¿Cuáles dirías que son las principales diferencias entre “Good Grief” y tus dos anteriores trabajos en solitario, “People Move On” (Columbia, 98) y “Friends & Lovers” (Columbia, 00)? Quizá este sea el más intimista de los tres...
Sinceramente, no puedo hacer conexiones entre ellos porque hay veinticinco años de diferencia entre unos y otros; y, además, fueron hechos con personas diferentes. Veo más conexiones con el disco que hice el año pasado (Nota del Autor: se refiere al disco conjunto que lanzó junto a Jessie Buckley y del que luego hablaremos) o con el que haré el año que viene, porque esos son más cercanos a la persona que los está creando ahora.
El disco incluye mayoría de medios tiempos ¿Qué tipo de disco querías hacer? ¿Qué aspecto global querías que tuviera el álbum?
Nunca me propuse hacer un “tipo” de álbum. Su expresión y el flujo del mismo se basan en un momento de nuestra vida; en nuestras emociones, las circunstancias y los acontecimientos que nos rodean. A partir de ahí, es la propia música la que te dice qué hacer. En gran medida, eso está fuera de mi control. Me encantaría hacer un disco de música house, pero temo que, si decidiera hacerlo, seguiría sonando igual que sueno ahora…
“Good Grief” es un disco muy bien construido, técnicamente impecable ¿Cómo fue el proceso de composición y posterior grabación de las canciones en el estudio?
Empecé a escribir canciones recopilando palabras de forma abstracta. Recopilando y tomando notas, para luego encontrar historias entre ellas que las entrelazaran. Todo lo grabé con una guitarra acústica y luego añadí ritmos y texturas. De esa manera, no dependía de un sonido de banda tradicional y construí el ritmo justo en donde quería tenerlo. Lo situé como un requisito previo a todo lo demás.
“Me alejo lo más que puedo de los noventa: hay mucha vida entre medias”
“Good Grief” es también un álbum muy rico en detalles y arreglos que engalanan las canciones ¿Buscabas que la elegancia envolviera todo el álbum?
Elegancia es una palabra bonita que siempre busco. Adornar las canciones con motivos y texturas que hagan que la gente se sienta bien, que se sienta honrada, es siempre mi objetivo. Pero es importante que esos motivos y adornos describan los sentimientos inherentes a la canción.
En cierto modo, diría que “Good Grief” es una versión actualizada de tu sonido de finales de los noventa. Me refiero a que no hay una gran ruptura estilística, lo cual no tiene porque ser una mala noticia.
No tengo ni idea. No escucho mis discos y, por lo general, me alejo lo más que puedo de los años noventa. Hay mucha vida entre medias y desde entonces.
Mi canción favorita del álbum es “Pretty D”, con esa línea de guitarra marca de la casa ¿Qué puedes contarme acerca de esta canción?
En ella me intereso por la forma en la que las personas luchan por aceptar su propio pasado, pero al mismo tiempo animo a otros a revivir el suyo. Todo por diversión. Se vuelve a las relaciones deterioradas a pesar de que persista la amargura. Es una tragedia que sucede ante nuestros ojos. Como artista, me piden constantemente que regrese al pasado para el placer de los demás, pero yo nunca le pido a la gente que haga lo mismo...
¿Por qué decidiste, justo en este momento y casi un cuarto de siglo después de “Friends & Lovers”, publicar tu tercer disco estrictamente en solitario? Me refiero a por qué no había sucedido antes.
En realidad, no es una decisión como tal. En cuanto a la música se refiere, sigo mi instinto y busco continuar aprendiendo y ver qué puedo aportar a la propia música. Nunca presto atención a aquello que se supone que debería estar haciendo en lugar de a lo que hago, ni pienso en lo que me estoy perdiendo. Simplemente sigo algo que me parece bueno y veo hacia dónde me lleva.
¿Dirías que, en este punto, has recuperado algún tipo de ilusión perdida?
No estoy seguro de lo que la ilusión significa realmente, así que la respuesta probablemente sea ¡no! No me hago ilusiones en mi trabajo, sólo trabajo duro y trato de seguir aprendiendo y descubriendo cosas.
¿Te sigues viendo a ti mismo, de alguna forma, como un extraño delante del micrófono?
Ahora no y en tu pregunta dices “todavía”. La verdad es que tampoco me pasó antes. Los micrófonos son una herramienta fundamental para la grabación de sonido y esa es la esencia de lo que hago en cada área de mi trabajo ¡Me encanta usar los micrófonos!
Me refiero a que, en el extremo opuesto, eres un guitarrista tremendamente reconocible y expresivo ¿Cómo definirías tu forma de tocar?
Lo único que reconozco es que, como tú y todos los que me leen, soy una persona con características lamentablemente defectuosas rezumando de dentro de mí. Y eso es todo lo que trato de esquivar cuando toco un instrumento. Mi trabajo consiste en expresarme a mí mismo. A nadie más.
El caso es que has quedado como uno de los guitarristas más talentosos de los noventa en Reino Unido, diría quizá que junto John Squire (de The Stone Roses) y Graham Coxon (de Blur).
Eso no es de mi incumbencia y, como estamos en el año 2024, lo que espero es representar al ser humano que está viviendo ahora mismo.
“Con el tiempo aprendes que el mayor regalo es estar ahí para ser parte de algo”
Tengo que decirte que siempre me han gustado mucho “Friends & Lovers” y, sobre todo, “People Move On” ¿Cómo percibes tú ahora esos discos?
Me gusta el primero, no tanto el segundo. Pero hay buenas canciones en cada uno de ellos que ahora interpreto en directo. No me gusta la forma en la que cantaba las canciones entonces, con ese “efecto” que usaba. Pero la música simplemente no es para mí, así que eso depende de ti.
Hace un par de años lanzaste, “For All Our Days That Tear the Heart” (EMI, 22), un álbum conjunto con Jessie Buckley del que sueles tocar alguna canción en directo ¿Cómo fue esa colaboración?
Fue una gran etapa creativa en mi vida y me encantan las canciones que surgieron entonces. Me enseñó a escribir de una manera nueva y me animó a actuar de una manera más libre, lo que creo que ha influido mucho en mi situación actual. Hay una conexión infinitamente mayor entre este “Good Grief” y el que hice con Jessie que con los discos que grabé hace treinta años.
También sueles tocar en directo alguna canción de tu proyecto junto a David McAltmont, caso de “Although” o “Yes”.
Adoro a David y me encanta cómo fluyó nuestra creatividad, porque se fundió libremente con nuestras personalidades, en lugar de atender a aquello que la gente suponía que debíamos hacer. Hicimos música alegre y emotiva que, de algún modo, permaneció en mí. Así que me encanta interpretar algunas de esas canciones ahora, dándoles un nuevo significado.
Las líneas de guitarras que pusiste en “Dog Man Star” (Nude, 94) forman parte de la historia de la música británica ¿De dónde vino la inspiración para componerlas?
La respuesta es exactamente la misma que te comentaba antes. Simplemente creo con honestidad y personalidad. Y ese es el sonido que sale ahora... y también entonces.
Has trabajado como productor para The Libertines, The Veils, Duffy, Tricky o Ben Watt entre muchos otros ¿Qué te aporta trabajar como productor para otros artistas?
Me encanta aprender y estoy agradecido por estar rodeado de grandes personas a las que puedo observar y de las que puedo aprender. Ser músico implica aprender y crecer, y con el tiempo aprendes que el mayor regalo es simplemente estar ahí para ser parte de algo.
¿Qué debe esperar el público que acuda a verte? ¿Por qué sueles solicitar que tus conciertos sean con público sentado? (Nota del autor: esta es la información que tenemos al respecto de la próxima gira peninsular del músico) ¿Consigues así una mayor conexión?
No espero que nadie se siente. No me importa en absoluto. Mis conciertos son completamente en solitario, tanto con guitarra eléctrica como acústica. Me permito la libertad de tocar como me gusta y eso depende mucho del público. Todos somos parte de la actuación, lo cual, para mí, implica grandes niveles de emoción.
Agenda de conciertos:
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