Nadie nace de la nada, todo el mundo tiene sus influencias. Algunos, de
tanto fijarse en sus referentes, sólo consiguen ser un eco de una voz que habló
años atrás, mientras que otros se empeñan tanto en hacer algo nuevo que nadie
les comprende. La Brigada han encontrado el difícil punto medio. Pere Agramunt,
líder, cantante y compositor de la mayoría de canciones (también director
artístico del Festival Faraday) se inició musicalmente cantando en inglés, pero
transformó su grupo (The Light Brigade) en La Brigada hace tres años. Después
de “L’obligació de ser algú” (Outstanding
Records, 08) llega “Les paraules justes”,
un álbum coproducido entre el grupo y J.M.Celorio, batería de los también de
Vilanova Tokyo Sex Destruction. “El
título es muy adecuado para un segundo disco. Todo lo que hagas y los acordes
que toques tienen que estar medidos porque todo el mundo lo estará
mirando con lupa”. Como los álbumes clásicos, el disco se divide en dos
caras diferenciadas pero ciertamente unidas. “No se trata de un disco conceptual, pero hemos dado un color homogéneo
a todas las canciones, como si fueran cuadros pintados en la misma época con la
misma paleta y las mismas texturas. Queríamos hacer un disco clásico”. Se
podría llenar la revista entera hablando de los referentes de La Brigada, pero
esta vez, la americana contemporánea ha tenido gran parte de culpa. “Bandas como Clem Snide, Calexico o Wilco
nos han influenciado en la manera de afrontar los directos, pero cuando
hablamos de música, siempre acabamos haciéndolo de clásicos”. Las letras
tienen un trasfondo de desencanto digno de la familia Panero y están escritas
en la lengua de J.V. Foix. “Cantamos en
catalán por honestidad y porque es nuestra lengua materna. Históricamente, las
buenas canciones son las que han sido escritas en lengua materna”.
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