Se llaman Mujeres y si no los conoces es que has pasado los últimos doce meses viviendo en una cloaca. Rápido, intenso y deliciosamente guarro, así es su álbum de debut homónimo. Veintisiete minutos. Doce canciones. El anti-grupo de rock & roll definitivo.

Su primer concierto oficial en el
pequeño Heliogàbal barcelonés ha pasado a los anales. Allí estaba Joan S. Luna
diciendo: “A estos los quiero meter en las Demoscópicas, la maqueta está muy
bien…”. Lo que no sabía era que aquél era su primer concierto, que habían
grabado la demo en un ensayo con un micro en medio del local, y que Martín, el
batería, era el segundo día que tocaba su instrumento. “Había tocado la
guitarra en un grupo de mi pueblo, pero nada más…”, reconoce.
Aquella noche fue crucial para Mujeres. Fue la noche en la que empezó todo. Al
tocar el primer acorde, al emitir el primer grito, todo el mundo enloqueció.
Fue un Big Bang. “A ese concierto vino Miqui Otero, que nos montó el
siguiente bolo en el Our Favourite Club; Leticia Blanco, que escribió un
artículo hablando de nosotros en El Mundo, la gente del Mondo, que nos metió en
las Demoscópicas, y también Víctor, de Sones, que al acabar el concierto nos
preguntó: ‘¿Qué tenéis pensado hacer con el disco?’ ¡Y acabábamos de empezar!”, cuenta Yago, guitarra y voz, que también desvela
que por entonces Sinnamon les tentó. “Se creó una gran expectación de la
nada, y era algo que escapaba a nuestro control”, sostiene. A partir de entonces, un año de vértigo:
más de cincuenta conciertos, actuaciones en festivales como el Primavera Sound
o el Europavox de Francia, apadrinados por marcas comerciales como Diesel o
Jack Daniel’s… Pero sobre todo, el mérito de granjearse una muy buena prensa
gracias a sus infecciosos directos. “Creo que gustamos porque no somos un
grupo de diseño”, dice Yago. “Nos
mostramos tal y como somos. Al espectador le apetece esa actitud encima de un
escenario. Nosotros nos lo pasamos muy bien en directo y eso se transmite…”, añade Martín. No hay más secretos. Son la banda
de rock&roll más honesta y transparente surgida en años. Y sin quererlo han
innovado, ya que unen la tradición del garage más salvaje (The Gories, The
Sonics, Los Saicos…) con la efusividad del indie (Jay Reatard, Jacuzzy Boys…).
Como bien apuntó Xavi Sánchez Pons en su reseña el mes pasado, abren una senda
inexplorada en la escena nacional gracias a su filia por los sonidos de la
disquera In The Red. Santi García, productor del disco, ha sacado punta a este
handicap. (Martín) “Es un tío cojonudo, nos ha hecho sentir muy cómodos en
el estudio. Trabaja muy deprisa y ha entendido muy bien lo que queríamos.
Estamos muy contentos con el resultado”. (Yago) “Fue todo súper rápido. En dos días
grabamos las pistas en directo. En día y medio las voces y luego masterizamos
en otras dos jornadas”.
Ahora toca presentar el álbum. Lo van a defender bien, porque llevan mucho
rodaje. (Yago) “El disco nos ha enseñado a tocar bien los temas. No somos
grandes músicos, pero tenemos pegada y mucho morro. Nos gusta tocar en sitios
pequeños, cerca de la gente, pero nos estamos adaptando muy bien a los
escenarios grandes”. Lo tienen
todo de cara, pero su gran reto es mantener la frescura y defender una
identidad propia. (Yago) “Poco a poco vamos encontrando nuestro sonido y desmarcándonos
de la comparación obvia con Black Lips. Nuestros próximos objetivos son
trabajar un poco más los medios tiempos y alargar los temas para aportar
diversidad al repertorio, pero siempre conservando el espíritu…”. Bueno, la pregunta del morbo, con tanta marca
comercial apoyándoos de por medio, habréis ganado buenas perras… (Martín) “Qué
va… A ver, lo mejor es que nos lo estamos pasando de puta madre, hemos ganado
lo necesario para comprarnos instrumentos en condiciones, pero poco a poco
vemos que las cosas van más en serio. A nosotros nos encantaría vivir de esto y
salir a tocar fuera…”.
A nosotros también nos
encantaría.

Sigue ampliándose el ya extenso catálogo de la discográfica granadina BIG BANG, que, en esta ocasión, apuesta por dos autores andaluces de música electrónica: "Cuaderno De Bitácora" es el primer trabajo del sintetista gaditano Pedro Hurtado, un álbum que gira entre destellos clásicos y ramalazos minimales. "Mirando A Las Estrellas" es el trabajo que edita Ramón Alcedo, un creador que trabaja con sintetizadores, muestreadores y softwares secuenciales. Más apuestas clásicas desde el lado eléctrico y atmosférico de la vida.