“Quiero que al productor se lo tome como un artista en el día de mañana”
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“Quiero que al productor se lo tome como un artista en el día de mañana”

Karen Montero — 06-08-2020
Fotografía — Archivo

Nadie sabe quién es Bizarrap, pero todos lo conocen. Mantiene el anonimato ante la prensa con gafas de sol y gorra, pero acumula más de 1,2 billones de reproducciones en YouTube y es considerado el mejor productor argentino de trap del momento.

En apenas un año, Bizarrap ha creado las BZRP Music Sessions, una producción entre él y artistas famosos del trap y rap argentinos como Trueno, Dillom, Ca7riel o C.R.O. La que lo acabó de catapultar a la fama fue la de Nicki Nicole, joven promesa rosarina que en tan solo seis meses se ha ganado el trono del trap femenino en Argentina gracias a su tema ‘Wapo Traketero’. Esta madrugada ha dado un salto de gigante al publicar la extraordinaria sesión número 32 con Cazzu, una de las máximas referencias de la música urbana hispanoamericana.

Y hasta hace apenas un año, Bizarrap todavía seguía en la universidad estudiando Marketing. Con tan solo 21 años, tiene su misión clara en la industria musical: hacer destacar al productor como figura artística y que la gente entienda su rol en el engranaje de la industria musical. Sus sesiones con Kinder Malo, Don Patricio y Bejo cruzaron fronteras –es la primera que hace con alguien de fuera de Argentina- y logró casi tres millones de visitas en tan solo cuatro días. Tiene objetivos claros y altos, pero sigue con pies con la tierra, gestionando minuciosamente su tiempo para poder estar a la altura de lo que él mismo espera. Y mientras, con calma y al detalle, el éxito se va cociendo en su estudio casero.

¿Cuál fue la chispa que te hizo interesarte por la música electrónica?
Tenía 12 años cuando conocí la música electrónica. Escuchaba a David Guetta, Skrillex y todo lo que salía entre 2010 y 2011. Me preguntaba: ¿cómo será que estos tipos hacen la música? Después fui afinando el oído e interiorizando un poco más. A los 14 años empecé a producir electrónica, al principio como un hobby hasta que hace unos tres años me di cuenta que había una posibilidad de que esto podía ser profesional. Ahora mis referencias son otras, como Flume –para mí, es uno de los mejores productores del mundo. Quiero que en el día de mañana, al productor se lo tome como un artista y se pueda subir al escenario y que la gente lo admire tanto como se admira a un cantante. A lo largo de la historia el productor siempre tuvo el respeto en el ambiente musical pero no sé si la gente lo valora tanto.

"En el ambiente –traperos y productores – hay muchísimo respeto, pero quiero que la gente entienda qué es un productor".

¿Pero eso hoy en día ya está cambiando?
Sí, está cambiando de a poco. Yo trato de dejar bien parado el productor a todos los lados que voy y en entrevistas que doy, eso es muy importante.

¿Crees que en Argentina esto también está cambiando?
Sí, de a poquito. Quiero ayudar a mis colegas y amigos productores a que también puedan tener otro espacio. En el ambiente –traperos y productores – hay muchísimo respeto, pero quiero que la gente entienda qué es un productor. La gente no entiende bien quién es aquel alguien que hizo casi el 50% de un tema en el ordenador.

¿En qué momento decidiste unir electrónica con trap y hip-hop?
Cuando la gente me empezó a seguir en mi carrera musical fue cuando empecé a hacer remix de electrónica de canciones del trap como ‘A Fuego’ de Drefquila o ‘No Vendo Trap’ de Duki. Ahí la gente empezó a fijarse porque era algo nuevo. Ahora también estoy preparando algunos temas que vienen con drop, así electrónicos, que van a salir pronto y que, quizás, pueden cambiar el género un poquito.

¿Cómo llevas pasar de hacer tus propios remixes en tu estudio casero a tener el éxito abrumante de ahora?
Estos últimos años fui aprendiendo un montón de la industria. Me fui juntando con gente y fui investigando porque sabía que en algún momento iba a pasar. Si le sigues metiendo a lo que te gusta y lo haces bien, tienes que saber que el éxito puede estar ahí a la vuelta. Ya estaba preparado, así que ya sabía cómo reaccionar. Cuando me empezaron a llamar de todos los medios y discográficas, y todos los artistas querían trabajar conmigo, me lo tomé tranquilo. Empecé a hacerme calendarios: esta semana trabajo con este artista, esta semana con este otro. Si no tienes tiempo, puedes quedar mal con la gente. Así que trato de ordenarme.

¿Cómo surgieron las Music Sessions?
Empezaron cuando me junté con Kodigo, uno de los mejores raperos de habla hispana. Con el éxito que tuvo esa sesión se empezaron a sumar otros artistas amigos míos y también gente con la que nunca había hablado. Yo también fui llamando a otros pibes que me parecían interesantes como Paco Amoroso o Dillom. Por suerte a todos les gusta lo que hago y por eso vinieron.

¿Actualmente es el proyecto con el que estás más ocupado?
Sí, le dedico 100% de mi tiempo, aunque también me dedico a producciones de otros artistas para temas suyos, pero muy pocos. Hoy en día, por la cantidad de sesiones que hago, no tengo mucho tiempo para otros artistas.

"Cuando descubrí a la gente de España como Kidd Keo, Bejo, Rels B, entre otros, me voló la cabeza y nunca me hubiese imaginado que iba a terminar grabando con Kinder Malo".

¿Cómo es una Music Session? ¿Es un 50% de creación entre tú con la música y el artista con la letra?
Hay veces que yo les muestro letras mías que nunca usaré o a veces ellos ya tienen una letra y vamos metiéndole beats. Eso es lo que me gusta: descifrar lo que esa persona tiene en la cabeza en el momento, adivinarlo y plasmarlo en el beat.

¿Cómo fue la Music Session de Nicki Nicole? Fue la que te lanzó al éxito más latente.
Escuché su tema de ‘Wapo Traketero’ y dije: esta piba la rompe toda. Me puse como loco y le hablé por Instagram. Nicki es una genia y me hice muy amigo suyo cuando vino al estudio. Ella vive en Rosario, pero cuando vino a Buenos Aires nos juntamos, hicimos tres temas en unas dos o tres horas y decidimos sacar el que salió.

La primera sesión con un artista español que sacaste fue la de Kinder Malo. ¿Fue idea tuya crearla?
¡Obvio! En 2016 descubrí a Pimp Flaco y Kinder Malo, me volvían loco. En 2016 había trap en Argentina, pero no más de ocho o diez artistas. Cuando descubrí a la gente de España como Kidd Keo, Bejo, Rels B, entre otros, me voló la cabeza y nunca me hubiese imaginado que iba a terminar grabando con Kinder Malo, que tiene muchísimo talento.

¿Cuál es tu colaboración soñada?
Creo que se va dando, no quiero decir nada por si no se da. Mi máximo sueño es grabar con Flume, ojalá se dé.

En el momento en que empezaste a tener este éxito, todavía seguías en la universidad estudiando. ¿Sigues compaginando la música con tus estudios?
Nunca dejo de estudiar, por más que no sea en la universidad. Trato de estar informado todo el tiempo y aprender nuevas cosas. Estuve durante casi tres años en la facultad estudiando Marketing y me fue muy bien, nunca me fue mal en un final. Al mismo tiempo estaba con la música. A mitades del 2019 se me hizo imposible seguir porque empecé a tener un montón de trabajo y eso me dificultó seguir con la universidad. Me gustaría retomarla en algún momento porque había hecho veinticinco materias y solo me quedaban quince, menos de la mitad de la carrera. Sé que la puedo terminar porque me encanta el Marketing, lo aplico muchísimo a mi trabajo.

En la universidad ibas sin gafas de sol ni gorra, pero en tu vida profesional siempre tratas de mantener el misterio.
Sí, si salgo sin gafas y vestido normal la gente no me reconoce. A mí me encanta que la gente me salude y ver que en la calle les guste lo que hago, pero lo hago por mantener el misterio. Hay algo muy importante, y es que si generas tu imagen, la gente se puede sentir identificada. Yo, en realidad, reflejo un poco cómo soy: reservado y tranquilo, así que no lo muestro todo.

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