Desde hace cuatro años, Besmaya nos han ido adelantando lo que estaba por llegar a base de singles y epés. Ahora, después de quemar rueda por las salas de media España, por fin llegan a su primer álbum, este “Nuevos Lemas”. Javi Ojan y Javi Echávarri me reciben con una sonrisa de oreja a oreja y muchas ganas de destriparme este elepé. No hay freno de emergencia que les pare: se les ve en la cara.
Amigos de la infancia, comenzaron componiendo en casa y han terminado firmando con una multinacional en tiempo récord. Aunque ya no son los adolescentes de entonces y el sonido de este nuevo trabajo lo demuestra: Besmaya son puro gas. “Hay dos hilos conductores que unen el disco: uno lírico, con una historia ejemplificada a través de las metáforas en el universo de la mecánica, de los viajes… y un camino por los estilos de música contemporánea que nos gustan”. Intento indagar un poco en combinación de géneros y veo que huyen de clasificaciones en cuanto les hablo de pop. “Creemos que lo de las etiquetas cada vez tiene menos sentido… Al final, ¿qué es el pop? El pop lo escucha todo el mundo”. Para los Javis de la música, la experimentación es lo que da forma a su trabajo. “¿Por qué tenemos que hacer todo el disco del mismo estilo si a día de hoy a la gente le encanta la variedad?”. Muestra de esa mezcla sin prejuicios es el despliegue de colaboraciones del disco: los derrapes urbanos junto con NSQK (“El Cable”), la sutileza de un road trip con Yarea (“Automóviles”) y el adictivo temazo que se han marcado con Sidonie. “Les conocimos en el Tomavistas el año pasado. Marc me dijo que le encantaba lo que hacíamos”. La chispa prendió al “Instante”. “¡Enseguida teníamos la maqueta!”. Dos generaciones unidas por el mismo nervio creativo, sin miedos ni prejuicios. “El disco juega con muchas cosas más actuales a nivel de sonido, y queríamos hacer algo con ese peso clásico del pop rock español”. Pero no es el único grupo histórico que se ha colado en estos “Nuevos Lemas”. También han resintonizado el “Impossible Germany” de Wilco en el universo Besmaya, en, claro está, “Alemania Imposible”. “Somos mega fans de Wilco, y la estructura de la canción que teníamos nos recordó mucho a esta canción”.
Besmaya ha llevado su ruta a otro nivel hilando los once temas en un continuo de treinta minutos. “Era un reto que teníamos”. Una idea que, aunque fuese “un jaleo”, comentan, es una forma interesante de recuperar el valor del disco de antaño ante una audiencia prácticamente zeta. Pero ¿funciona? “Estamos viendo que mucha gente le ha pegado una escucha entera, del tirón y en orden al disco y por eso estamos muy agradecidos”.
Volviendo al pasado, Ojan supo que quería dedicarse a la música después de vivir un concierto de Green Day; Echávarri se declara fan incondicional de The Smiths, Radiohead… Me pica la curiosidad de qué no puede faltar en una de sus playlists. Como si lo tuvieran ensayado, se quedan en silencio y, conectados por un cable invisible, sin siquiera mirarse, exclaman: “Tres, dos, uno… ¡Cupido!”. Comienzo a entender la fascinación con la que habla de ellos Paco Salazar, su productor, en ese audio-interludio que enlaza las piezas cuatro y seis de este puzle recién estrenado. Con él pasaron horas y horas esculpiendo el elepé. “Hemos impreso mucha personalidad a través de la producción, y es un disco en el que nos encontramos más a nosotros mismos”. En la nota de voz, Salazar también comenta la fuerza de los ya afincados en Madrid sobre el escenario: soltura, afinidad y un público completamente entregado.Besmaya han sido los “culpables de muchas raves” este último año, y con estos “Nuevos Lemas”, tiene pinta de que queda mucho por delante y nada que los pare. “La gira que estamos preparando ahora sí que nos está dando un poco de vértigo. Queremos que todo este concepto y energía que hemos capturado en el álbum quede plasmado en el directo. Estamos en el mejor momento de nuestra vida, pero tenemos muchos instante de asimilar al día: después de esta entrevista, nos subiremos en un taxi para ir a otra, y en ese camino, miro por la ventanilla y digo ‘Guau, ¿qué está pasando?’”. Su remedio ante los mareos no es la biodramina, sino la confianza en los suyos. “La vida que llevamos ahora mismo es muy ajetreada, pero tenemos la suerte de que al final seguimos contando con los de siempre”.
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