No se publicó en la prensa y sólo unos pocos lo sintieron, pero el terremoto que zarandeó el pasado Trans Musicales en la ciudad de Rennes (Francia) fue demoledor. La responsable de la sacudida era una argentina menudita, con voz rasposa, acompañada de un trío revienta-caderas. En Francia todavía era una desconocida aunque al otro lado del charco hacía tiempo que andaba asociada con King Coya removiendo la escena argentina con su mezcla de cumbia, electrónica y chamamé sin límite. “Desde pequeña escuchaba mucho chamamé -mis padres son del norte de Argentina, ese estilo representa a la región-, cumbia colombiana, los Wawanko y hoy me gusta mucho Petrona Martínez, Stromae, Rita Indiana de República Dominicana, Sandra Nkake, Skip&Die o Björk”.
Ya ven, la paleta es bien variada. ¿Mensaje? Proselitismo de las raíces, los origenes y el compromiso social… “Los artistas somos parte de la sociedad y si tenemos la oportunidad de representarla, hay que actuar. Creo en los cambios, en la posibilidad de ser mejores como pueblo cuando hay unión. Amo mis raíces, estoy orgullosa de ser latina y siento un gran compromiso cada vez que subo a un escenario porque entrego todo lo que soy, toda mi ‘argentinidad’ a flor de piel para brindar alegría y representar un poco de nuestra cultura al mundo”. Tras girar por Alemania, Suiza o Bélgica, en verano pasará por la península. Y es que con himnos como “Viene de mi” no hay fronteras.
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