Aquí hay canciones de “pop del fuertecito” tan rotundas y directas como llenas de detalles que muestran una ambición entre el hardcore melódico y el emo, el rock de guitarras y algunos toques modernos. Me tomo un café con unos encantadores Álex (batería) y Alberto (guitarra, voz) en la plaza de Cascorro.
Entusiastas pero con los pies en la tierra, se toman con naturalidad haber agotado en un santiamén las entradas para la presentación en El Sol de Madrid en el marco de Inverfest este 8 de febrero. “Nos ha sorprendido bastante -asegura Alberto-. Tenemos colegas que se han quedado sin entradas”. También pasan por León, Oviedo (31 de enero), Oviedo (1 de febrero), Barcelona (6 de marzo), Pamplona (7 de marzo), Zaragoza (28 de marzo) y Valencia (4 de abril).
“Nuevas Emociones” habla de “cambios de etapa en la vida, de salir de la universidad y afrontar nuevas responsabilidades, de parejas que se van y parejas que vienen. Mucho cambio”, indican. A llevar este segundo álbum a buen puerto con toda su intensidad les ha ayudado otra vez el técnico y productor Santi García, un clásico dentro de la escena de emo, hardcore, punk rock y sonidos aledaños, que ha puesto su sello ya en los discos de varias generaciones de grupos. “Para nosotros siempre será de los mejores sonidos de rock en España, sin duda -afirman al unísono-. Nos entendemos súper bien con él”.
“Tenemos un público muy fiel y apasionado, y eso lo valoramos mucho”
Dice el tópico que el segundo cuesta más que el primero, pero ellos se lo han tomado con naturalidad. Sin forzarse, han pasado tres años largos desde su debut, una eternidad en estos tiempos en los que manda el presente. (Álex) “Más que más difícil, ha sido más largo. Al principio vienes engorilado de hacer temas, encontrar tu sonido y encontrarte con tus compañeros, y en el segundo es diferente. Hay expectativas”.
“En el segundo -matiza Alberto- le quieres dar un poco una vuelta. No lo hemos querido hacer más complejo, pero es verdad que a medida que lo componíamos ha ido saliendo un poquito más redondo: los temas estén un poco más pensados. Hablamos mucho entre nosotros que “Un día más” se compuso mucho en el local de ensayo, tocando los tres. Está un poco más pensado, porque hemos tenido más tiempo de escuchar las maquetas en casa”. Su debut, explica el batería, “era muy de directo, de componerlo tocando, y con el tiempo hemos aprendido, yo estoy produciendo, y hemos aprendido a hacer las canciones de otra manera, no sólo tocando”.
Los dos admiten que, para el ritmo de hoy, tres años y dos meses -el tiempo que ha pasado entre ambos discos- parece una eternidad. (Alberto) “Sacamos dos temas de por medio que vimos como una cosa totalmente aparte, por eso en ningún momento nos planteamos meterlos en el disco. Pero es verdad que nos salimos de ese ritmo más común. Lo decimos mucho, pero hacemos los temas cuando nos salen. Es verdad que para todo hay que ponerse, y cuando te empiezan a salir ideas te salen más ganas de componer y de repente se va enfilando. El proceso como tal empezó en junio del 23. aprovechamos que teníamos un concierto en Málaga y nos fuimos una semana de retiro. Nunca lo habíamos hecho y nos lo gozamos mucho”.
El cantante añade un detalle importante. “Al estar con un sello como Limbo Starr, no tenemos mucha presión. No estamos en una rueda más mainstream, con calendarios muy marcados. Nos lo vamos marcando nosotros. Y para este segundo disco, no nos han presionado en ningún momento”. La impresión que da, de todas formas, es que llegaron al estudio muy rodados. “Eso es así porque hicimos una preproducción súper larga y compleja. Cuando entramos a grabar en Ultramarinos -que para nosotros es nuestra casa- entramos con los deberes muy hechos. Es verdad que alguna cosilla surgió allí, pero estaba todo muy pensado”.
Algunos arreglos que habían grabado ellos mismos se han quedado, lo cual aporta frescura. Por ejemplo, las trompetas de “Pensando en ti”. El propio Santi se lo sugirió. (Álex) “Mola mucho que se haya quedado la esencia de algunas de las cosas que grabamos solos. Luego hay detalles más electrónicos. Y nos hemos querido juntar con gente a la que admiramos, como Néstor Sarabia, que hace un pop electrónico más experimental y moderno. En “No me hago a la idea” queríamos tirar por ahí, no conseguíamos dar con la tecla, y él ha llevado el tema justo donde queríamos”.
La voz tiene en este corte un toque más procesado y moderno, en contraste con la naturalidad de las voces grabadas normalmente por el productor. (Alberto) “Nos encanta, pero en esa canción y en “Si dejamos de hablar” jugamos con tratamientos un poco más modernos, también para salirnos un poco de lo que era el primer disco, donde eran crudas íntegramente”. La idea, según el batería, era “experimentar con cada tema. Tampoco hemos hecho nada muy loco, pero sí que cada uno tuviera su toque y su esencia”.
En las letras hay amor y desamor, dudas, pasión y también algún momento llamativo como “El escenario”, donde Alberto habla del miedo escénico como pocas veces se ha hecho. “Es el tema en el que más nos hemos salido de lo que se podía esperar de un tema de pop. Es totalmente sincero, y se refiere a algo que me ha pasado durante estos primeros años tocando. Por suerte, se supera con tablas, tocando, sintiéndote cómodo y ganando confianza. Lo he mejorado apoyándome en ellos, en mis amigos y mi pareja. Es un poco el síndrome del impostor: que nunca te crees del todo merecer estar ahí tocando. Pero no significa que sea así, estás aprendiendo como en cualquier otra profesión, y poco a poco se va curando. Querer ser tan perfecto desde el principio es complicado”.
“Entramos en Ultramarinos con los deberes muy hechos”
Dicho esto, los tres parecen tomarse muy en serio sus labores. No está presente David, el bajista, que llena las canciones con frases intrincadas. (Álex) “Intentamos que la guitarra sea una base muy sólida de acordes, y eso deja mucho espacio al bajo para dibujar y rellenar. Creo que es algo que nos distingue bastante, y es algo muy característico de David, que es muy juguetón. Esas líneas de bajo le dan un toque súper especial”. Porque al final, “en un power trío todo el mundo tiene que dar un paso adelante”.
En su estilo confluyen distintas influencias de modo natural. (Alberto) “David tira más al rock clásico, a bandas míticas, yo diría que Álex tiende a cosas un poco más friquis, midwest, y a mí siempre me ha molado mucho el rap. Lo que nos une es el rock, la distorsión, la música de guitarras. Últimamente está de moda ese concepto (risas)”.
Lo que les une es “el ruido, salirnos del rock clásico. Siempre muy tirado al rollo melódico. Hay un dilema entre el pop y el rock, pero siempre nos hemos querido acercar a una música que sea asequible”.
En cuanto a las letras, en esta ocasión, Álex ha escrito dos, aunque comparte con Alberto un estilo “bastante parecido, porque sin quererlo Alberto es mi mayor influencia”. (Alberto) “Cuando me sale demasiado metafórica, pienso que no me está sonando a mí, y es porque en ese momento no estoy muy inspirado. Realmente, lo que me sale bien es cuando la frase me sale de dentro”. (Álex) “No es que digamos: vamos a componer. Es más que desarrollas algo cuando tienes un problema o un dilema. Te sale escribir sobre eso, se lo enseñas a la banda y se empieza a desarrollar. Siempre han sido personales”.
“No lo hemos querido hacer más complejo, pero los temas están un poco más pensados”
Aunque este segundo LP tiene unos cuantos estribillos rotundos como el de “Mil preguntas”, Biela no siempre lo buscan de manera explícita. “No siempre partimos de un estribillo, muchas veces partimos de una estrofa. Creo que en “Mil preguntas” fue de lo último que salió. Seguimos siendo pop, un grupo de estribillos, pero hemos querido que los temas fluyeran y nos llevaran un poco a otro sitio”. (Alberto) “Es verdad que un estribillo potente siempre te ayuda a empujar el tema, pero en este disco hemos tratado de romper un poco con las estructuras que veníamos haciendo. En “El escenario” se ve”.
El vocalista se refiere a esta nueva hornada de grupos que tiran, como ellos, de guitarras más o menos distorsionadas: Carolina Durante, Alcalá Norte, Aiko El Grupo, Repion, La Paloma, Yawners…Con ellos se produce un fenómeno intergeneracional del que disfrutan otros grupos. (Alberto) ”Nuestro público es bastante mayor. Nosotros tenemos 26, 27 años, pero tenemos bastante público de entre 30 y 40, 45 e incluso más allá. Creo que hay cierta nostalgia. Quizá no bebemos tanto de la música de finales de los noventa por no haberla vivido en la época, pero sí de bandas que lo han hecho. Es una cadena interesante. Yo he escuchado a Sonic Youth hace relativamente poco. Pero igual sí he escuchado a bandas a las que han influenciado”.
Sobre el futuro próximo se muestran cautos. (Álex) “No tenemos unas expectativas súper altas. En Madrid los conciertos siempre van muy bien, da la impresión de que puedes hacer cosas muy grandes, de que la gente está muy metida, pero luego vas a ciudades más pequeñas y te encuentras con la realidad. Es difícil. Pero nos gusta un montón girar por salas, tenemos un público muy fiel y apasionado, y eso lo valoro mucho, porque te da la impresión de que es algo que está ahí, que no es pasajero”.
Una fidelidad que se han ganado también con sus fans grupos que admiran como Cala Vento o Viva Belgrado. (Alberto) “La expectativa que tenemos es poder rodar el disco, que salgan bolos. Ahora tenemos energía, nos apetece, y no tenemos grandes compromisos. Con cuarenta años igual viajar en el coche con la batería igual es más complicado (risas)” Eso, desde luego.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.