Batido de psicodélia
EntrevistasThe Coral

Batido de psicodélia

Eduardo Ponte — 08-05-2003
Fotografía — Archivo

Una de dos. O The Coral tienen pocas cosas que decir o sienten una escasa necesidad de explicárselas a la prensa española. Intencionadamente o no, sus esfuerzos por generar interés no van demasiado lejos, así que habrá que esperar mejor ocasión para arrojar algo de luz sobre las penumbras que salpican su primer disco, "The Coral" (Deltasonic/Sony, 02).

La única cosa que The Coral y su compañía discográfica dejan más o menos clara es que los de Liverpool se encuentran grabando su segundo álbum. El sucesor de "The Coral" -un debut que llegó a España a principios de 2003, con más de seis meses de retraso- debería ser el encargado de solucionar el enigma que rodea a los británicos. Porque "The Coral" no es un mal disco pero, francamente, hace más de treinta años que se publicaron "Strange Days" y "Trout Mask Replica". El revival rock tiene que acabar algún día y es más que probable que, cuando lo haga, se lleve por delante a grupos como ellos, que ni son los primeros ni los que mejor han sabido elegir la parcela del pasado a rescatar. De hecho, su principal gracia ha sido dar con un combinado que pocos pensaban que podía funcionar.

"En directo es donde las canciones cobran vida"

Unir a Captain Beefheart y Frank Zappa con Syd Barrett es hasta cierto punto lógico, pero lo que resulta más extraño es echar mano del pop nuevaolero de raíz jamaicana (Madness) o del inefable Jim Morrison y sus Doors. Ian Skelly (batería) apunta, además, que "el sitio en el que vives es relevante; Shack y The Beatles están entre los más grandes de Liverpool, pero tenemos muchas más influencias, como Neil Young, Miles Davis o Bob Marley". No se esconden (de poco les serviría), sino que esgrimen orgullosos sus referentes como lo que son: un puñado de adolescentes contentos de sonar como sus ídolos psicodélicos y de poder vivir en una densa nube de hash porque en su país les ha tocado la lotería del "hype de turno"; un grupo de amigos ("íbamos al mismo instituto, Hillbury High. James (Skelly) y yo formamos la banda y pronto convencimos al resto para que se uniesen") que acabó vistiendo camisas de amebas, cortándose el pelo como en los sesenta y dando forma a unas canciones que, eso sí, andan bastante bien de gancho. Nada menos que cuatro singles les ha editado Sony en el Reino Unido y la selección no es nada mala, que para eso llevan seis años dándole forma. Su debut recoge retales de toda esta época ("muchas de las canciones tienen algún tiempo. ´Dreaming Of You´ fue la última que escribimos, ya en el estudio") y, claro, suena con la fuerza de la juventud y la seguridad de los ensayos, lo que hace muy difícil desecharlos de buenas a primeras. Sus directos prometen arrasar prejuicios ("en directo es donde las canciones cobran vida. Probablemente hagamos unos cuantos conciertos en España en mayo, entonces podrás juzgar tú mismo") y tal vez sea sobre el escenario donde se manifiesten con la contundencia que les falta detrás de un teclado de ordenador. Entretanto, lo mejor que se puede hacer es volver a escuchar su primer disco o, mejor, ponerlo en cuarentena hasta que su segundo álbum demuestre si al NME se ha vuelto a ir la mano, si el deje Doors es permanente o simplemente una enajenación temporal, si The Coral van a depurar sus influencias o si van a seguir igual por dos o tres discos más, si se van a cansar de la psicodelia y van a abrazar el pop adulto, si la edad les va a restar eficacia, si van a saber encajar el descenso de la atención que han venido recibiendo hasta el momento y si superarán la -no muy lejana- caída del revival de marras. Hoy por hoy, la cosa no está nada clara.

Un comentario
  1. argumentos relamidos y mediocres lo siento no me gusta tu critica the coral es mucho mas que una banda como dices peyorativamente"revival"

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

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