La banda se toma estas condiciones de trabajo como algo natural. “Personalmente, veo a Gabriel y Vencerás como algo de largo recorrido. No miramos atrás, cero vértigo: de hecho, el cuarto disco ya está en preparación, a la mitad más o menos. Me hace ilusión pensar que en
La banda se toma estas condiciones de trabajo como algo natural. “Personalmente, veo a Gabriel y Vencerás como algo de largo recorrido. No miramos atrás, cero vértigo: de hecho, el cuarto disco ya está en preparación, a la mitad más o menos. Me hace ilusión pensar que en diez años pueda haber tres o cuatro más, y seguir sin fecha de terminación. Esto va a ser fundamental en nuestra vida, no un modo de ganárnosla, lo que no implica un abandono a la gente que nos sigue o menos exigencias a la hora de trabajar, partiendo del precariado en recursos. Tenemos esa libertad, las redes alternativas de distribución y nulo espacio para las frustraciones. ¿Que no llaman de los ayuntamientos, que no responden a llamadas y mails, que no entramos en grandes festivales? Ya llegará... y si no, pues no: seguiremos trabajando”. Gabriel y Vencerás debutó discográficamente en larga duración allá por 2012 con 'Ácido niño' (Gran Derby) y sacó a la luz un segundo esfuerzo en 2014 con ‘San Felices’ (Hermanos Segundos).
Lo de 'Juegos mediterráneos' alude a la clase Z de las grandes competiciones deportivas, el Ed Wood del sector. “Tampoco es eso, no, no -ríe Jorge- buscábamos un elogio a la vida mediterránea, al humor, a lo liviano: quitamos hierro al asunto. En este disco nos hemos quitado peso, es más pop, menos ruidoso que los dos anteriores. Supongo que es normal, con el tiempo te vas abriendo a nuevos retos y sonidos. El título es la típica broma a la que luego das contenido. Y e arte de Javier Aquilué, que nos desfigura a conciencia, es increíble: nos encanta”.
Carasueño ha llevado el timón en el estudio, junto al propio Zaera. De ese trabajo han salido unos cuantos 'antihimnos', más hipnóticos que épicos. “De las 11 canciones que finalmente han entrado, cuatro las llevamos al estudio para acabarlas con él. Hay más sintes, cajas, velocidades alteradas... es muy exigente. Me ayudó un montón con la voz, la trabajamos mucho, nada de primeras tomas. Repetir y repetir, hasta que quedara bien: es la mejor manera. Me animó a que cantara mejor, que me relajara y me escuchara. Estamos contentísimos, y ojalá repitamos en el futuro, si él tiene tiempo: no sabe si seguir a fondo o continuar desdoblándose con su trabajo como ingeniero, ahora le dedica a la música las horas libres y las vacaciones, y eso resulta agotador”.
Las canciones que acabaron armándose en el estudio de Carasueño tienen un toque especial: hay un punto irónico y hedonista en ellas, al que en algunos casas se llega por recursos tecnológicos... y otros por ideas rocambolescas. “En 'Risa', por ejemplo, me propuso un tempo mucho más lento y me hizo cantarla tumbado en la cama, con un toque de seducción. En 'Camaleón', una de mis favoritas, contamos con Laura Antolín, de Doble Pletina, que andaba por Madrid esos días: le invitamos para que hiciera unas frases, pero acabó cantando toda la canción con su voz, que es increíble: ha salido un antihimno electrónico, y eso que la letra -se ríe de nuevo: la ja escrito él- es una chorrada, habla de una persona que puede convertirse en cualquier cosa. 'Rocafort' también me gusta mucho, tiene un toque sureño. En general, el disco tiene balance, canciones que nos han dejado satisfechos... tenemos muchas ganas de enseñarlo en directo y disfrutar con el resultado”.
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