Con una posición consolidada en la escena actual y en la que se siente cómoda, la artista catalana está cuajando una discografía sólida, muy personal y de gran valor. Converso con Anna antes del lanzamiento del disco, aunque ella ya piensa en lo que vendrá después, una vez estas nuevas canciones estén ya en la calle. “Estoy con muchas ganas de que salga. Hay mucho que trabajo en las canciones y la grabación también fue dura e intensa. Y sobre todo tengo ganas de que salga para dejar de preparar la salida. Quieras o no, desde el momento en que lo envías a fábrica y piensas que ya te puedes olvidar de todo, todavía quedan los vídeos, las entrevistas, incluso las redes, aunque no me hace ninguna ilusión llevarlas. Pero bueno, sé que es algo que se tiene que hacer. Quitan mucho tiempo y me hacen entrar en un lugar en el que no me gusta entrar. Me quitan tiempo de otras cosas, y cuando ya has hecho lo tuyo siempre te acabas quedando otros diez minutos viendo lo que hace el resto de gente, y eso descentra mucho”.
"Yo antes estaba en Cálido Home y allí había muchas guitarras, mucho riff, y eso siempre lo he tenido dentro"
Pero Anna se muestra más que centrada a la hora de crear. Nada en su propuesta está dejado al azar. Son muchas horas de deliberar antes de tomar unos caminos u otros. “Cuando ya sale, pues nada, ahora ya sí que toca volverse a los ensayos. Ahí viene lo que de verdad me gusta, que es tocar y cantar. Y bueno, la promoción, que no me molesta, pues me gustan las entrevistas y hablar del trabajo que hago. Pero en el momento en el que estoy ahora mismo, tengo que cuadrar muchas cosas. También si tenemos que coger un canguro y organizarnos”. Se refiere al hijo que ha tenido junto a su pareja, también batería en el proyecto, Marina Arrufat. En esta situación tienen que hilar mejor cuándo y cómo dan cada paso. Pero viendo los resultados parece que lo llevan bien y que seguirán protagonizando conciertos aquí y allí. “Para mí, el feedback de la gente es lo que más me impacta... Encontrarme con un Auditori con todas las entradas vendidas a seis meses vista. Ya sé que no llenaré un estadio y que el nuestro es un proyecto pequeño y relativamente nuevo, pero es de esas cosas de las que me fío. Que mi público tenga ganas de encontrarse, incluso con gente que no se conoce y que está ahí por una misma razón. Se crea una sensación de armonía muy guay. Además de concierto pequeño en concierto pequeño se hace uno grande, porque esa misma gente vuelve a ir a verte. Vas rescatando a gente de todos lados y eso, a mí, me suma mucho”.
‘"Vigilia’ tiene la canción pura y dura del primer disco y la producción como más pensada del segundo"
Han pasado cinco años desde su debut, “Els mals costums” (Hidden Track, 20). Ahora todo se ve de otra manera. “El primer disco lo sacamos quince días después de que nos encerraran, pero nosotras decidimos seguir adelante. Mucha gente se esperó y nos vino bien, porque fuimos muy pocos los discos nuevos... el nuestro, el de Pau Vallvé y el de Maria Jaume... Y la gente que estaba en sus casos lo pudo escuchar. A nosotras, por el tipo de música que hacemos, nos ayudó más eso que la moda de hacer conciertos por Instagram. Al ser una música que es muy de mirarte hacia dentro, fue un acierto. En cambio, si lo hubiésemos sacado cuando ‘Motomami’, nos hubiéramos perdido entre el universo del algoritmo. Creo que Louise [Sansom, de Hidden Track] acertó. Fuimos con todo”.
Centrándonos en “Vigilia”, cabe decir que es la continuación perfecta a sus anteriores trabajos. Aunque también nos reserva algunas sorpresas como la colaboración de Mar Pujol en “Turons”, la sorprendente guitarra afilada de “La Navalla” y el divertido ritmo de “Any natural”. “Estas son las canciones que se salen un poco de lo que solía hacer, pero me las siento muy mías. Yo antes estaba en Cálido Home y allí había muchas guitarras, mucho riff, y eso siempre lo he tenido dentro. Quería una canción en la que la voz no sera lo que más resalta en ese momento, que hubiese mucha guitarra pero de masa pura. Que eso no lo diesen los teclados u otra cosa. Conforme la trabajaba la fui haciendo más tranquila y homogénea, y con Marina, cuando la íbamos a tocar, ya había esa intención. Hasta que me dijo que eso lo teníamos que forzar, que la dinámica en si fuese mucho más extrema. Para mí, encontrar ese sonido y llevarlo al directo fue enriquecedor. De alguna manera esa canción me define mucho, pero todavía no había encontrado el espacio para ponerla en un disco. Y sí, la vía la tenía, pero no sabía cómo encajarla. Y de golpe la pones en el disco y te salta a la puta cara, aunque también tiene sentido que esté ahí”. Porque la apuesta de Anna Andreu es transmitir la energía en un disco antes de contentarse con un single. “Con lo que me cuesta a mí hacer una canción y el estrés que me genera, ya que me pongo prefiero ir a por el disco antes que sacar un single porque ya, por tiempos, toca sacarlo. Nos pasamos muchas horas con esto y hay un desgaste, es mucha la energía para acabar una canción, miramos mucho el sonido, los arreglos, y eso requiere de un gran esfuerzo. Y más ahora, con una criatura que tenía dos meses cuando nos pusimos a grabar este disco. El primer disco fue en plan ‘no sabemos por dónde nos da el aire’, recursos mínimos, una guitarra, una batería y muy poco arreglo. Al segundo le quisimos poner más masa y en este hemos querido coger lo mejor de los dos, que las canciones se aguanten por si solas y que no haya que añadir nada más, ni un sintetizador, ni cualquier otra cosa. Que se aguante pelada y que lo que le añadas solo haga que sumar. Así que ‘Vigilia’ tiene la canción pura y dura del primer disco y la producción como más pensada del segundo, todo junto. Además ha habido cuatro canciones que hemos hecho en directo, guitarras y voz, mezclas que vienen de las tomas y que no están hechas por pistas. A mí, eso me ha hecho confiar en lo que hago, que es interpretar las canciones. Quería capturar eso en el disco y creo que es algo que me define mucho más”.
De lo que sí podemos estar seguros es de que “Vigilia” incluye las mejores canciones que, a día de hoy, ha compuesto Anna. “Para mí la clave está en crear mucho material, No es la composición, sino el decidir con qué te quedas. Escribir sin tener vergüenza de lo que estás escribiendo, actuar con cierta desinhibición y ponerte el foco. Puede que te juntes con mucha basura y luego solamente te quedes con una palabra concreta, pero de ahí saldrá una canción a la que luego le podré hacer un traje a medida. Para mí buena parte del proceso de creación es escoger entre todo lo que he hecho”.
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