Como uno es de aquellos cuyas opiniones alcanzar mayor exaltación en petit comité, esta es la primera ocasión en la que debo referirme públicamente a “Standing On The Shoulder Of Giants” como el más fallido de los trabajos de los británicos Oasis. Porque su disco es uno de esos casos flagrantes en los que madurez resulta sinónimo de acomodaticio. Quizás a Noel Gallagher se le hayan hinchado de tanto componer himnos de pop británico y no haya visto otro camino que reflejarse aquí y ahora, dejando atrás ese rock de clase obrera orgulloso y bravucón que recorría el espinazo de “Definetely Maybe” y “What’s The Story, Morning Glory”, pero que quedó algo relegado en un desigual “Be Here Now” –sorpresivamente superado por aquella certera compilación de caras B titulada “The Masterplan”-. O aceptamos esa explicación –la más convincente, por otro lado- o intentamos convencernos de que Paul “Bonehead” Arthurs y Paul Guigsy McGuigan aún sin componer dotaban al combo (ahí permanece Alan White en la sombra de las sombras) de cierta actitud callejera. Pretender justificar la segunda opción no solamente resultaría difícil, sino toda una gilipollez. Tanto como esperar que Gem (guitarra y anteriormente en Heavy Stereo) y Andy Bell (bajista y otrora líder de Ride y Hurricane #1). El caso es que, por mucho que algunos títulos e incluso textos del disco busquen resultados distintos, el nuevo trabajo de Noel y Liam Gallagher ha rebuscado en su tradición, echando un pulso al pasado y convirtiendo a “Standing On The Shoulder Of Giants” en un disco que empieza bien, pero acaba sumido en la piscina de la insubstancialidad. Porque ya tiene cojones que el segundo trabajo de Embrace haya sido capaz de ir más allá. Y no se me asusten, porque si se han comprado ya el trabajo de los británicos no van a tener que esconderlo bajo el tapete de la mesa del comedor en un vano intento por huir de las burlas de sus resabidas amistades, pero sí que deberían ir pensando en cuántos discos más –de seguir así- van a seguir comprando de su grupo favorito. Ojalá muchos. Que lo mío no es mala hostia, sino algo de decepción.
Como era de esperar, los hermanos Gallagher han concedido ya todas las entrevistas que debían, las de los grandes medios, las de las grandes firmas. Por eso, puestos a entrevistar a alguno de los restantes miembros mejor a Gem o Andy Bell que a Alan White. Al teléfono Gem pues, ex-Heavy Stereo para más datos. Con Oasis ha pasado ya por los escenarios del Japón y de los Estados Unidos. “Nos hemos pasado tres semanas en el Japón, hicimos once conciertos. Después estuvimos otra vez en casa, dos noches, suficiente para lavar los calcetines y todo lo demás. Después tres actuaciones en Europa para radios y televisiones y luego a casa. Lavamos más calcetines y nos fuimos a América donde llevamos seis semanas”. Todo correcto, de esperar para una banda de sus dimensiones y que debe mantenerse girando a lo largo y ancho del mundo para defender en directo su trabajo en estudio. Gem debe hacerlo aunque no participase en las sesiones del cuarto largo del grupo. De todos modos, supongo yo, su situación en la banda debe haberse consolidado después de varios meses en activo. “Cada vez estoy mejor. Tenemos muchas guitarras acústicas, es decir que estamos haciendo algunas versiones como ese tema de Neil Young llamado “Hey Hey, My My”… la tocamos en Seattle porque como hace seis años de la muerte de Kurt Kobain. La hicimos en la prueba de sonido y funcionó, es un tema realmente rockero y Neil Young es… ya sabes. También tocamos “Helter Skelter”, que es un tema fantástico. Oh, no, todavía no he grabado nada con los chicos. Todo lo que hemos hecho han sido conciertos y alguna demo”. Generalmente, cuando una banda consolidada cambia de formación, a los recién llegados se les plantea no solamente el problema de centrarse y dar con su espacio vital en la formación, sino también el de conectar con una audiencia nada acostumbrada a ellos. En esta ocasión, nuestro protagonista sustituye a Paul “Bonehead” Arthurs, con lo cual tampoco lo tenía tan difícil para conseguir el beneplácito de los seguidores de Oasis. “Parece que todo va bien, por lo menos no me he enfrentado a ninguna actitud negativa. En Japón había fans que tenían todos los discos y cuando venían a los conciertos querían que Andy y yo también se los firmásemos. Traían hasta los discos antiguos, así que realmente no he tenido ningún problema”. Como podemos imaginar, Gem debe andar realmente contentísimo de la oportunidad que le han brindado los Gallagher. Que uno no tiene cada día la suerte de poder entrar a formar parte de la banda británica más grande del momento. Pero, ¿siempre ha pensado eso? ¿Consideraba nuestro protagonista a Oasis la más grande banda británica de los noventa durante sus tiempos en Heavy Stereo? “Por supuesto, ya entonces eran los mejores y yo un auténtico fan de la banda. De hecho, sigo siéndolo. En cualquier movimiento, aunque no me gusta la palabra, hay imitadores. Cuando un grupo triunfa siempre hay un efecto y eso es lo que consiguieron Oasis, porque su primer disco fue auténtico rock’n’roll. Lo mismo ocurrió años atrás con el punk rock, con Sex Pistols y todos esos grupos que les imitaron, es como un ciclo ideal. ¿Oasis o Blur? Bueno, durante aquella guerra… yo siempre me compraba los discos de Oasis, porque era rock’n’roll del norte. Mira, yo pertenezco a la clase trabajadora aunque pudiese ir a un colegio de bellas artes y aunque pueda disfrutar con Blur, ya sabes a que me refiero, pero siempre Oasis, por supuesto”. Pues siguiendo por el mismo camino, me gustaría descubrir si este ex-Heavy Stereo considera que –más que nada por cercanía- que “Standing On The Shoulder Of Giants” pueda ser el mejor disco de los británicos. Y, no quiero hacerme pesado, pero de eso nada. “Hay muchos sonidos en el álbum. El solo del final de “Roll It Over” o los teclados del disco… el disco suena exactamente como debe, está bien hecho y cuando lo escuché por primera vez me sorprendió mucho, porque no sabía exactamente qué esperaba de él, ni el tipo de música que Oasis podrían haber hecho en aquel momento. Cuando me metí en el disco y tuve tiempo para escucharlo mejor me dije ¡whoah, esto es realmente in your face!… el bajo, la batería, las voces…Entiendo que prefieras las canciones más rockeras, pero este disco también tiene mucho rock’n’roll. Puedo entenderte y creo que, si buscas eso en el grupo, lo mejor es que sigas con el primer disco porque era realmente genial”.
Quiera o no, lo supere o no, no cabe duda de que Oasis es la banda de los Gallagher, su grupo, su proyecto y que todos aquellos que les ayuden a comandar su embarcación difícil lo tienen para convertirse en elementos indispensables de la tripulación. Así que, en todo caso, a lo máximo que –supongo yo- pueden aspirar es a conseguir que su opinión cuente. Aunque sea poco, pero que cuente. ¿Sencillo? Pues que se lo pregunten a Gilby Clarke, a Ron Wood, a los compadres de Brian Wilson o a cientos y cientos de músicos anónimos con nombre y apellidos. “Oasis es el grupo de Noel, y eso es lo que hay. Punto y final. Pero él es una persona muy inteligente y aunque siempre tiene ideas para el bajo o para las guitarras creo que nos va a dejar ser libres. Si llego con unas guitarras de heavy metal no aceptará, no funcionaría y no pasaríamos un buen día (risas). Pero no creo que haya problemas porque yo interpreto los temas con mi estilo, porque las guitarras que le gustan a Noel son exactamente las mismas que a mí. Ya sabes, hay cierta conexión. Todo está muy equilibrado en la formación, parece un auténtico grupo. Allan está tocando mejor que nunca porque Andy es un excelente bajista. Y yo, con mi guitarra, no es que esté siguiendo un ritmo concreto… ten en cuenta que están pasando muchas cosas en el grupo. Es divertido estar en este grupo. No sé como decirlo, pero yo y Liam y Andy estuvimos tomando unas copas
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