¿Cuáles fueron los principales motivos por los que comenzaste en el mundo de la música?
Al principio comencé, como mucha gente, porque quería compartir con el resto de la gente mi amor por sellos del momento como Mo’ Wax o Talkin’ Loud. Quería compartir también toda esa afición por estilos del momento como downtempo, trip hop y house. Así comencé a hacer mixtapes que compartía con mis amigos y que poco a poco me fueron metiendo en el mundillo.
"Robbie Willliams es un tío muy ocupado y ahora anda más centrado en su nuevo show en Las Vegas, ya que ahora quiere hacer algo a lo Tom Jones allí".
¿Recuerdas algo de tu primera sesión?
Estaba muy nervioso, y seguramente fue en unas fiestas que hacíamos en Studio A, una discoteca mítica de los años ochenta y noventa que ahora está cerrada.
¿Qué es lo que no puede hacer nunca un DJ durante una sesión?
Perder el contacto con la pista de baile. Es algo que aprendí desde el principio, no puedes dejar de fijarte en la pista de baile, tienes que guiarte por ella para poder hacer una buena sesión. Si te fijas en la gente que hay detrás de ti, los amigos, los VIP’s, etcétera, estás condenado. Porque para hacer bailar a la gente tienes que fijarte en ella, y los que mueven la discoteca están delante de la cabina, no detrás de ella.
¿Vinilo, CD, archivos digitales…?
Empecé pinchando en vinilo, como todo el mundo por esa época. Compré un par de platos y un mixer y me puse a practicar en la cocina de mi casa. Pero ahora solo pincho con USB’s. La libertad que te dan a la hora de editar los temas al vuelo y de tener una discografía de dos mil temas en un dispositivo, dan una libertad a la hora de pinchar que no te da un vinilo.
¿Y eres un geek de los sintetizadores o prefieres producir con el ordenador? En ese caso, ¿Cuál ha sido tu última adquisición y cuál ese sintetizador que se te resiste?
Hace bastante tiempo que no me compro un sintetizador nuevo, de hecho, soy ese tipo de productores que encuentran su método y ya no lo cambian durante un buen tiempo. Llevo unos diez años utilizando el mismo software para producir, y creo que es lo ideal. Cuando encuentras un método para conseguir el sonido que quieres lo ideal es continuar con él. Y de hecho es que me considero más un productor que un ingeniero, soy el que busca más la emoción, la nota exacta y el feeling, que el sonido en sí. Con lo que te tengo que responder que no, no soy un geek (risas).
Ahora te haré una pregunta que solemos hacer siempre. ¿Qué canciones de las que eres muy fan nunca te has atrevido a pinchar y por qué motivos?
Siempre he querido pinchar ese gran clásico llamado “Voyage Voyage” de Desireless, que me parece muy kitsch y que siempre me ha gustado, pero no me he atrevido a pincharlo. Hace tiempo incluso hice un edit en el cual reemplazaba toda la letra para ir directamente a los coros, pero aun así nunca me atrevo a ponerla.
Y para ir cerrando la entrevista y aprovechando este último hit que has sacado junto con Robbie Williams, ¿cómo ha sido trabajar con él? ¿Hay algún álbum en mente?
Pues ha sido todo un placer. Llevaba bastante tiempo con ganas de trabajar con Robbie. Desde que sacó aquel genial “Rock DJ” me interesé por su carrera y por su forma de cantar, por ese estilo que tiene de superestrella y de crooner actual. Nos conocimos en una gala de premios en Los Ángeles y ahí hablamos de colaborar en algo, y todo eso derivó en este tema. En cuanto a la colaboración fue todo cara a cara. Me gusta reunirme con el artista en el estudio para poder compartir con él la energía de la creación del tema. No entiendo eso de colaborar en la distancia. Por lo menos a mí me funcionan mejor las cosas, y en esta ocasión fue así, el tema salió muy rápido, de hecho, se puede ver cómo nos lo pasamos en ese vídeo que se grabó en el estudio durante la gestación del tema. Y respecto a hacer algo más, no creo, Robbie es un tío muy ocupado y ahora anda más centrado en su nuevo show en Las Vegas, ya que ahora quiere hacer algo a lo Tom Jones allí.
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