“Gran Pantalla” es vuestro tercer disco. Ya habéis superado lo de “grupo emergente”¿Cómo definiríais el momento en el que os encontráis como banda?
(Milky) Hasta los cojones de mis compañeros, tío. Pero con muchas ganas.
(Jorge) En el plano personal hasta los huevos los unos de los otros. Pero como grupo nos sentimos como un conjunto más cohesionado. Al final son muchos directos, muchos kilómetros de carretera, de conocerse, de darse asco… y al final eso une.
(Milky) Y de partirse la polla, también.
(Jorge) En ese sentido estamos más en forma que nunca. Entramos al estudio con ganas de retorcer el planteamiento que habíamos hecho previamente a la hora de hacer canciones. Queríamos ir un paso más allá sobretodo para no aburrirnos. No hay nada más aburrido que repetir siempre lo mismo. Desde luego el disco no es de soul ni de jazz, aunque eso le encantaría a Milky, pero sí que introduce ciertos cambios y novedades que no estaban en los discos anteriores y eso solo se consigue cuando tienes cierta complicidad en el grupo y queréis llegar a un mismo punto, algo que se logra después de mucho tiempo de curro y furgoneta.
Precisamente, el primer cambio que se nota con respecto a los anteriores es que hay un tema central que conecta todos las canciones. En concreto, todas las letras, desde el título, hablan de la tecnología y de cómo influyen en nuestra forma de vivir. ¿Por qué habéis escogido este tema como núcleo lírico del álbum?
(Jorge) Supongo que la culpa lo tengo yo.
(Milky) Totalmente.
"Al final, las etiquetas son ridículas. Hacemos biznagadas y ya está. Por favor, no pongas eso de titular". (risas)
¿No es consensuado entonces?
(Jorge) Digamos que yo llego con una propuesta de ley, saco la pistola y se tenía que hacer.(Risas)
La verdad es que ya veníamos tratando este tema en las canciones anteriormente. En “Centro Dramática Nacional” (14) hablamos sobre ello en Ciudad de la imagen aunque desde un punto más ambiguo. Pero en el segundo, “Sentido del Espectáculo” (17) sí que nos aproximamos a este tema mejor en “Mediocridad y confort” y “A tumba abierta”. Pero la obsesión fue más allá y no me bastaba con solo una o dos canciones en el disco. Hoy en día, la experiencia vital de cada uno la percibimos a través de una pantalla, desgraciadamente. La pantalla y la tecnología fagocitan el resto de temas.
Si algo queda bien reflejado en las letras es la evidencia de que a día de hoy, los temas importantes que nos remueven (el amor, las rupturas,…) parece que solo cobran sentido a través de la pantalla.
(Jorge) Totalmente. Es incluso más real que lo real. Lo más interesante y, a la vez, lo más terrorífico que tiene la pantalla es que es capaz de superar lo real, lo aumenta. Cuando vemos algo a través de la pantalla está multiplicado por veinte: Quien se lo ha pasado bien, se lo ha pasado muchísimo mejor que te lo pasarás tú en tu vida, es la fiesta definitiva; quien está enamorado, está más enamorado que tú, nunca nadie había estado tan enamorado como él muestra en redes…
Y partiendo de esta concepción tan caótica y pesimista de la realidad actual, ¿cómo veis el futuro?
(Milky) Personalmente yo creo que todo esto derivará en un problema de salud pública. Ya lo es de recursos, de tiempo,… y todo eso se traducirá en un problema público. Habría que desligarse de las tecnologías pero es difícil. A mí me da vértigo quitarme Whatsapp, por ejemplo.
(Jorge) Desde luego las consecuencias van a ser nefastas a nivel atencional e incluso a nivel neuronal y cervical por estar todo el rato mirando la pantalla.
(Milky) Y en las manos, tío. Hay gente con tendiditis ya por el uso del móvil.
(Jorge) Vamos a acabar mutando y teniendo garras con la forma del móvil.
(Pablo) Yo trabajo de psicólogo y cada vez hay más diagnósticos vinculados con una opacidad con respecto a lo que tenemos alrededor. Al final es una cíber-conexión con algo que no es real y de repente todo ello nos genera un conflicto que no sabemos resolver si no es con una pantalla.
Tengo que decir que me resulta curioso que veas estas letras como algo pesimista porque yo creo que para nosotros ha sido como algo liberador, como sacar mierda. (Risas)
Y al tener tan clara y presente esta parte negativa de la tecnología, ¿cómo lo lleváis a nivel de grupo? Hoy en día parece que tienes que estar en redes sociales para existir.
(Milky) No es la parte que más atención le damos, ni somos muy de generar mucho contenido. En comparación con otras bandas o personas, creo que somos discretos rozando lo aburrido. Pero sí hay que tenerlo en cuenta. Tienes una banda y quieres que la gente te escuche, entonces te toca entrar en el juego.
(Pablo) La ortodoxia nunca fue útil. Al final tienes que ser flexible con lo que tienes al rededor.
(Jorge) Somos consciente de cómo funciona la movida ahora: si no estás en redes, no estás. Y nosotros tenemos que tragar con este asunto. Dicho esto, el punto de vista en el que nos situamos nosotros al escribir las canciones no es al margen del resto de la sociedad. Nosotros formamos parte de la masa con todas las consecuencias.
Desde dentro, desde vuestra perspectiva de grupo, ¿qué opinión tenéis de que el acto escuchar música dependa de algoritmos? Con las plataformas musicales uno tiene la libertad de escuchar un sin fin de cosas, y al final la mayoría acaba escuchando lo mismo.
(Jorge) Yo creo que el consumo de cultura es puramente algorítmico. Los descubrimientos semanales, los vídeos sugeridos, las listas,… todo ello condiciona tus futuros gustos. Parece que estamos perdiendo nuestra capacidad de búsqueda, de discriminar y de tener sentido crítico. Pero te digo lo mismo con las noticias. Las mayores agencias de noticias son Facebook o Twitter. La gente ya lee titulares a través de los comentarios que se hacen en estas redes sociales. En general, creo que es la manera de consumir sentido. De hecho, uno de los temas fuertes del disco es cómo consumimos sentido, lo que tomamos por sentido común o realidad todo viene a través de lo que proyecta la pantalla y lo que hay detrás de la pantalla que es el algoritmo.
Si hay un género que se ha beneficiado de las redes sociales ese es el trap, género que muchos han catalogado como “el nuevo punk”, ¿qué opináis de ello?
(Milky) Esa expresión ya ha pasado de moda.
(Jorge) Yo creo que el trap se ha beneficiado de internet porque es un producto de su tiempo, un tiempo donde las redes sociales tienen un gran protagonismo. Quizás si el punk hubiera nacido en la época de internet y las nuevas tecnologías, seguramente se hubiera transmitido de otra manera y no a través de fanzines o programas de radio. Creo que es una cuestión circunstancial. Y en cuanto a lo de si es el nuevo punk pues no sé qué decirte. ¿Por qué dicen eso? ¿Porque van de malotes o algo así?
(Milky) El trap habla de tener sexo, fumar, meterse drogas, estar con el móvil y partirse la polla, y esos valores no los recogía tanto el punk.
(Pablo) Viendo esta movida aquí (señala el cráneo de búfalo) me he acordado de un artículo que leí el otro día que hablaba del salto del paleolítico al neolítico, y estaba pensando que sería absurdo preguntar a uno del paleolítico que qué opina de que los del neolítico les copiaran… a lo que voy con esto es que es un poco absurdo comparar qué tiene el trap con respecto al punk.
(Jorge) Por otro lado y para concluir, creo que ha habido una reivindicación y revalorización de la música mainstream, quizás porque las cosas más innovadoras, tecnológicamente hablando, se están haciendo a través del pop comercial, con productores muy reputados y demás. Quiero decir que a raíz de todo eso, quizás estemos viviendo por un lado un espíritu que ya se dio en la década de los ochenta en el sentido de que las guitarras dejan de tener predicamento, y empieza a valorarse el sintetizador en el caso de los ochenta, y el ordenador y el autotune en el caso de ahora. A ello se le junta también cierta ética de que la vanguardia es el mercado. Abrazar el mercado y lo comercial como algo vanguardista. En ese sentido se puede establecer un paralelismo espiritual entre la década de los ochenta y la actual.
"En general, el disco transmite por momentos cierto ambiente desolado, frío, impersonal. Algo que va acorde con el tema central".
Hace tres años en una entrevista para esta misma revista decíais que “el rock es Hombre, Mujeres y Viceversa” ¿Seguís pensando lo mismo?
(Jorge) Sí que ha dado juego ese titular. (Risas) Lo cierto es que no me acuerdo qué quise decir con esa frase. Yo creo que fue una respuesta que me salió por la presión del momento de tener que contestar algo. Y, por otro lado, creo que también refleja a lo que está avocado la cultura y, en general, el mundo que es como una especie de mercado, de escaparatización. Creo que iba por ahí el asunto.
(Milky) Ahora el rock y la música de guitarras es First Dates. Pero no sé explicar por qué. (Risas) Bueno, más bien el rock es El Hormiguero, tío. Gente ridícula haciendo el ridículo.
(Jorge) Dicho sea de paso, a mí el rock no me gusta. De hecho, cuando vamos a un sitio muy de ese palo me gusta decir que lo odio. No somos muy rockeros.
(Milky) Yo llevo justo encima un libro de Neil Young. (Risas) Pero venía escuchando Pedrito LaDroga, ¿eh?
(Jorge) Esa es la post post modernidad.
Siempre os cuesta encajaros dentro de un género en las entrevistas. ¿Con el tercer disco ya lo tenéis más claro?
(Jorge) Yo creo que con este disco nos vamos a definir como ciber-punk, pero solo para este disco.
(Pablo) Neo Punk.
(Jorge) No, tío, eso suena fatal. (Risas) Al final, las etiquetas son ridículas. Hacemos biznagadas y ya está. Por favor, no pongas eso de titular. (Risas). Lo que quiero decir es que cuesta definirse a uno mismo. Que la gente escuche las canciones y luego juzgue.
(Pablo) Al final depende del oyente.
¿Diríais que en esta crítica a la tecnología reflejada en las letras también hay un parte de crítica política?
(Milky) Yo sí lo noto. Sí que hay algo político. No hay una ideología, ni un posicionamiento ni una tesis pero somos sujetos políticos, y Jorge escribe tan bien que se cuelan cuestiones políticas.
(Jorge) Hay más sociología que política, pero sí se cuelan temas de planteamiento filosófico-político.
¿El músico debe comprometerse políticamente?
(Jorge) El artista debe comprometerse consigo mismo únicamente. A partir de ahí, que transmita sus intereses o ideología como quiera o pueda.
Con respecto al sonido de “Gran Pantalla”, ¿con qué referencias entráis al estudio?
(Jorge) Muchas cosas. De hecho, ha sido un año largo de debates, de arrojar referencias, todo por Whatsapp. Antes de comenzar a grabar, Raúl Pérez de La Mina nos preguntó que qué sonido queríamos con este disco, y le pasamos dos referencias: “Los demenciales chicos acelerados” de Eskorbuto, y “Chairs Missing”, el segundo álbum de Wire. Pero luego a lo largo del año fueron saliendo más.
(Pablo) A diferencia a los otros trabajos, en este proceso de grabación hemos estado probando juguetitos, aparatos,… Estuvimos más abiertos a lo que pudiera pasar, más libertad. Y se han metido movidas distintas al anterior álbum.
(Jorge) Hay una paleta de sonidos nueva. Tiene cierto color que los otros discos no tenían. Se ha experimentado también con nuevos pedales de guitarras. Se ha investigado más en las estructuras de las canciones. En general, el disco transmite por momentos cierto ambiente desolado, frío, impersonal. Algo que va acorde con el tema central.
¿Y la idea de introducir tantos cambios en el sonido fue saliendo sobre la marcha o ya lo teníais en mente antes de entrar al estudio?
(Pablo) La idea empezó antes. Cuando terminamos de grabar el disco anterior estábamos como “esto ni una puta vez más”.
(Jorge) Yo incluso recuerdo que cuando planteé por primera vez el tema del disco y tal fue en agosto de 2017. Y desde ahí comenzamos a trabajar estas ideas nuevas.
Fichar por el sello americano Slovenly Records con el segundo disco os dio la oportunidad de cruzar el charco y tocar por Estados Unidos, México,… ¿Cómo ha sido la experiencia?
(Jorge) Brutal. Al final somos cuatro colegas y tocar era casi lo de menos.
(Milky) Cuando vamos a los sitios al principio decimos “joder, putas ganas de tocar ahora”, porque en general son sitios muy guapos que no has visto nunca y te lo pasas fenomenal.
(Jorge) Además, es que no solo es ir a otro país, sino también cruzar el charco. Y eso es una experiencia que marca. En México además nos gusta tocar porque es un país que si les gusta algo, van a muerte. Viven la música apasionadamente. Aquí en cambio quizás seamos más fríos. Estamos más pendientes del postureo.
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