“Éste es nuestro disco con menos prejuicios”
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“Éste es nuestro disco con menos prejuicios”

Jose Carlos Peña — 14-11-2016
Fotografía — Mariano Regidor

El quinteto madrileño vuelve a la palestra con su tercer disco: “Silencio en la retaguardia” (Records Del Mundo, 2016). Un álbum de texturas y estructuras tan ricas como siempre, textos más ambiciosos que nunca y algunos ritmos bailables que remiten a su anterior proyecto Healthcontrol. Vía email, ellos mismos admiten haber alcanzado cierta madurez bien entendida. Podremos comprobarlo este sábado 19 de noviembre en la presentación del disco en la sala Moby Dick de Madrid.


Habéis repetido con Raúl en La Mina. ¿Estáis muy cómodos con él?
Mucho. Raúl es un tío muy especial, sereno y muy perceptivo. Nos transmite mucha confianza y sabe generar un clima de trabajo relajado pero productivo. Confiamos mucho en su criterio y su sensibilidad. Y nos encanta bajarnos al sur, a La Mina, a grabar (y si es con la piscina llena, mejor que mejor).

Me ha parecido un disco más rítmico y con canciones directas pero a la vez inquietas, como "La ira de Kaplan" o "Silencio en la retaguardia". No es fácil combinar ambas vocaciones. ¿Es vuestro disco más ambicioso en el buen sentido?
Más que ambicioso, diría que es, con diferencia, el más desprejuiciado. En comparación con los anteriores, lo hemos compuesto y grabado a toda pastilla. El proceso completo apenas llevó tres meses y todo ha sido muy rápido y sorprendentemente fluido. Después de tener a Álvaro exiliado dos años y pico en Nueva York, había unas ganas gigantes de arrancar de nuevo juntos y se ha notado. Esta vez no nos ha dado tiempo a cuestionar las canciones ni a deconstruir mil veces las que superen la criba. De hecho, por no haber, no ha habido ni criba (risas).

Os internáis por terrenos incluso bailables ( "El algoritmo de la noche” me evoca a bandas de post-punk funk y bailable como !!!). ¿Habéis querido ampliar referencias u horizontes?
La verdad es que el ramalazo bailable está ahí desde la pre-historia del grupo (posiblemente ya desde “Superpuestos” con Healthcontrol) y asomaba intermitentemente en el disco anterior, aunque probablemente nunca de manera tan palmaria como en “El algoritmo de la noche”, con su bombo electrónico a negras y tal. En cuanto a la amplitud de horizontes, aunque a todos nos gustan muchos grupos con un concepto musical o estético más o menos monolítico, como músicos nos interesan bastante más artistas y producciones que se atreven a explorar terrenos diferentes en cada canción.

“Las letras han ido ganando espacio en el discurso del grupo a medida que ganaban en personalidad y capacidad narrativa”

Cuidáis mucho las texturas de guitarras y sintetizadores analógicos. ¿Es complicado en el estudio?
¡Diría que es mucho más complicado en directo (risas)! En el estudio prácticamente todo es posible. El trabajo más jodido viene a la hora de reproducir la riqueza de esas texturas (para que sean eso y no maraña) allí donde toquemos, sobre todo en el caso de un grupo como el nuestro que, hasta ahora al menos, casi nunca se puede permitir viajar con técnico propio. ¡Todo llegará!

Respecto a las letras: ¿Diríais que hay un tema central en el disco o surgió accidentalmente? ¿Cómo creéis que han evolucionado de disco a disco las letras?
Más bien creo que no y que lo que comentábamos antes de la diversidad de ángulos musicales del disco tiene un correlato en la diversidad de ángulos narrativos de las letras. Aun así, sí hay ecos internos que hacen de hilo conductor y que asoman en ciertas palabras o frases repetidas, que cambian de color dependiendo del contexto. En general, creemos que las letras han ido ganando espacio en el discurso del grupo a medida que ganaban en personalidad y capacidad narrativa (en confianza, vaya). Pero hay continuidad (al fin y al cabo, “Silencio en la retaguardia” es solo otra manera de decir “Que me corten la cabeza”).

Tras el parón parcial al que hacíais referencia, ¿en qué momento está el grupo con este disco?
¡Buena pregunta! No tengo ni idea. Por los años que llevamos y tenemos debería ser algo así como ¿“madurez”?, pero no sé si tiene mucha pinta. Las ganas y la ilusión siguen completamente intactas, lo cual a lo mejor es poco síntoma de lo primero (risas).

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