"Solo hacemos música y no vendemos nada más"

Disfrutar y quitarse un peso de encima es la primera premisa con la que los granadinos Apartamentos Acapulco abordaron “La Reconciliación” (Intromúsica/Altafonte, 23). Un ejercicio en el que sobre todo han priorizado la canción como moneda de cambio: da igual su génesis, su contexto y hasta su autor. El resultado, su disco más honesto.

Si el título del álbum os induce a molestia previa, nada que ver. “Le hemos pedido demasiado a la música, hemos sido muy exigentes y eso nos ha hecho pensar que las cosas se podían hacer mejor. Eso nos ha llevado a un proceso de reconciliación, de ahí el nombre del mismo”. Una de las palabras que mejor los categoriza es honestidad. “Sí, eso siempre por delante. Nuestras canciones somos nosotros mismos. Cada concierto es abrirnos de par en par y contar lo que llevamos dentro. Lo demás es puro negocio”. 
Hagamos un repaso con ellos de las canciones que conforman la obra, por ejemplo “Dos días contigo”. “Siempre le hemos dado demasiadas vueltas a todo, nos calentábamos la cabeza con cuál era el momento de sacar según qué cosas, pensábamos en el público… Pero en este disco nos hemos quitado todo eso y sólo nos hemos preocupado de hacer canciones que nos gusten, sin más y esta es una de ellas”. El single “La Persiana” es pop a secas con deje de punk clásico. “El arte es un proceso de constante cambio y evolución. Esta era la primera vez que Mariano componía y vino con ideas de este tipo. Estamos muy contentos con el resultado”. ¿Se atreverán los Acapulco con el trap o el reggaetón en algún momento? “Nos atrevemos con cualquier cosa, siempre con sinceridad y no forzado. Intentar hacer trap o encender un autotune por moda, por llegar a más gente, es mentir al público. En nuestros comienzos nadie se habría esperado que hiciésemos algo como ‘La Persiana’ y tuviésemos pogos en los conciertos, pero ha habido una evolución real y nadie se sorprende por ello”. ¿Estamos ante una obra sobre la catarsis que lleva el amor/desamor? “La música es terapia para sacar todo lo malo y por eso cuando nos sentimos bien disfrutamos del momento y ya está, pero parece ser (y los años nos lo dicen) que cuando andamos mal, nos da por escribir canciones”. Y a pesar de gustar a millenials, zetas y a los Generación X no imperan para ellos las modas ni el establishment, nada del gustar por gustar. “Solo hacemos música y no vendemos nada más y si nos hemos hecho un hueco es gracias a eso”. También han tenido piedras por el camino, y no pocas. “Nos seguimos y seguiremos llevando palos, pero aprendes a convivir con ellos”. 

“Intentar hacer trap o encender un autotune por moda, por llegar a más gente, es mentir al público”.

Desde los estudios granadinos de Santa María de la Vega siendo grabado, mezclado y masterizado por Carlos Díaz, a quien señalan como “otro miembro del grupo al igual que David Sutil, técnico de directo, o muchos amigos que siempre nos acompañan y que llevan más conciertos nuestros a sus espaldas que algunos miembros de la banda”. Si al escuchar “No tengas miedo” ves que se repite mucho “Todo va a salir bien” no creas que es otra canción temática postpandemia. “Al contrario, queríamos trasmitir ese mensaje de positividad nada más empezar. Es parte de nuestra reconciliación”. En “El Primero” se convierten en My Bloody Valentine, que es otro de los grupos “clave en nuestra historia y siempre están ahí, de hecho, me compré una Jaguar con un buen tremolo y, bueno, si venís a alguno de nuestros conciertos, veréis a lo que me refiero”. También tiene lugar el pop más extremo en “Migajas” y aunque tiran de frases como “rómpeme la cara, párteme el corazón” se defienden diciendo que “el amor es bastante destroyer, sí; pero por favor no nos lo llevemos al sentido más literal, que ya hemos visto algún comentario en Twitter sobre que hacíamos apología de la violencia y no, por favor, paz y amor. ‘Migajas’ es una canción pop, pero con esa oscuridad ahí detrás… muy de Apartamentos”. “Dos días contigo” parece una segunda parte de “Con qué doblez tú me miras”, una de las composiciones más bellas del indie pop 2.0. “Es un single que posee ese sonido tan de nuestros comienzos y nos hemos llevado una grata sorpresa con la acogida”. Una de claves de esta formación es lo compactada que están las voces de Angelina e Ismael. “Llevamos cantando juntos desde siempre y estamos muy acostumbrados a empastar las voces. Y al igual que doblar las voces y hacer coros, forma parte de nuestra identidad y disfrutamos con ello”. Prosiguiendo con el disco llegamos a “La habitación”, una pieza que “quedó muy curiosa por la mezcla de ideas pues queríamos algo medio oscuro, un poco post-punk con un sinte arpegiado bien potente, mucho efecto en las voces, pero se fue mezclando con otras ideas y, al final, quedó lo que quedó; una canción que en cuanto estilo no sabes por dónde cogerla, pero está muy guay”.

“Ya no tengo palabras” respira a “Plainsong” de The Cure, algo que no dudan en reconocer. “Totalmente, somos fans de esa banda como pensamos que debería serlo cualquier músico. La idea era llegar a una expansión sonora en la que no quedase ninguna frecuencia por llenar. En directo nos flipa tocarla debido a la atmósfera que se crea, pero me temo que no todo el mundo la entiende”. Apartamentos Acapulco finiquitan este proyecto musical con “Posible final IV”, cuya cadencia puede ser el resumen perfecto de lo que expresan en este álbum. “Acabar así es una idea desde nuestros primeros discos. Pretendemos que, si el grupo se acaba, esa canción quede como la última; habla de dejarlo, que ya no merece la pena seguir, pero después esa idea cambia y torna en el amor que sentimos por la música y que por mucho que pasen los años, seguiremos haciendo canciones”. Porque ese es su motor principal. Muchos son los artistas que viven y subsisten mirando los datos, visionados y likes de redes sociales y streaming, pero no es el caso. “Antes sí, pero ahora nos importa más bien poco, la verdad. Teniendo en cuenta que dependen en gran medida de ‘la magia’ de cada distribuidor, pues… si a día de hoy alguien sigue pensando que por ahí se mide la calidad de un grupo es que está bastante perdido”.