Baila con el puño en alto

Se pongan más zapatilleros o más pop, no hay pista de baile que se les resista. Simian Mobile Disco tienen hits y ritmazo. Si “Temporary Pleasure” les llevaba por derroteros ligeramente más lentos y más pop, su nuevo disco, “Unpatterns”, nos los devuelve más fiesteros que nunca. Vamos, que Jas y James tienen bombo para rato.

Con su reciente visita al Sónar, queda más que claro que Simian Mobile Disco son los reyes de la pista. Su nuevo trabajo, “Unpatterns”, les sitúa de nuevo en el epicentro de la electrónica bailable, donde techno, house y electro se funden en una amalgama de beats en la que la finura deja el protagonismo a unos bajos gordos y un bombo contundente. “Después de hacer ‘Temporary Pleasure’, nos dimos cuenta de que no lo podíamos pinchar. Desde siempre una de nuestras metas había sido hacer música que pudiéramos pinchar en nuestros sets, así que queríamos volver a hacerlo. En parte por eso lanzamos ‘Delicacies’ en 2010, algo mucho más enfocado a la pista de baile. Y este nuevo disco es como una continuación de aquél, pero más melódica, más en la línea de nuestro primer y segundo álbum”. Y es que desde que viera la luz su segundo álbum de estudio en 2009, este par de londinenses no ha parado de viajar por Europa pinchando en todos los clubes habidos y por haber. En este periplo, James Ford y Jas Shaw se han dado cuenta de algo que cada vez es más evidente y es que “el panorama electrónico está cambiando y el mainstream cada vez está asimilando más elementos que antes le eran exclusivos a la electrónica”. Aunque, siendo precisos, hablamos de una electrónica de zapatilla desgastada y puño en alto, de piyulismo puro y duro, vamos. “Sí, es cierto. Lo malo es que mucha gente se piensa que la electrónica es exclusivamente eso. Incluso alguna gente cree que electrónica es lo que hace David Guetta. Es lo malo de cuando un género se acerca al mainstream o viceversa, que a veces se acaba midiendo a todos los artistas con el mismo rasero. La parte positiva es que cada vez más gente se interesa por los ritmos electrónicos, y eso facilita que te conozcan y quieran más”. Y cómo no querer más de un álbum que, como ellos mismos aseguran, “es ideal para la pista, pero también se puede escuchar y disfrutar en casa”. Electrónica total como la que encontramos en los siete minutos de “Cerulean”, un tema que va creciendo y desplegándose en todas las direcciones sin renunciar a ese bombo machacón marca de la casa, pero tampoco a una progresión que se va dejando ver poco a poco ni a un sintetizador aplicado casi a brochazos. Cuando le confieso que es mi corte preferido del álbum, James se alegra y reconoce que, aunque es muy difícil para él elegir entre sus canciones, últimamente también está muy enganchado a ésta. Se nota que, en términos de influencias electrónicas, estos dos últimamente se han bebido hasta el agua de las macetas. “El hecho de que hayamos estado pinchando tanto ha hecho que nos hayamos empapado muchísimo de toda la electrónica que se hace actualmente. Últimamente hemos estado escuchando mucho a Levon Vincent y también mucho techno británico, como Blawan y Objekt”. Aunque no por eso han renunciado a la “electrónica más antigua, como techno de los noventa o el acid house británico”. Pero si hay algo que verdaderamente ha obsesionado a James y Jas han sido los patrones visuales. “Estéticamente nos parece algo muy interesante. De hecho, de ahí viene el título del disco. Estamos muy interesados en los patrones visuales simples, geométricos, con cierto aire psicodélico…”. Sobre la composición y grabación del disco, Simian Mobile Disco admiten que se lo tomaron con calma. “Así como cuando estuvimos con Beth Ditto en el estudio todo fue muy rápido y lo teníamos todo listo en cosa de cinco días, nosotros habitualmente vamos muy poquito a poco. Hicimos muchos temas mientras pinchábamos por Europa y cuando volvimos nos tomamos tres meses de ‘descanso’ de pinchar para dedicarnos al disco, a producir y demás”. Curioso descanso el de estos británicos, rodeados de sintetizadores, cacharrería y 909’s. Pero cuando uno puede parir temas que procuran tantas alegrías como los de este “Unpatterns”, es una delicia y un deber moral no parar. Nunca.