Birdy ha vuelto sin grandes ínfulas ni objetivos desmesurados. Porque “Young Heart” es un disco que ha nacido del simple placer de escribir canciones, cantarlas y compartirlas. Como hacían aquellas cantautoras californianas de los años setenta en la que se inspira (fijándose en Joni Mitchell más que en otras). Con el equipo que forman los productores Ian Fitchuk y Daniel Tashian, ha perpetrado un disco en dirección única y con una idea fija: que se hable de “Young Heart” así pasen cien años.
Hola, Birdy. ¿Cómo estás? ¿Dónde estás ahora?
Estoy en Londres, como puedes ver, en un estudio de grabación. Es el lugar en el que ahora pasamos más tiempo los músicos.
Supongo, que todavía sin la posibilidad real de hacer giras, esa es la mejor opción. Tenéis que seguir creando.
Exacto, yo he seguido trabajando, a pesar que el disco estaba acabado justo antes de la pandemia. He tenido la fortuna de proseguir con mi trabajo, he pasado mucho tiempo con mi hermano produciendo cosas. De todos modos, he estado cinco años para darle continuidad a mi anterior disco, con lo cual, tampoco me agobio. No podemos hacer conciertos como quisiéramos, pero pese a todo, hay que sacarle el lado bueno y bonito a esto.
"Con este disco me he sentido cómoda conmigo misma, es muy introspectivo".
Incluso sirve para reflexionar, hacer todo con más calma.
He tenido mucho tiempo para mí, y es algo que valoro. Te ayuda a reflexionar sobre el tipo de vida que quieres llevar. No dejo de aprender, tocar más el piano, la guitarra. Y componer, aunque tampoco me he obsesionado en crear. He aprovechado para colaborar con otros músicos, hacer versiones, pasarlo bien. Me he regalado momentos bonitos y, por otro lado, también he tomado una perspectiva distinta de las cosas.
En los últimos tiempos previos a la pandemia, los músicos sobre todo se centraban en la idea de tocar mucho y a ser posible en grandes festivales. Esto ha cambiado, se le vuelve a dar importancia al lanzamiento de los discos, que e alguna manera será vuestro legado.
Por eso me interesan tanto los artistas de los setenta. Encajo en esa filosofía. El amor sin condiciones por la música, el respeto a tus compañeros, aprender los unos de los otros. Cada vez pienso más en lo importante que es para mí que mi carrera sea como un proyecto en global, y ante todo sintiendo y disfrutando cada paso. Que hacer y escuchar discos, disfrutarlos, sea de nuevo el motor que nos mueva a estar aquí.
"Quería que sonase a viejo. No me fijé en si quedaría más o menos dulce y pulido, sólo quería grabar algo que me gustase".
Hablando de los setentas, curiosamente quería preguntarte por la portada del disco, tiene el aroma a esa época. Me encanta.
Celebro que lo hayas visto así, esa era la intención. Me inspira ver el trabajo de Etta James, Nina Simone, no he dejado de escucharlas estos meses. De hecho, el título del disco es un guiño a esa clase de artistas, conmovedores y muy pasionales. También he redescubierto “Blue” de Joni Mitchell, no sé por qué no supe apreciarlo antes. No captaba su esencia. Por cierto, me preguntabas por la portada y me he liado con otras cosas… Esa foto es de Los Ángeles, la hizo una amiga, quería documentar aquello. Está al otro lado de Laurel Canyon.
Ahora que has citado “Blue”, ¿por qué crees que has vuelto a ese disco?
Esas canciones hablan de relaciones, de corazones rotos. Me he identificado, he entendido el mensaje. No es automático, poco a poco vas creciendo dentro de esas canciones. Es una experiencia muy íntima.
En cuanto colguemos la llamada, volveré a escucharlo. Es lo bueno de compartir este tipo de charla, siempre salen referentes.
¿Sabes qué es lo que más me importa ahora como artista? Estar en paz conmigo misma. No pienso en si voy a sonar más o menos en la radio, creo en tener mi corazón sano. Y que mi música crezca, ir sumando discos de los que me sienta orgullosa.
En este álbum has contado con el equipo de productores que forman Ian Fitchuk y Daniel Tashian. Ellos estuvieron tras “Golden Hour” de Kacey Musgraves, una obra que combina el sonido clásico y tintes más modernos. ¿Querías acercarte a ese concepto?
En cierta manera, quizás sí. Aunque en este caso hice mucho hincapié a las demos. Quería que sonase a viejo. No me fijé en si quedaría más o menos dulce y pulido, sólo quería grabar algo que me gustase.
Suena todo muy natural, incluso tu forma de cantar. Fluye y quizás con menos artificios que antes.
Puede que a ratos suene más soleado, más pop. La única pretensión era la de capturar el momento, hacer una fotografía que explicase todo esto. De un modo profesional, pero fue en plan “a ver qué pasa”. Todo estaba en el mismo espacio, en la misma sala, había todos los instrumentos que puedas imaginar, y jugamos con todos ellos.
El disco lo grabaste hace casi un año. ¿Crees que puede haber cambiado tu relación con las canciones? ¿Las sientes igual tras el paso de todo este tiempo?
Con este disco me he sentido cómoda conmigo misma, es muy introspectivo. Tras este tiempo sí que ha cambiado mi relación con estas canciones, porque, e insisto en ello, captura un período muy específico de mi vida. Estaba rota por dentro y ahora ha cambiado mi perspectiva.
El video-clip de “Loneliness” lo ha filmado Sophie Muller, quien ha trabajado con gente como Coldplay. ¿Qué importancia le das al formato? ¿Te diviertes haciéndolos?
Sí, mucho. Y me involucro en el proceso. Es una de mis partes favoritas de ser músico, Me encanta combinar lo clásico con lo cinematográfico, En cuatro o cinco minutos sintetizas el mundo completo de una canción. Hay diferentes etapas, un inicio, un desarrollo y un final, como un relato.
¿Qué opinas de la actual escena musical británica? Durante años, salían artistas nuevos cada semana que alimentaban a publicaciones tipo New Musical Express que después se evaporaban. Ahora creo que eso ha cambiado. Por ejemplo, me ha parecido muy interesante la irrupción de alguien como Arlo Parks.
Esto es como un círculo que da vueltas y vueltas. El sistema sigue siendo el mismo, no ha cambiado. Seguimos funcionando de manera muy tradicional. Son tiempos para reflexionar, y de estimar cuando debes hacer algo o bien quedarte parado, seleccionar el momento de hacer las cosas. Y tomarnos nuestro tiempo para hacer cosas bonitas. Hasta los silencios son importantes, es algo en lo que no caemos. Fíjate en el disco de Arlo Parks, no es producto de la improvisación. Me gusta lo que hace.
Ahora que hacías referencia a los silencios, un músico me dijo que su género musical favorito era el silencio.
No diría que tanto, pero entiendo a lo que se refiere. No podemos estar cantando todo el inicio, también necesitamos romper con eso.
Y para concluir, ¿qué planes tienes a partir de ahora teniendo en cuenta las dificultades para hacer giras tal y como las conocíamos?
He aplazado mis conciertos hasta finales de año. Lo primero es la seguridad de todos. Hare streamings y algo íntimo en espacios concretos. Como en esta ocasión no necesito una sección de cuerdas a mi lado, lo haré así.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.