“Yo no lo veía nada claro”, repite Tomeu Mulet, bajista y letrista de Beach Beach –además de miembro de Der Ventilator y Kana Kapila-, sobre la forma en que la banda mallorquina entró en el estudio para grabar “Tasteless Peace”, su álbum de debut. Después de editar el single “Leeuwenhoek”, la banda perdió a su batería justo antes de ponerse a trabajar en su primer largo, así que decidieron hacer borrón y cuenta nueva. “Tenía unos cuantos riffs e ideas, pero nada muy definido”, comenta Pau Riutort, guitarrista y cantante, también en Extraperlo i Capitán. “Tomeu no conocía ninguna canción. Yo al menos sabía por dónde iban los tiros”. “Soy un músico con limitaciones”, continúa Tomeu, “así que no sabía si sería capaz de trabajar de esta forma, pero al final todo fue muy rodado y ahora mismo me parece una gran manera de grabar un disco. Fue algo realmente enriquecedor”. Esa forma de grabar no sólo ha aportado un aire de espontaneidad y verdura a estas canciones, también ha permitido al grupo reescribir su propio libro de estilo sobre la marcha, demostrando una vez más que Beach Beach son uno de esos grupos que no paran quietos demasiado tiempo en el mismo sitio. “Nuestro momento post-hardcore ya quedó bien documentado en el single. En este sentido siempre hemos funcionado de la misma forma: los dos nos mostramos música que creemos que puede gustar y a partir de ahí decidimos, conscientemente o no, qué entra y qué no. Luego lo combinamos que nuestro bagaje particular y de ahí sale la mezcla”.
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