“El castellano sale de la entraña”
EntrevistasBaxtards

“El castellano sale de la entraña”

MARTÍN P. CORRAL — 05-03-2025
Fotografía — Archivo

Tras cambiar de nombre, idioma, y hasta de sonido, Baxtards vuelven más duros que nunca desde (el) “Terruño” (Auto, 25). Cuatro temas que dedican a la Zamora que los ha visto crecer y a sus dieciséis años como banda, en la referencia más desgarradora, oscura y sincera de su carrera.

Kurt Cobain solía decir: “Gracias por la tragedia. La necesito para mi arte”. Bajo este mismo pretexto, Baxtards crean los gritos y riffs de su último trabajo, el EP “Terruño”. “Es lo más visceral que hemos hecho. Nace de una época un poco chunga tras la que te das cuenta de que tienes una carga para sacar. De repente todo se vuelve jodido y se emborrona, pero al final te das cuenta que, cuando estás mal, haces música; y cuando estás bien, también. Este EP es un salvoconducto”. Esta nueva etapa va de la mano con el castellano, que por fin llega a las melodías de los zamoranos. “Todo empieza a modo de juego y buscando hacer esto de otra manera. Tras catorce años nos hemos dado cuenta de que nadie nos entiende en inglés, además de que se nos olvidaba qué estábamos cantando. Hemos conectado mucho más con el castellano y en él hemos encontrado nuestro sonido. El castellano sale de la entraña, todo tiene eñes. Ha sido un descubrimiento, un camino nuevo, cada palabra es importante. Quiero decir algo y decirlo guay. Tampoco es como el trap, que tiene mogollón de letra. Nosotros en una frase o en una palabra podemos sintetizar mucho”.

"Nuestra casa está donde nuestro local de ensayo"

El punk-rock característico de la banda llega a su máximo esplendor en esta nueva entrega, aunque sus influencias van más allá del género. “Escuchamos mucho trap y mucha música que no escuchábamos de jóvenes y se nos quedan sus métricas. ‘Grito’ nace realmente de una canción de Ghostemane, un trap oscuro; y ‘Estoy bien’ de un tío haciendo un ritmo de trap en una base de YouTube y, aunque luego es otro rollo, hay algo de eso. El trap ha sido fundamental a la hora de pasarnos al castellano y construir nuestro sonido, aunque ahora nos está dando por cumbias”. Aunque para ellos (y en la práctica), “el sonido del disco recuerda a Idles, Viagra Boys y todo ese rollito británico”.

Hay un sentimiento que predomina en sus nuevas canciones. “Es una derrota felizmente aceptada. Estamos en el Terruño, estamos en la mierda, pero aceptamos cookies. Nuestra forma de entender el arte es satírica y crítica, pero vamos a quitarle peso, para no morir del asco. Estamos en una época muy nostálgica y distópica, y creo que nos llegamos a creer derrotados. Pero siempre hay una parte que dice, bueno, ya está”. Con consecuencias directas, además. “Estamos aprendiendo a decir: estoy mal. Vivimos en un momento social de aparentar que estás bien cuando estás reventado por dentro. Esa batalla mola haberla dejado, te quitas un peso de la hostia”. La banda lleva tocando desde que eran chavales. “Dieciséis años... la peña dice que no aguanta tanto”. Siempre han reivindicado su Zamora. “El terruño tira. Cuando naces aquí te dicen que te vayas, que aquí no vas a hacer nada. A mí me toca mucho los huevos que me digan qué tengo que hacer. Fuimos a Madrid a estudiar, a Barcelona... Nos hemos pasado cinco años de carrera viniendo todos los findes a ensayar desde Madrid: nuestra casa está donde nuestro local de ensayo. Es muy loco”.

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