“Hay que ver cómo se va el día de rápido que no da tiempo a nada”. Entre cajas de cartón por una reciente mudanza al sur, Brisa Fenoy nos atiende para hablar de un cambio radical en su estilo de vida y sus aspiraciones musicales. “Me he venido cerca de Algeciras, a un sitio que se llama Wakana, en Benalup. Una residencia de artistas de una amiga que nos deja estar aquí a cambio de material audiovisual”. Cansada del ritmo de vida de la gran ciudad y desencantada de todas esas promesas que nunca se hicieron realidad. Brisa está preparada para ser la dueña de su propia carrera y, para comenzar, ya tiene dos discos en mente que pretende liberar a partir de febrero o marzo del próximo año. Tras el lanzamiento de “Fake”, su último single, la artista se sincera sobre su visión de la industria actual, sus miedos, inseguridades y la búsqueda de un nuevo renacer.
Hace unos días lanzaste “Fake” como una especie de resumen de cómo ves el mundo en la actualidad. Háblame un poco sobre cómo surge el tema y qué significa para ti.
Pues Álex, el tema de “Fake” surge en el confinamiento. Empecé a sentir mucha impotencia viendo toda la desinformación que había, noticias sin sentido, el tema de las mascarillas, tener que estar encerrados en casa… Al final todo son unos tejemanejes que llevan a unos intereses socioeconómicos. La verdad que todo ha sido como un shock, he ido indagando y al final la historia la escribe quien la gana. Vivimos en una especie de Matrix en la que nos han enseñado a ser, a gustar y a tener. Y he descubierto que todas las relaciones interpersonales que tenemos son “fakes”, incluidas las relaciones que tienes como artista porque si no haces lo supuestamente “correcto” te tildan de loca. No puedes ser tú si no cumples un estereotipo que ha creado la sociedad.
"Tras estos tres años profesionales lo veo todo muy diferente, ahora no me metería ni de coña en Universal y en el terreno comercial puro y duro".
Hablas de estereotipos, de una sociedad que no para de crear necesidades… Pero tú también formas parte de todo eso. El mundo de la moda, por ejemplo, genera muchos de esos estereotipos de los que me hablas y tú estás metida en esa burbuja.
Exacto, sí totalmente. Yo estoy en todo eso, siempre lo he sentido, pero no era tan consciente como ahora. Trabajaba en el mundo de la moda para poder pagarme así la música e intentar cambiar el mundo a mi manera. Y, al final, me he dado cuenta de que el cambio está en uno mismo y que, aunque no seamos completamente libres, sí que podemos decidir en qué invertimos nuestro tiempo o cómo trabajamos. Por eso, por ejemplo, nos hemos mudado ahora al campo. A una especie de comunidad en la que yo voy a cultivar en el huerto, ayudar a la comunidad y cada uno pone lo que puede. Quiero vivir así, ya estaba un poquito cansada de Madrid, de la ciudad, de todo el sistema este de música-moda en el que me muevo. Eso sí, te reconozco que de todas formas cada vez me cuesta más gestionar todo esto. Tengo que vivir de algo y la música da difícilmente para vivir. Al final siempre acabo entrando en colaboraciones con marcas que son las que me subvencionan o pagan el poder gestionarme yo todo de forma independiente.
Sí, es cierto que al escuchar “Fake” y entender el concepto me vino a la cabeza incluso la opción de que se tratara de un experimento sociológico tuyo.
Un poco sí, hemos creado además una pieza completamente audiovisual que subiremos a alguna plataforma y en la que hay una voz en off en la que explico que el mundo se divide en dos tipos de personas: las que hacen cada día o cada acción por amor y las que hacen todo por poder, ego o miedo. Hay que alimentar más el amor, esa austeridad mental de no necesitar ser nada o tener. Si no, solo ser.
Y tú que estás metida en acciones sociales, ONG’s y todo ese mundo. ¿Crees verdaderamente que eso existe como tal? ¿Que no siempre hay una segunda cara centrada en que yo ayudo para que no me juzguen o para sentirme únicamente bien conmigo mismo?
Hombre, claro que hay muchísimo de eso. Siempre hay una cara B en la ayuda social. Y aún así, no pienso dejar de ayudar a los que lo necesitan. Es lo que te he dicho antes, me he dado cuenta de que al final la mayor ayuda social que puedes hacer es a ti mismo. Eres tú, en tus acciones diarias, con tus mecanismos cognitivos… Yo es que he estudiado Psicología y me muevo mucho en estos conceptos. Si tú no cambias tu manera de ver el mundo no sirve para nada. Hay que aprender a no juzgar y estamos todo el día juzgando porque nos han juzgado a nosotros siempre. Hay que deconstruir y volver a construir para aprender otra vez.
"Soy una persona que genera debate por mi físico, joven, mujer, modelo y encima hace mainstream e intenta tener un mensaje diferente".
¿Qué te parecen entonces los mensajes que se transmiten a través de la música comercial a nivel nacional?
Es muy difícil hacer mainstream con mensaje más allá del amor, desamor, sexo... El mayor consumo es de adolescentes, jóvenes que basan su vida en el “quiero ser alguien”, en el “no lo seré si no me saco la carrera o no logro algo”. Que están muy alienados por el éxito y el propio sistema. Así que si yo les doy otra cosa no conectan con ello. Es como me pasa a mí misma con TikTok. Ya en sí no soy muy buena con las redes sociales. Pero ellos hablan un lenguaje que te prometo que no entiendo. Yo me he ido de Universal, me lo he hecho todo yo por mi cuenta. Al final lo comercial, el estar en una major… Todo se justifica porque tienen un músculo financiero muy grande y por eso te hacen llegar a todo el mundo. Si te colocan como objetivo de la discográfica estás en todos lados. Entonces es cuando te vuelves mainstream, superstar o algo así. Los artistas más conocidos tienen millones detrás, Bad Bunny por cada tema en YouTube pone 60.000 euros de promoción. Joder y yo no tengo ni 500 para poner en YouTube sabes (risas). Eso sí, tras estos tres años profesionales lo veo todo muy diferente, ahora no me metería ni de coña en Universal y en el terreno comercial puro y duro.
Bueno y al final el tema de las redes sociales no deja de ser otra forma de manipulación y control. Ya no es solo que no las entendamos muchas veces, es que formamos de nuevo parte de ese sistema del que hablabas al principio.
Buff, totalmente. ¿Es que cómo te vas de las redes? Es que si no subo cosas a las plataformas o pongo anuncios cómo me promociono. Y mira que yo digo muchas cosas fuera de lo común y al final me terminan penalizando. Que intento darle un poco la vuelta al uso habitual que se hace de ellas, intento ser más crítica.
Me decías que el sonido que vamos a encontrar en el primer álbum sí que está relacionado con la Brisa Fenoy que conocemos hasta ahora. Un sonido pop, latino, con referencias trap… Pero, que estás dispuesta a dar un salto sonoro en el segundo.
Sí, ya tengo más de cuarenta temas terminados. Yo hago mis canciones y me las produzco. Mi primer álbum se llamará “Amor o poder”, saldrá en febrero o marzo, igual que un libro que escribí el año pasado. Ahora me toca sentarme para seleccionar, hacer más y de todas ellas coger lo que quiero que sea el segundo disco. Pero, todo lo que me ha ido saliendo de un año para acá siento que son temas mucho mejores y que van más ligados a lo que yo soy de verdad. Al final me voy encontrando, yo también vengo de un lavado de cerebro y de oído muy grande.
Yo pensaba que lo comercial era mejor, es fácil de componer, de producir… Y al final, aunque me salga muy bien eso, me he dado cuenta de que a mí me flipa Moby, me encantan las cosas con mucho reverb, con mucho delay… Cosas que al final una como productora siente que le representan más. Yo no tenía antes mucha confianza en mí misma y siempre me decían “no, tiene que ser un productor porque tiene que ser un hit” y el hit, y el hit, y el hit. Te ves en un mundo en el que tienes que decir muchos noes, que todo te cuesta mucho. Y bueno, yo me veo como una cantautora moderna, muy personal y encontrándome a la vez que voy haciendo música. La música me ha ayudado mucho en mi proceso personal, en mi transformación interna de quién soy verdaderamente. Yo ahora mismo voy a hacer lo que yo siento y si va bien genial y si no pues ya irá bien en el séptimo disco.
Me gusta esto que cuentas de que vas a hacer verdaderamente lo que sientes porque, tristemente, a día de hoy arrastras muchos prejuicios hacia tu carrera. Por un lado, el no ser a nivel comercial lo que se esperaba y por el otro el que no te vean como alguien que puede encajar en una escena más alternativa.
Total, yo creo que la vida no te da lo que quieres sino lo que necesitas. Muchas veces te ves diciendo por qué me pasó esto que me hizo pasarlo tan mal y bueno eso al final te hizo encontrarte en cierto sentido. Y sí, justo, yo soy una persona que genera debate por mi físico, joven, mujer, modelo y encima hace mainstream e intenta tener un mensaje diferente. Está claro, que los súper indies no me van a consumir porque no me van a ver como parte de ellos. Y que los otros no van a conectar tampoco con los mensajes que yo intento mandar. Al final me veo como en un limbo, en tierra de nadie… Que, sinceramente, me parece en parte hasta bonito. Y soy lo que soy. Que me juzgan, que me juzguen. Que les gusta, que les guste. Si es que al final yo creo que en eso consiste la vida. Piensa que con dieciséis-diecisiete años hice un disco de pop-rock-jazz con músicos de aquí de la zona buenísimos. Compuse todos los temas en inglés y no llegó a ver la luz. Terminé haciéndome modelo para poder ser productora, mudándome a Madrid, firmando con Universal… Si es que no hay un manual. Dicen, eso sí, que la gente cuando se va morir de lo que más se arrepiente es de las cosas que no ha llegado a hacer en vida. Así que, yo quiero hacer lo que creo, sentirme feliz, orgullosa y satisfecha de todo.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.