“A quien no le haya movido la agenda el COVID-19 que tire la primera piedra”
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“A quien no le haya movido la agenda el COVID-19 que tire la primera piedra”

Jesús Casañas — 13-04-2020
Fotografía — Èric Palaudàries

Instrucciones y poemas (Carrot Music, 20) es el segundo álbum de Belushi. Un trabajo plagado de oscuridad, sintetizadores, guitarras y una nostalgia por los noventa que viene desde el propio nombre del grupo. En lugar de aplazarlo como han hecho tantos otros grupos, el cuarteto barcelonés se atreve a seguir adelante con su lanzamiento en mitad del confinamiento generado por el Estado de Alarma.

Instrucciones y poemas” tiene un poso oscuro y mucho más denso que “Maniobras en la oscuridad”. ¿Tiene que ver con el momento por el que podáis estar pasando personalmente o es más una cuestión estilística?
Siempre hay una conexión entre ambas cosas, ¿no? Los temas son comunes y las letras siguen hablando de lo mismo: amor y desamor, así que en el fondo debemos estar igual de bien o de mal que antes. Respetamos mucho la aportación de cada uno, de forma que si sumamos cuatro estados de ánimo, imposible adivinar.

El objetivo a la hora de grabarlo era desmarcaros de vosotros mismos y del sonido de vuestro primer disco. ¿Prueba superada?
Esta es una prueba que los inconformistas jamás superaremos. Que hay una evolución y el disco va en la línea de lo que nos imaginamos para dentro de dos, sí, sin duda. Todo nos lleva hacia un sonido She Wants Revenge o El Columpio Asesino (por dar una referencia nacional). En este nuevo trabajo se nota especialmente la influencia de Éric (guitarra), que es quien aporta ese tono más oscuro, aunque en el fondo hay un poco más de cada uno de nosotros.

"Estaríamos dispuestos a caer en el olvido para ser redescubiertos en 2030 como viejas glorias".

Ha producido Micka Luna, alguien que también es músico. ¿Qué tal os habéis entendido con él?
A Micka le conocemos de cuando íbamos a fiestas en una Derbi Variant donde sonaban Suede, Pulp o The Smashing Pumpkins. Escuchó lo que queríamos, nos dejó hacer y como gran ingeniero que es fue clave en la construcción de este disco.

Habláis de influencias que van de The Killers a El Columpio Asesino . ¿En qué creéis que pueden llegar a reflejarse realmente vuestras influencias al escucharos?
Fer siempre ha tenido un poco de complejo de Brandon Flowers... (Risas) Es broma. Con The Killers igual se nos fue la mano, pero el disco sí tiene un homenaje particular a El Columpio, que es “Extraña transformación”, nuestro modesto “Toro”. Creo igualmente que es más un tema de energía que de progresiones. Aunque, ojo, últimamente escuchamos mucho a VVV o Antifan

¿El peso compositivo recae en Fernando o su papel es más de estar al frente con sus teclados también?
La realidad es que Fer suele arrancar cualquier composición con una línea de teclado y una frase magnética, pero el resto ya sale entre todos. Componemos conjuntamente, lo cual no es fácil. Luego llega Micka, nos recorta un minuto y nos dobla el estribillo final (risas). En cuanto a letras, la exclusiva la tiene Fer. Ahí no se mete nadie.

¿En Belushi todos los elementos están en equilibrio? ¿Hay algún aspecto que os interese potenciar más de vuestra música y de vuestra estética como grupo?
A nivel musical creemos que todo crece en proporción, en algún tema los sintetizadores tienen más peso, en otro las guitarras, pero en conjunto se mantiene el equilibrio, sí. Las peleas internas existen y que sigan, el día que todo nos dé igual, malo. En lo referente a la estética, Joaquim y Fer llevan el peso en las redes y directos, aunque todo pasa por la mesa de negociaciones y sin mayoría no hay consenso. No hemos llegado al punto de coordinarnos el color de los calcetines, ahí nos damos bastante cancha.

Vuestro nombre se debe a James Belushi y su generación: Brendan Fraser, Mickey Rourke, Ray Liotta… Actores que llenaron las pantallas en los noventa para caer en el olvido con el nuevo milenio y ser redescubiertos en los últimos años. ¿Por qué una reivindicación de aquella década?
¡Buena pregunta! Si pudiésemos responder con un dibujo, te haríamos una curva ascendente que desciende, se mantiene abajo y repunta al final. Tenemos cierta obsesión por el carácter crepuscular de los ángeles caídos, de ahí nuestra lucha diaria entre la tradición y lo nuevo (algo que se hace patente en “No me cuentes el final”). En realidad siempre creímos que en el mejor de los casos nuestra trayectoria sería esa… En otras palabras: estaríamos dispuestos a caer en el olvido para ser redescubiertos en 2030 como viejas glorias. La pregunta es: ¿Tenemos ya el tema que nos lance para luego poder caer o deberemos esperar al tercer disco?

Con respecto al título de vuestro nuevo disco, “Instrucciones y poemas”, ¿a qué hace referencia?
Rut Muñoz, escritora y amiga, lo clavó al hacer el prólogo del disco, ella dice (y abrevio): “Nunca leo esos papeles tan milimétricamente doblados y guardados en las cajas de medicamentos, de muebles, lavadoras. No despliego ni abro ni intento entender la letra ni lo que pone… Y sin embargo sería incondicional de aquel, de aquella, que escribiera, imprimiera, doblara meticulosamente, guardara en una caja, y vendiera al menos un par de instrucciones exitosas acerca de la relaciones sentimentales”. ¿No crees que toda instrucción, manual o guía esconde un poema, y que cada poema esconde en cierto modo un decálogo?

Tal y como habíais anunciado está integrado por ocho canciones, para que haya cuatro en cada cara emulando los tiempos de los vinilos y casetes. ¿Lo editaréis en alguno de estos formatos?
Sí, en realidad los vinilos están llegando (ya sabes que es cosa de cinco o seis semanas). Esperábamos presentarlos el 4 de abril en Barcelona, pero hemos tenido que aplazarlo al 16 de mayo (dedos cruzados).

¿Cómo os ha pillado la cuarentena? ¿Ha trastocado mucho vuestros planes como grupo?
A quien no le haya movido la agenda el COVID-19 que tire la primera piedra. Conciertos anulados, algunos pospuestos, pero nos resistimos a retrasar el lanzamiento del disco, perdiendo así el posible acuerdo con un sello. Con suerte, convertiremos este apocalipsis en una nueva instrucción.

¿Habéis podido hacer algo? Ensayar online, tocar en streaming…
Hemos aprovechado el encierro para dedicar tiempo a difundir este disco, hacer algún tanteo interno en streaming, editar nuestro próximo videoclip (“No me cuentes el final”) y pensar en algo simpático en redes que se salga de los conciertos online, que nos flipan, que quede claro: Aun nos tiemblan las piernas con el live de James Blake que anunciasteis.

¿Qué será lo primero que hagáis cuando acabe el confinamiento?
¿Has visto “All These Sleepless Nights” de Michal Marczak?

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