que deja de ser divertido”

Por lo que he visto, las dos chicas con las que estás tocando [la bajista Melanie Radford y la batería Teresa Esguerra] son increíbles. Todo funciona muy bien.
Me dan ganas de llorar, son increíbles. Me siento honrado de tocar con ellas. Son gente majísima y la mejor banda que podría tener.

¿Cuál es la importancia de tocar con gente que te cae bien?
Es muy importante. Lo principal. Porque es de lo que se trata: estás conviviendo, pasas el tiempo junto a ellos o ellas. Somos socios. Cuando tocas con alguien se crea una relación íntima muy especial. Y quieres estar feliz con los demás y que los demás estén contentos contigo. Tengo un enfoque holístico con todo esto. No es un negocio o entretenimiento y ya está. Son nuestras vidas. No te puedo decir lo feliz que estoy de tocar con estas dos mujeres. Son geniales.

“Cuando tocas con distintos músicos y diferentes formaciones en los discos o en directo, es inevitable que el resultado suene fresco”. Esto lo decía Mark E Smith, aunque evidentemente el suyo era un caso extremo.
Totalmente. Es otra parte muy importante de todo ello. Una frescura en lo musical y también en relación a toda la experiencia. Cuando sales de gira cinco, seis, siete, ocho o nueve veces, llega un momento en que deja de ser divertido. Y meterte en el autobús y todo eso ya no apetece. Pero si de repente metes a gente nueva, están flipando, no se pueden creer que vayan ahí. Les encantan todas las cosas que la gente piensa que son un bajón en este negocio. Y eso hace que para mí también vuelva a ser divertido, porque lo veo desde sus ojos. Es una parte también.

¿Es la primera vez que te has ocupado de la parte técnica del disco, grabando y mezclando?
Sí. Bueno, siempre me he involucrado bastante en el proceso. Acabé mezclando “There Is No Enemy” en el estudio. Pero es la primera vez que lo he hecho todo en casa, mezclando y demás. He tenido un poco de ayuda aquí y allá, pero básicamente lo he hecho yo todo.

¿Y lo has disfrutado?
No mucho. Lo de ser técnico no es mi fuerte. Acabé haciendo cosas rápido un poco de cualquier manera sin preocuparme demasiado. Sin matarme. Era como, bueno, a mí me suena bien, así que va a estar bien. Muchos de los sonidos podrían haberse mejorado mucho, pero no sabía cómo hacerlo, así que decidí no preocuparme y hacer lo que pudiera. No ha habido muchas quejas sobre la calidad de sonido, de modo que me siento bastante bien.

Los singles están muy bien, pero hay una canción que me gusta especialmente: “Elements”. La letra contiene la frase que da título al disco.
Es de las más antiguas. De hecho, la grabamos para “Untethered Moon”, hay una versión que acabamos desechando. Fue divertido hacerla. Es una de las que tienen más capas de guitarras. Tenía un gran solo de guitarra, pero me puse a enredar con el teclado y me dio mejores sensaciones que el solo. Creo que ha quedado muy bonita, es de las que estoy más orgulloso.

Quitando esta canción, ¿musicalmente te pusiste como objetivo hacer canciones más “pop”, directas o concisas?
Sí, sin duda. Cada cierto tiempo es mi objetivo, pero a veces lo puedo hacer y otras no. En ocasiones por alguna razón una canción necesita tener muchas ideas y lleva cinco o seis minutos tenerlas todas ahí. A veces vuelvo a la canción y pienso que podría haber sido mucho más corta. No sé…En la música hay muchísimas cosas que se hacen en función de una especie de intuición arbitraria. No podría explicarte por qué me siento de una determinada manera, pero en el momento tiene sentido. Todas mis decisiones se basan en algo que es tan etéreo como la música misma.

“Me parece increíble la cantidad de gente con mucho talento que no ha tenido una carrera”

Vuelve a haber guitarras tremendas. ¿Las tocaste tú todas? ¿Te obligaron las circunstancias a superarte con tu instrumento?
Creo que probablemente las toqué todas, sí. No hay nadie más tocando guitarras. Siempre intento hacerlo de la mejor manera, pero no sé...Me alegra que pienses eso. Estoy constantemente pensando que lo puedo hacer mejor, tocando una y otra vez. Todas estas canciones se grabaron en mi ordenador, así que detrás de cualquier cosa que oigas hay otras cien guitarras que grabé y probé [risas]. Y las que escuchas son las que se han quedado.

¿Tan perfeccionista eres?
Estoy seguro de que la mayoría de los músicos tratan de acercarse a la perfección todo lo que pueden. Queremos clavarlo. Hacer algo que la gente quiera escuchar y no una vez, sino una y otra vez. Así es como yo oía música cuando era un adolescente. Yo siempre he querido crear ese mismo sentimiento para otras personas.

El arte del disco es precioso, muy especial. ¿Qué me puedes contar?
Descubrí a Alex Graham cuando leí un cómic suyo en Instagram. Me recordó a algunos de mis autores de novela gráfica favoritos, como Daniel Clowes o Chris Ware. En realidad su estilo es bastante distinto, pero me encantó. Y básicamente lo dejé en sus manos. Había visto algunos de sus cuadros y no me entusiasmaron, me parecieron demasiado raros, extraños. Pero me pareció que había una conexión. Y además, ya tenía el título, y me sonaba un poco pretencioso y serio. Quería que el arte hiciera un contraste, por eso le pedí que fuera muy colorido y tonto, para que se complementara con el nombre. Me puse en contacto con ella, estaba por la labor. No estaba seguro de que lo que me mandara me fuera a gustar. Lo primero que me envió fue un boceto a lápiz que aparece en la funda del disco. Me encantó. Y luego me lo pasó coloreado, que está en la otra cara. Me gustó también muchísimo. No le había dado ninguna indicación. Le dije que para la portada hiciera lo que le apeteciera. Y me encantó. En la contra hay una foto hecha en Brasil. También le pedí que hiciera el cómic del interior, lo que le diera la gana. No te puedo decir lo mucho que me gusta.

Eres uno de los músicos de tu generación más respetados. ¿Cuál crees que es el secreto de tu longevidad como artista?
No sé, es irreal. De verdad que nunca pensé que fuera a tener algo parecido a una carrera musical. Incluso hasta hace pocos años me parecía raro que alguien escuchara mis discos. Me parece increíble la cantidad de gente con mucho talento que no ha tenido una carrera. Y me sorprende que yo tenga una. Repito, es algo arbitrario, suerte... Sé que hay más cosas, pero hay mucha gente que toca la guitarra, canta y compone canciones tan buena como yo o mejor, a la que no le sucedió algo más que a mí, por suerte, sí me pasó. Me da la impresión de que tengo una suerte increíble. Al mismo tiempo, no creo no merecerlo, porque me lo curro mucho. Supongo que creo que se lo merecen más personas. He estado rodeado de un montón de músicos increíbles. Al final, gran parte de esto trata de cómo te llevas con los demás, y qué tipo de persona eres. Y siempre me las he apañado para llevarme bien y no ser muy difícil para los del sello, los promotores, otras bandas o fans con los que trato. Eso creo que me ha ayudado.

Quizá el secreto es que la gente aprecia que las canciones que haces son muy personales y te salen del corazón.
Gracias, eso me llega. La música que hago es como la que escucho y me gusta, en el sentido de que es personal y habla de lo que estás viviendo, pero a la vez, es general: es de lo que todos pasamos y sentimos. Deja un poco de espacio para la interpretación. Un día crees que sabes de qué va una canción y entonces pasa algo en tu vida y al escucharla, de repente va de eso. La canción puede cambiar en relación a lo que te pase. La música es lo que es tan poderoso. La manera en la que nos hace sentir. Puedes poner casi cualquier letra, que serán potentes porque la música las hace potentes. Obviamente, puedes escribir tan horrible que no tenga ningún impacto, pero siempre y cuando no hagas que sea horrenda, tendrá algún significado.

Hablando de eso, ¿las letras de este disco tienen algún hilo conductor o exploran algún tema? ¿Cómo enfocas tus letras?
Bueno, ahora mismo tengo un montón de ideas musicales sin una sola letra. Lo importante es sacar la primera frase: de qué va a ir la canción es lo que más me cuesta del mundo. Una vez que ya tienes un tema, lo desarrollas. A mí me resulta imposible que el sonido, la música, me dicten de qué va a ir. No sé cómo hacerlo. Lo acabo haciendo porque hay que hacerlo. No hay nada que realmente quiera decir, ni un tema sobre el que tenga algún punto de vista especial. Al final, me acabo dando de bruces con las palabras. Pero las letras de mis discos son todo lo que he escrito. He hecho algunas otras versiones de las canciones, letras que he tirado, pero no tengo un cuaderno lleno de letras al que acudir para casar alguna letra con una canción. No escribo absolutamente nada, a no ser que lo necesite para una canción. Lo que estoy tratando de decir es que no soy escritor.

“Me gusta la idea de saber qué está pasando musicalmente cuando estás encima del escenario”

Como decías antes, lo poderoso está en la música. Como alguien que lleva más de tres décadas en esto, ¿qué recuerdos tienes de los noventa, cuando empezaste?
Me parece que en los noventa éramos una más de las muchísimas bandas que había. Incluso al nivel más bajo, pensaba que íbamos a desaparecer. Jamás imaginé que íbamos a ser una de esas bandas en las que la gente piensa cuando se refiere a los noventa. Éramos uno de los miles de grupos que iban a desaparecer. La gente se iba a acordar de Pixies, Dinosaur Jr y estas grandes bandas, y a nosotros nos iban a olvidar. Estoy asombrado de que se nos considere uno de los grupos importantes de ese momento.

En todos estos años has debido ver de todo. ¿Cuáles son las dificultades ahora mismo para un proyecto como el tuyo?
Yo no puedo pensar en una situación mejor que en la que estoy. Nos ganamos la vida girando y sacamos un poco de dinero de los discos. No estoy seguro de dónde estamos respecto a los servicios de streaming. No acabo de entender cómo funcionan. Una parte de mí piensa que a largo plazo nos funcionarán mejor, porque es una fuente de ingresos constante. Los discos los vendes y ya está. No sé si es verdad, pero parece plausible que con el tiempo acaben pagando mejor que los discos físicos. Es la razón por la que la gente remasteriza y reedita las ediciones deluxe: para seguir sacando dinero. Con el streaming, aunque no sacas mucho de cada reproducción, con los años hay muchas reproducciones. Y con las giras tenemos suerte: giramos tanto como nos apetece. Así que no tenemos muchas dificultades, a no ser que haya alguna enfermedad mundial.

O una guerra nuclear.
Exacto. Esas dos cosas complican cualquier negocio [risas].

Cuando miras atrás, ¿te sientes orgulloso de lo que has hecho? ¿De tantos discos y conciertos memorables?
Estoy muy orgulloso. Pero ese orgullo viene de las reacciones que me he encontrado. Si la gente no hubiera estado tan emocionada ni nos hubiera apoyado tanto, diría: “Bueno, está bien, lo pillo”. Pero como otra gente ha estado tan flipada, eso lo cambia. Se acercan a decirme lo mucho que significa lo que hacemos. Y eso es muy especial. No me puedo creer haber podido vivir esta vida.

Por cierto, ¿oyes tus discos antiguos?
Alguna cosa de vez en cuando. Tengo sentimientos encontrados. Me gustan sobre todo los últimos. Pero no aprecio mucho las cosas que hice en los noventa porque no me gusta mi voz. Me parece que empecé a cantar como debía más tarde. De joven era demasiado cuidadoso. Estaba demasiado preocupado por el tono y no tenía la emoción adecuada. Creo que eso lo he conseguido cambiar en los últimos discos.

 

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