“Queríamos mantener todo lo más básico posible y no sólo la música, también la parte gráfica, la información del disco, y pensamos que no darle nombre, a diferencia del resto de nuestros discos, sería una buena idea”, nos dice Armand Cardona, guitarrista de una banda que lleva dando guerra desde 1993. Ese tiempo y la calidad de sus discos les da el maldito estatus de banda de culto. “Es muy cansado esto de ser una banda de culto en este país, normalmente una banda de culto tiene poco público pero fiel, si es así nosotros somos una banda de mini culto porque nuestro público es muy reducido pero muy fiel. El tiempo se aguanta precisamente por la falta de éxito, si hubiésemos triunfado estaríamos separados y en alguna clínica de desintoxicación o en alguna secta a lo Charles Manson”.
Ahora se desmarcan con el que quizá es su disco más crudo. “Esa era la intención, lo que tengo claro es que el disco con menos arreglos e instrumentación que hemos hecho… y el que tardamos menos en grabar, de alguna manera se tiene que notar”. Compañeros nuestros los comparan contínuamente con bandas como The Flamin’ Groovies o MC5 aunque reconociendo que conservan esa personalidad propia de las grandes bandas. “Esa fue una frase de Diego RJ en El Sótano de Radio 3. Que nos comparen con estos dos grupazos es un honor y, supongo que Diego lo que quería decir es que, aunque nuestras influencias son evidentes y no las escondemos, tenemos nuestro propio sonido… o eso espero”. Y ahora llega el momento de volver a demostrarlo. De subirse de nuevo a los escenarios. Eso que tanto gusta a los grupos de verdad. A los honestos. Y si algo se puede destacar en Biscuit es su honestidad. “Habrá sudor, cerveza y válvula de ampli chamuscada… más o menos como siempre. Estamos muy contentos porque por ahora toda la gira la haremos muy bien acompañados, porque a parte de Johnny Casino y Thee Grandaddies, en otras fechas nos acompañaran Aliment y Pow Pow Pows. Será divertido seguro”.
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