"El nuevo liberalismo es una mierda"
EntrevistasBersuit Vergarabat

"El nuevo liberalismo es una mierda"

Alan Queipo — 28-09-2016
Fotografía — Archivo

Si hubiera que hablar de las bandas fundamentales del rock argentino y latinoamericano de los ’90 a esta parte y tuviéramos sólo una mano para contar, Bersuit Vergarabat sería una de ellas: casi treinta años de historia y trece álbumes de estudio han convertido al grupo argentino en una referencia global del rock latino.

Tras sonadas salidas (la de su ex líder Gustavo Cordera hace más de cinco años) y un par de discos sin él, La Bersuit reivindica su propia genética sonora en “La nube rosa” (Sony Music, 2016), un álbum que sigue buceando por estilos y recupera a los argentinos en su mejor estado de forma antes de girar a principios del mes de octubre por ocho ciudades españolas. Hablamos con Juan Subirá acerca del nuevo disco y la nueva situación, pero también de política, fútbol y nuevos retos.

Disco 13, con 13 canciones. ¿No son supersticiosos o cuando cantan las canciones se tocan un huevo?
(Risas) No nos da miedo. Hace muchos años Gustavo Santaolalla nos dijo que el 13 es un número de suerte, así que nos regimos por las premisas del maestro. Además, alguna vez tenía que llegar el número 13: no podemos ser como en Estados Unidos, que anulan el número 13 de los edificios y lo evitan. Se dio la casualidad de que son trece canciones, aunque en realidad iban a ser 14, pero era una versión y tuvimos problemas con el permiso así que al final se quedó afuera. Pero aquí estamos, muy contentos con el trabajo, es un disco que nos representa muy bien en esta etapa: tanto porque lo produce Pepe Céspedes, que es el bajista de la banda y es la primera vez que un miembro de la banda produce en solitario un disco como por el contenido mismo de las canciones.

Recién mencionaste la frase “aquí estamos”, que es como arranca el disco: “Aquí estamos y vamos por más. No queremos nada en especial, sólo queremos todo y un poquitito más”. Suena a declaración de intenciones, a reivindicación de estos nuevos Bersuit y de esta nueva etapa.
Sí, es tal cual como lo dices: es una declaración de principios total. Por eso es un disco que nos define tan bien en esta etapa y por eso queríamos abrir el disco con “Aquí estamos”: es una canción que nos posiciona desde un lugar concreto y habla del lugar en el que queremos estar. Estamos felices con lo que hacemos y vamos por más. El camino del arte y de la música no tiene ni principio ni fin; como diría Machado, “se hace camino al andar”. Y nosotros seguimos andando con la idea de presentar nuevas propuestas artísticas y estéticas y tocando por todo el mundo. ¿Qué más podemos pedir como artistas?

Leí en una entrevista que le hicieron a Dani Suárez (vocalista) que queríais recuperar la “esencia bersuitera”. Incluso muchos, incluidos vosotros, lo comparáis con “Libertinaje” (Universal, 1998), que fue un disco insignia en vuestra carrera. ¿Por qué esa intención de recuperar ciertos tics de los Bersuit de los ’90?
La verdad es que si eso sucedió no fue de una manera premeditada. Yo creo que esta banda ya tiene un código genético, un ADN musical que está implícito en nosotros y en nuestra reacción como grupo; y si bien parte de esa genética fue alterada al irse primero Gustavo [NdeR: Gustavo Cordera fue el vocalista y líder de la banda hasta 2009, cuando se fue del grupo y empezó su carrera en solitario] y luego Óscar Righi [NdeR: también fue uno de los guitarristas de la banda hasta que dejó la banda hace aproximadamente un año], que eso sí que de alguna manera altera esa química grupal; pero nosotros siempre intentamos hacer lo que mejor nos sale, que es esta mezcla de estilos muy difícil de definir: Bersuit es una banda muy extraña, muy ecléctica, muy variada. Pero siempre nos salió eso con mucha naturalidad. Por eso digo que no fue algo premeditado: es lo que venimos haciendo desde hace muchísimos años y lo dejamos fluir. Luego, dentro de cada uno de los discos cada uno lo asocia a cosas diferentes. Además, nosotros cuando empezamos a hacer un nuevo disco maquetamos cerca de 50 canciones nuevas; y en este caso hicimos una elección interna entre nosotros y algunos allegados consustanciados con nuestro trabajo. Y, como te dije antes, estamos muy contentos con lo que representa este disco en el momento que estamos viviendo.

"Esta banda ya tiene un código genético, un ADN musical que está implícito en nosotros y en nuestra reacción como grupo"

Tengo entendido que temas como “Obstinato”, “Apuntado”, “El taparrollos” o “No vengan” son canciones descartadas de discos como “La argentinidad al palo” (Universal, 2004) o “Testosterona” (Universal, 2005). ¿Por qué recuperarlas? ¿No tienen miedo de recuperar cosas que forman parte de otra etapa?
Es verdad lo que decís: son canciones que vienen de otra época; pero son canciones que, pasado el tiempo, nos siguen gustando. Pero esas son cosas que nos ha pasado en muchos discos: canciones que reaparecen porque uno las recuerda que se quedaron fuera antes y que a lo mejor en el sonido de algunas canciones nuevas hay puntos comunes y decidimos darles una nueva oportunidad, porque quizás tiene más sentido que formen parte de un ejercicio global que de otro anterior, con el que igual no hubieran conectado tan bien. Haciendo para cada disco una maqueta con 50 canciones es normal que se queden muchas canciones afuera que nos gustan, y por eso es tan difícil el momento de la elección. Pero a la hora de hacer balance para “La nube rosa” vimos que no había motivos para olvidar cosas que estaban encajonadas. Hay canciones como “No vengan” que tiene un alto contenido político, con un texto muy fuerte escrito por Carlitos Martín [NdeR: batería de la banda] y que habla del tema del armamentismo, que es algo que sigue estando de actualidad y que nos sigue afectando en todo el mundo, como las últimas masacres en Orlando o París. Al final hablamos de cosas que siguen teniendo vigencia y sentido que formen parte de un repertorio nuevo.

Recién mencionabas la salida de Óscar Righi, que se suma de alguna manera a la de Gustavo Cordera de hace unos años. Precisamente Cordera estuvo de gira por España hace unos meses y contó en una entrevista que no le parecía justo llamar Bersuit a una banda que mutó en otra cosa. Él hablaba de una patria potestad compartida entre su proyecto y el vuestro. ¿Tú lo ves así o crees que Bersuit Vergarabat es netamente los que formáis parte del grupo?
Yo sé que Gustavo piensa eso, porque él siempre pensó que no era posible Bersuit sin él. Y lo entiendo, porque él concilió en los inicios de la banda este proyecto de ese modo. Pero todos los que entramos a formar parte del proyecto desde el principio lo concebimos como una banda en la que todos los integrantes eran muy importantes; y para mí siguen siéndolo, inclusive los que no están. Pero cuando una persona decide retirarse e iniciar un nuevo proyecto tiene que tener en cuenta la posibilidad de que los demás integrantes pueden hacer lo que piensas o no. Y nosotros decidimos patear el tablero y seguir sin él. Entiendo que sea difícil de aceptar, pero es la realidad. Sé que él lo valora así, y lo lamento.

¿Cómo vivís el hecho de que haya dos proyectos vivos con un espíritu común? ¿No sentís que de alguna manera hay una especie de partido de fútbol en el que hay que elegir estar de un lado o de otro?
No creo que sea necesario tomar partido. De hecho, conozco muchas personas que van a ver a Gustavo y nos vienen a ver a nosotros; del mismo modo que hay otros que tomaron parte. Y hay muchos otros que no van a verlo a él ni a nosotros (risas), que rompieron con todo, y que cada error de uno o de otro lo seguimos pagando todos en conjunto. Pero no es necesario tomar partido. Es como cuando se rompe un matrimonio y uno es amigo de ambos y parece que estás obligado a tomar partido y elegir a uno de los dos. A mí me parece que no está bueno, que no ayuda en ningún aspecto. Si uno quiere a los dos, podés seguir queriéndolos por separado de la misma manera; pero si ese vínculo no te hace sentir cerca de ninguna manera, también es respetable tomar distancia. Son sentimientos legítimos.

¿Crees que la salida de Gustavo y Oscar ha hecho que Bersuit gane o pierda?
A mí me parece que con la salida de algunos integrantes se pierde porque esa química auténtica, primitiva y primordial que generó un hecho artístico se va erosionando y hace que se pierda algo. Pero también se ganan otras cosas: ganamos otros espacios, hicimos nuestra relación mucho más horizontal, de respeto y autoconocimiento. De alguna manera, Gustavo con nosotros tenía una relación muy paternalista: él era el líder de todo pero también consideraba que era el centro de todo lo que sucedía y tenía que estar siempre en ese lugar. Evidentemente, por esa razón él también decidió la necesidad de dejar ese rol y abocarse a otra cosa. Imagino que en su proyecto sí es el centro absoluto y no se puede mover de ese lugar; pero en el caso nuestro no: el grupo es distinto, está concebido de otra manera y tenemos una relación mucho más equilibrada, sintiendo la necesidad de tirar todos juntos del mismo carro porque es la única manera en la que podemos mover esto hacia adelante.

Antes mencionabas una canción muy política como “No vengan”. De hecho, uno de los primeros puntos de popularidad de la banda fue con algunas canciones muy políticas en la época en la que gobernaba Menem en Argentina, como “Se viene” o “Sr. Cobranza”, hace casi veinte años. No sé si ahora la era de Macri, otro símbolo del liberalismo conservador salvaje, va a reavivar la vena más política de La Bersuit…
Sin duda lo va a ser porque el nuevo liberalismo es una mierda, siempre fue una mierda y lo estamos comprobando en carne propia: en Argentina estamos viviendo momentos muy tristes y muy dramáticos. La gente votó alegremente por un cambio pero sin considerar hacia dónde era ese cambio: el cambio es hacia la derecha más rancia y más inmunda. Por eso el único cambio que hemos vivido en estos primeros meses de gobierno macrista es el empobrecimiento brutal de gran mayoría de la población: miles y millones de personas se están quedando sin trabajo rápidamente por culpa del ajuste brutal; el deterioro de los ingresos y los salarios para las personas es abrupto; y el tarifazo en el pago de los servicios está matando el estado de bienestar, sin poder asumir facturas de luz o agua, con un aumento por culpa de la inflación (sin exagerar: es verídico) del 500% o del 1000%. Una auténtica locura. Es impresionante y tristísimo. Por eso seguramente va a llegar el momento en el que todo esto va a empezar a formar parte nuevamente de nuestras canciones. Lo que pasa es que como nosotros ya estuvimos cantando sobre esto desde hace quince o veinte años, con canciones como las que mencionás, entre muchas otras, de algún modo ya se habla de esto, porque estamos viviendo un retroceso a todo lo que pasaba en Argentina en los años ’90.

"El nuevo liberalismo es una mierda, siempre fue una mierda y lo estamos comprobando en carne propia"

Más allá del núcleo duro de Bersuit (Pepe, tú, Albertito, Dani, Germán, Carlitos), hay algunas caras nuevas en los carteles que hay anunciando vuestros conciertos en España. ¿Son integrantes de pleno derecho ya? ¿Qué vamos a poder ver en la gira?
Nosotros por supuesto vamos con la idea de presentar el disco nuevo, “La nube rosa”, pero también evidentemente hacemos un repaso por nuestra historia: no vamos nunca a dejar las canciones más conocidas de la historia de la banda. Y más en este momento de replanteamiento tanto de la banda como de las historias a las que cantamos, que siguen estando de actualidad: en España también han sucedido cosas muy duras y hay canciones que forman parte de nuestro show que la gente quiere escuchar. Canciones como “La argentinidad al palo”, “El tiempo no para”, “Sr. Cobranza”, “Se viene”, etc., no pueden faltar. Y los chicos “nuevos”, por llamarlos de alguna manera, vienen a aportar sonidos que forman parte del repertorio nuevo, sumando ADN a la genética de la banda y haciendo que el repertorio brille a pleno rendimiento.

Vosotros siempre fuisteis un grupo muy futbolero, hay varias canciones que hablan de fútbol como “Toco y me voy” o “El baile de la gambeta”. No sé cómo estáis viviendo este momento de incertidumbre futbolística argentina a todos los niveles...
El momento que se está viviendo en Argentina es muy raro. No recuerdo otro momento más raro que este, de hecho. Hay un momento de incertidumbre total. En la Asociación de Fútbol Argentino había una situación muy mafiosa: estuvo Julio Grondona siendo el presidente de la AFA durante casi 40 años. Lo que pasa es que alguna vez iba a morir… y murió (risas). Y lo que pasó después es que se generó una situación de acefalía, donde no hay una cabeza que lidere el fútbol; y se generó una situación de descontrol total, diferente a la del descontrol mafioso de antes. Por eso no se sabía hasta unos días antes cómo iba a ser el torneo, si iba a empezar, cuánto iba a durar… Y al final hay un torneo de treinta equipos, una Superliga completamente anormal. Y a eso se suma la situación que presentó Messi al final de la Copa América, la salida del Tata Martino… Pero todas esas cosas vienen motivadas por todos esos problemas y desastres internos. Pero acá el que pierde es el fútbol, y a quien le gusta el fútbol lo sufre porque, en definitiva, en los últimos años se ha empobrecido cada vez más: casi todos los jugadores buenos están afuera, y eso es muy desolador y desmotivador para quien ama este deporte.

Después de 28 discos y 13 discos a los espaldas, después de haber con seguido objetivos tan grandes como tocar en el Estadio Monumental y hacer giras por todo el mundo… ¿Qué objetivos le queda por cumplir a Bersuit? ¿A ti no te pica reiniciar tu carrera solista?
Yo cada tanto hago alguna cosa, algún concierto sobre todo, solo; pero en los últimos tiempos lo dejé un poco de lado porque Bersuit da mucho pero también exige mucho, y me aboqué de lleno a poner toda la energía en Bersuit y en los compromiso que tenemos con la banda. Por eso dejé lo personal un poco de lado, a excepción de alguna colaboración puntual en discos de otros artistas o alguna cosa muy eventualmente. También le estoy poniendo más atención a mis hijos, que estudian música y están creciendo y es lindo ver todo ese proceso. Y lo que refiere a Bersuit siempre hay nuevos desafíos, como esta gira que vamos a tener por España (con ocho conciertos) y Alemania, o teniendo cada vez más presencia con el público latinoamericano en países como Chile y México. Pero, sobre todo, el mayor desafío es ser consciente de la responsabilidad que implica hacer arte: a mí es lo que más me gusta en la vida y soy un agradecido por poder vivir de esto. Es lo que soñé con amigos como Pepe o Carlitos, cuando con 13 años nos juntábamos en el desván de mi casa.

Bersuit actuarán en Madrid (5 octubre, Teatro Barceló), Barcelona (6 octubre, Bikini), Ibiza (12 de octubre, Las Dalias). Valencia (13 octubre, Wah Wah), Granada (14 octubre, El Tren), Málaga (15 octubre, Trinchera), Sevilla (16 octubre, Sala X).

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