Doce canciones delicadas
y lastimeras, pero también íntimas y llenas de calma, y sólo un tema original
dedicado a un amigo fallecido recientemente. El resto son versiones o temas
tradicionales. Como estrategia comercial, no parecía una buena idea. Junto a
The Winterset había alcanzado un relativo éxito e incluso estuvieron nominados
a los Mercury Prizes en 2007. “Mi
hermana Becky y yo llevamos cantando juntas, aunque sin banda, durante mucho
tiempo. Según nos hicimos mayores fuimos estando más seguras de nosotras mismas
y montamos un grupo. Conocimos a Adrian McNally y se convirtió en nuestro manager
y productor. Publicamos dos discos, pero Becky se fue a estudiar a Glasgow y no
estaba muy segura de querer seguir haciendo lo mismo, así que no tenía sentido
continuar con el mismo nombre. Afortunadamente, volvió”. Contar historias y vestirlas con
deliciosas armonías vocales y arreglos de cuerda sigue siendo la premisa
principal, sea cual sea el nombre bajo el que se editen. “En el noreste de Inglaterra hay una gran tradición respecto al storytelling y muchos de los elementos
de nuestros temas son tradicionales, aunque creo que el arte está por encima de
todo y depende de cómo lo cuentes para darle un cierto aire de modernidad
respetando la tradición. En este disco hemos tratado de conseguir una paleta de
sonidos utilizando instrumentos que no habíamos usado antes y me parece que el
resultado es de alguna manera mágico y chispeante”. En un momento en el que
las novedades quedan obsoletas incluso antes de salir al mercado, ¿tiene
sentido seguir anclados en la tradición? “El
folk tiene una honestidad especial porque está lleno de verdades universales.
Las personas no hemos cambiado demasiado. Nuestras premisas siguen siendo el
amor, la vida y la muerte y la gente sigue viviendo estas experiencias que no
van a cambiar por mucho que la tecnología avance”.
That adeedssrs several of my concerns actually.