La calle Ferlandina de Barcelona hierve con los universitarios que salen de clase, los skaters hambrientos que vienen de la plaza del Macba, los vendedores de quebabs y los incensantes ruidos de las maquinaria que levanta el asfalto justo delante de Luchador Records, donde hemos quedado con Mujeres. En medio del caos y con la merienda entre manos, aparecen Yago, Martín –falta el otro Martí- y Pol, quien nos saluda tras el mostrador, mientras su hija nos incita a que compremos el disco del Minimúsica. “Soft Gems” es la segunda entrega de estos cuatro colegas que irrumpieron en 2009 para oxigenar la escena barcelonesa y recordarnos por qué nos gustaba tanto el rock & roll. Tres años después, han aprendido a tocar mucho mejor que en esos primeros conciertos y toman las riendas de una carrera asentada, alejada del boom inicial. “Se nos ha hecho mucho caso desde el principio, tanto la prensa como el público, pero hemos dejado atrás la fase del hype. Cuando te prestan mucha atención, también tienes que probar tu valía. Y ahí estás, delante del público en el San Miguel Primavera Sound pensando, ‘vale vale, muy bonito’, pero tienes que demostrarlo. Sacamos el primer disco a nuestro ritmo, y lo mismo con el segundo, sin presiones y haciendo lo que nos da la gana”, asegura Yago (voz y guitarra). Prosigue Pol, explicando el cambio en el modus operandi del grupo, mucho más participativo y visceral: “Antes Martí y Yago, al ser guitarristas y cantantes tenían las primeras ideas para las canciones, pero ahora tenemos más confianza en nosotros para aportar también material. Tampoco nunca dijimos ‘esto tienes que tocarlo así o asá’, no somos un grupo de autor. Muchos nuevos temas han surgido en los ensayos, o estando de gira. Como ‘Salvaje’, que se presentó en el Primavera Sound y también lo pusimos en el casette que hicimos para Estados Unidos”. Por su parte, Martín, el batería con la voz más profunda del mundo, añade: “Tras un parón, hemos tenido tiempo para reconsiderar quienes somos, cómo queríamos sonar, reflexiones hacia dentro. Y conocernos mejor los cuatro. Al principio éramos un grupo muy poco ‘músico’. No habíamos entrado nunca en un estudio, salvo por Martí”. Y eso se nota en la crudeza de la demo. (Pol) “Que suena como una mierda”. (Martín) “¿Qué dices? ¡Suena de cojones!”.
“Soft Gems” se mueve con soltura entre la energía de esa maqueta y la producción made in Santi Garcia de su disco homónimo. Pol no cambiaría ni una sola nota de este disco y se muestra entusiasmado con el resultado. “Por fin hemos conseguido un disco garajero, de rock’n’roll como lo que queríamos, con guitarras más apretadas, un punto lo-fi y hemos experimentado más en según qué temas”. ¿Y cómo lo hicieron? Se fueron a una casa rural, con tiempo en el bolsillo y los conceptos mucho más claros para poder decidir ellos mismos sobre su sonido. ¿Harían terapia como Metallica? “Igualitos que ellos”, bromean. Dos años de gira imparable les ha hecho madurar como fruta al sol, sin quemarlos ni un ápice por dentro, ni malograr esa relación que salta a la legua de amistad.
Con “Soft Gems” ya no hay lugar para la recurrente comparación con Black Lips, a no ser que sea para verles como resoplan. (Pol) “¡Somos los Black Lips de Barcelona! Ya nos lo tomamos a broma. Es triste, porque siempre toman el mismo ejemplo de un género tan amplio. Yo no veo a otras bandas que se las compare tanto con un solo grupo”. (Martín) “A mí me gusta pensar que a la gente, a través de escucharnos, se les ha abierto una especie de puerta a una escena poco explorada y a una serie de grupos que no conocían. Nos encantaría tocar con ellos, ¿eh?”. Yago se pone más serio por un momento y reflexiona en voz alta sobre el papel de Mujeres en la escena indie nacional, y es que, a pesar de haber recibido cantidad de elogios y críticas por sus discos y sobre todo por sus directos, a menudo aparece esa coletilla que asegura que lo suyo “es más de lo mismo, una copia revivalera”. “Es una paradoja que cuando aparecimos, se nos etiquetara de poco originales, cuando en ese momento aquí nadie estaba haciendo lo que hacíamos: rock’n’roll cantado en inglés. Ibas en contra de la moda, porque a todo el mundo le dio por el rollo tropical de turno. En una entrevista en Chicago, la periodista nos dijo que todos los grupos de garaje le sonaban igual y justamente nosotros no. Y pensé, ‘¡joder, ojalá vivieras en mi país!’. Tiene gracia que justo en Estados Unidos, donde hay millones de bandas que hacen lo mismo, consideren a Mujeres un grupo original”, asegura el cantante. El resto del grupo asiente. Y se avecina alguna crítica más, de las que ya hemos oído tantas otras veces. Pol cambia el peso de las piernas, vuelve a cambiarlo y toma la palabra. “Con todo el respeto, en este país hay mucha envidia, mucho insulto gratuito y mucha rabia. A los grupos de aquí que se pueden comparar con grupos de fuera, se les tacha de copiones. Sin embargo, entre el indie nacional, donde casi todo suena igual, no pasa nada”.
Martín, por su parte, termina de ahondar en la herida. Suerte que hemos reservado estas preguntas para el final. “Hay una falta de perspectiva también, porque si crees que Delorean o El Guincho son los primeros en hacer algo innovador, mal vamos...Lo mismo pasa con Animal Collective, es ridículo. A ver, están bien pero no han inventado nada”. Aseguran no haberse sentido parte de la escena garaje del país, que tampoco “nos acogió con los brazos abiertos”, confiesa Pol. “A nosotros se nos ha vendido como de un indie más genérico, que puede salir desde en MondoSonoro a Rockdelux, en la que se mezclan muchas cosas”. Sin embargo, la expresión les cambia en el rostro cuando citas a grupos como Aliment, L’Hereu Escampa, y el trabajo de sellos como Famèlic Records. “Tocamos en un festi de Vic con todas estas bandas y estábamos como en casa. Nos sentimos mucho más indentificados con ellos que no con Joe Crepúsculo o La Bien Querida, aunque tampoco estamos a su nivel. Ella está mucho más por encima de nosotros, a kilómetros”. “¿A tantos?”, pregunta Martín divertido. Yago lo tiene claro: la respuesta es sangre fresca como Beach Beach para “rejuvenecer la escena barcelonesa, tan treintañera”.
Seguramente les habrás visto ya como mínimo un par de veces en situaciones tan distintas como nuestras Fiestas Demoscópicas, los Aperitivos del Estrella Levante SOS4.8, la presentación del trofeo Godó en Barcelona o en el SXSW. No han parado en ningún sentido y todo pinta que las cosas van bien. “¿Vivir de Mujeres? ¡Qué va! Si lo quisiéramos, deberíamos dar un paso que significaría convertirnos en una banda que accede a según qué. De lo que citabas de Diesel [una campaña que les surgió en 2010], hemos aprendido un montón. Ahora lo rechazamos prácticamente todo. Tratar con marcas no nos gusta demasiado”, confiesa el bajista. Así que seguirán a lo suyo, sin prisa pero sin pausa, liándola, compartiendo Bollycaos en la trastienda de Luchador Records y haciendo lo que mejor saben sobre un escenario.
ojalá no cambien nunca y sigan comiendo bollycaos en la trastienda de Luchador 🙂
es una de las muchas cosas que les hacen especiales.
Chicos, enhorabuena por vrtseuo insaciable trabajo. Esto marcha y, sobre todo, ilusiona cada deda a me1s y me1s gente. Os he enviado un par de e-mails pero supongo que estare9is saturados de ellos. Estoy currando en un perif3dico independiente en San Francisco (donde tambie9n se sigue el movimiento) hasta octubre y querreda ponerme a trabajar con vosotros en cuanto llegue a Madrid. Un fuerte abrazo