Hoy en día son muchos los que lo ignoran, pero a principios de la década pasada hubo un grupo que -con un puñado de grandes discos, mucho alcohol y unos conciertos imposibles de olvidar- mantuvo encendida la llama del rock´n´roll de la mejor tradición Faces-Stones-Hanoi-Crüe. Aquella entrañable banda, The Dogs D´Amour, se separó en el 95, y su líder indiscutible, Tyla, inició una carrera en solitario que le ha mantenido en el candelero; eso sí, únicamente como artista de culto para una selecta minoría. Para hablar de ello -y más concretamente de la aparición de “Life Or Death?”- concertamos una cita con él, aprovechando además que desde hace unos tres años reside en Barcelona.
“Quiero que haya gente contando chistes, magos... unas veinte personas sobre el escenario” |
Desde su posición de artista polifacético y prolífico donde los haya, Tyla llenó nuestra distendida charla con referencias a nuevos proyectos que, sorprendentemente, nada tienen que ver con una noticia aparecida pocos días después (según la cual los Dogs van a reunirse de nuevo para girar y publicar un disco en directo). En cualquier caso, aunque nos desorientara con alguno de sus comentarios sobre sus intenciones (además de con sus motivos para no aprender español) fue todo un placer compartir varias horas con el británico en su propio domicilio, mientras nos relataba cuan singular es su estilo de vida actual. “Hace año y medio que ya no bebo, y desde entonces he grabado nada menos que cuatro discos. Mi día normal empieza cuando me levanto entre las seis y las ocho de la tarde. Entonces escribo algunas canciones y paso toda la noche haciendo varias cosas al mismo tiempo: grabando, pintando, escribiendo, con el ordenador, la televisión... hasta que me voy a dormir a mediodía o a la una de la tarde más o menos”. Sus explicaciones nos llevan a preguntarle si tanta actividad se verá reflejada en sus nuevos directos. “Estoy trabajando en ello. Si no tengo el dinero para girar lo grabaré en video para enseñarlo, porque es una jodida gran idea. No es sólo una banda convencional, quiero que haya gente contando chistes, magos... implica a unas veinte personas sobre el escenario...”. A continuación, él mismo nos confirma que está cansado de los conciertos de rock convencionales, y que si grabó un nuevo disco con los Dogs hace algo más de un año fue sólo por dinero. “Cuando se hacen las cosas por dinero acostumbran a no funcionar”. También confiesa que trabajó con Spike de los Quireboys por el mismo motivo, el económico. Y no sólo eso, sino que además casi salta de su sillón cuando nos interesamos por lo que más echa de menos de los viejos tiempos con los Dogs. “¡Nada! ¡Era como una pesadilla! Sin dinero, peleábamos constantemente...”. De ahí que lo que más le enorgullezca de su carrera sea lo que hace ahora. “Escribir canciones es mi trabajo y lo disfruto. De alguna manera es como un trabajo normal, pero me encanta”. Veremos lo que nos depara el futuro, pero apostamos a que -ya sea con los Dogs o sin ellos- tenemos Tyla para rato.
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