La apuesta de Bethany Cosentino es firme y decidida. Best Coast se han tomado un respiro, todavía indeterminado, que seguramente irá en función de cómo le vaya a ella la aventura en solitario. Pero no parece que su retorno como grupo sea una opción a medio o largo plazo. Si nos tenemos que fiar de lo que suena en “Natural Disaster”, es posible que Bethany haga camino por su cuenta, y queda claro que tiene un prometedor recorrido por delante. El suyo es un disco de pop noventero fresco y que apuesta por unas canciones como soles. “Para mí, la diferencia es que este es un disco trabajado desde la perspectiva de una cantante. Todo parte de ahí. El foco y las intenciones son distintas de cuando trabajas con un grupo. No tiene nada que ver con Best Coast. Aquello era más democrático mientras que ahora soy yo quien dirige todo. Y la verdad es que me he sentido muy cómida en esta situación [risas]”. Aunque lógicamente reconoce que sin esa experiencia grupal previa, no habría llegado hasta aquí. Cosentino jamás renegará de esta etapa, pero ahora mismo sus horizontes son otros. “La razón por la que estes disco es de esta manera es porque cuando empecé con Best Coast tenía veintidós años y ahora tengo treinta y seis. Y todo lo que he aprendido, los cambios derivados por la propia sociedad, el cambio climático o muchas otras cosas que nos preocupan, han influido en la Bethany que soy hoy en día. No sé si diría más madura, ya que quizás eso aún no me corresponde, pero sí te diré más consciente de las dificultades y de la realidad del momento actual que estamos viviendo”.
"Liz Phair es el ejemplo perfecto. Más que ninguna otra artista de esa época es con quien siento una conexión más fuerte"
“Natural Disaster” puede traernos a la cabeza lo que grabaron Sheryl Crow o Shania Twain en los noventa, sin embargo hay otra artista de aquellos días que a Cosentino le cuadra más. “Exacto, por ahí quería ir. Liz Phair es el ejemplo perfecto. Más que ninguna otra artista de esa época es con quien siento una conexión más fuerte. Era guerrillera y al mismo tiempo muy dulce. Liz Phair y todo el movimiento que propició el Lilith Fair Festival me ha marcado a fuego. Hasta entonces, la gente era reacia a comprar entradas para ver a una chica cantar, así que se juntaron todas y crearon una comunidad en el Lilith Fair. Una red de seguridad y la posibilidad de que muchas de ellas tuvieran más visibilidad. Todavía existe un núcleo duro de mujeres artistas que siguen escondidas en algún lugar invisible. En cualquier caso, me encantaría que me invitaran, sería un honor entrar en ese edificio”.
Aunque Cosentino no ha estado sola, sino que en la construcción y la sólida factura de “Natural Disaster” ha sido determinante la figura del reputado productor y músico Butch Walker. “Sí, Butch ha sido muy importante. Probé a mucha gente, pero nadie me convencía. No quería al típico productor que cumple con el expediente de trabajar contigo y que se marcha corriendo tan pronto como ha acabado. Buscaba a un colaborador, a alguien que fuera cómplice y que se implicara al cien por cien. Entonces me fijé en la ciudad de Los Angeles y ahí fue cuando apareció la figura de Butch. Hacía diez años que le conocía y este era el momento propicio para hacer algo juntos. Yo estaba preparada y él estaba disponible. Obviamente, tuvimos buena química desde el primer día, trabajando bien y rápido”. La relación entre ellos ha ido más allá, se han convertido en amigos y en un futuro seguro que habrá más colaboraciones. “Hemos creado ese tipo de relación en la que a él le considero una parte de mi familia. En el pasado nunca me quedé con mal sabor de boca trabajando con ningún productor, pero esto es otra cosa. Además, ahora soy yo quien toma las decisiones y la opinión que más cuenta es la mía [risas]”.
“Natural Disaster” tiene ese aire a country comercial tan típico en Nashville y al mismo tiempo a ese pop radiante y soleado que viene siendo habitual en California. “En realidad no fue intencionado. La localización geográfica no fue tan importante para definir el sonido. Lo que quería ante todo era describir mi situación actual, el placer de ir andando hasta el estudio y después conducir hasta algún lugar escuchando las canciones. Ha sido un proceso distinto al habitual y que he disfrutado mucho”. Y ya que hablamos de caminar y conducir, Cosentino defiende que un disco hay que disfrutarlo como una experiencia completa. A poder ser en copia física. “Cuando viajo o salgo a pasear a mi perro, está muy bien tener un catálogo muy amplio a tu disposición en plataformas. Es cómodo y ágil, pero en casa la experiencia es otra. Creas un vínculo con el objeto. Puedes seguir la secuencia de la música y las canciones a través de las letras. Así es como mejor conectas con ellas. Es una obra completa, una pieza de arte que se ha compuesto con mucho cariño. Así que agradeceré que quien compre mi disco en físico lo aprecie”.
Para concluir, es ella quien me comenta lo sorprendida que está con la buena recepción de “Natural Disaster” en Europa. “No sé cuál es la razón, pero veo más entusiasmo en los periodistas europeos. Me da la sensación de que la música ha encajado mejor, pero bueno, tiempo al tiempo, que esto acaba de empezar”.
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