Con su quinto disco, los británicos Bring Me The Horizon han dado un paso lógico en su carrera, algo que ya se podía intuir, dejando reposar su clásico metalcore y apostando por unas canciones con más melodías y esa vocación de hit a la que nos han tenido acostumbrados Linkin’ Park durante años. “That’s The Spirit” es el álbum que ha propiciado que cuelguen el cartel de no hay billetes en el Wembley Arena o que la banda se haya encaramado al número uno de las listas de iTunes con el single “Happy Song”. Y parece que los cambios en lo estilístico han tenido también que ver con otros cambios durante el proceso de grabación del disco. “Ha sido un proceso laborioso, pero tranquilo al mismo tiempo. Escribimos las canciones en Sheffield durante un período de tres meses y después nos fuimos a la isla de Santorini, un lugar idílico con un estudio bonito y muy cómodo. Eso nos ha permitido prestar mayor atención a la producción. Era un punto importante para nosotros, poder controlar más de cerca el proceso. Era necesario, puesto que el cambio lo requería”.
Quienes piensen que lo expuesto en “That’s The Spirit” supone solamente un paréntesis y que en algún momento Bring Me The Horizon pueden dar marcha atrás para volver a su sonido metalcore están equivocados. Esa no es ni mucho menos la intención de los chicos. “No creo que vuelva a haber otro disco en esa onda. Hemos optado por el concepto de canción rock más global, con más melodías. Hemos trabajado desde esa base y ahí radica el germen de esta mutación. Es lo que estamos viviendo ahora y nos da igual lo que pueda pensar la gente”. El cambio de estilo también afectará el modo en que van a desarrollarse sus conciertos. “Antes eran conciertos más duros, con mucha energía, muy locos. Ahora serán más dinámicos, pero no vamos a perder esa fuerza. Está en nuestro ADN, aunque el concepto de las canciones es lo que manda”.
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