Recientemente ha estado trabajando en un nuevo disco junto a Nacho Mur (guitarrista de La M.O.D.A.) y en marzo actuará formando parte del cartel del Let's Festival, pero volvamos la vista hacia este "Mientras vivas brilla", que ahora cumple su primer aniversario.
En nuestro paso por la Tierra somos víctimas de acontecimientos que actúan como detonantes del cambio. Podríamos decir que son giros de guion que nos obligan a avanzar, dando lugar así al comienzo de nuevas etapas vitales. Para Amaia Miranda, ese plot twist fue la muerte de “Amama”, la última de sus cuatro abuelos, quién puso fin a la generación familiar que le daba el título de nieta, reconvirtiéndola en hija y nada más. Un fallecimiento que, contra todo pronóstico, vio nacer la continuación de “Cuando se nos mueren los amores” (22). “El tiempo hizo coincidir demasiadas cosas que me hicieron dar cuenta de que algo importante estaba sucediendo. La muerte tiene muchas formas, pero para mí se construye entre lo literal y lo simbólico. En mi primer disco encontré algo que iba más allá de lo que se ve a primera vista: el derrumbe de una certeza que tenía muy clara. Damos por sentadas cosas que creemos que son de una forma, pero tan solo son ideas preconcebidas que de repente un día se desmoronan y entramos en estado de confusión. No entendemos por qué. Hice referencia a la muerte en amplios sentidos: el fin de amistades, amores o relaciones laborales. En cambio, en “Mientras vivas brilla” la muerte tomó otro significado: un conjunto de procesos que experimentamos todos. Ambos discos la entienden desde perspectivas distintas, pero este segundo se vio marcado en especial por los sucesos que viví mientras lo componía. Aunque mi abuela nos dejó de forma privilegiada -tras una buena vida y sin enfermedades- recuerdo enfadarme mucho. Abres los ojos en el aprendizaje de que la gente que más quieres se irá algún día, tú mismo incluido. Atravesé un arco de personaje en toda regla que me llevó a abrazar la luz; quise recopilar aquello que me había removido por dentro. El “Epitafio de Sícilo” acabó convirtiéndose en el epicentro conceptual del álbum debido a su valor simbólico (la composición musical más antigua registrada en la historia) y su contenido referente a la importancia de sentirse muy vivo, pero siendo consciente de que todo termina".
“La creatividad nace del aburrimiento y el momento histórico en el que nos encontramos nos impide aburrirnos.”
Habiéndose brindado la libertad para hacer las paces consigo misma, la vizcaína afincada en Barcelona halló también la mejor manera de relacionarse con la industria sin que eso le afectara negativamente. En este sentido, notó que el nivel de autoexigencia y sufrimiento disminuyó, pudiendo disfrutar de cada una de las partes que conforman el proceso creativo. “Siento que hoy en día el valor está más en la evolución, o en la reinvención. Yo he querido profundizar; aún me queda mucho por explorar de esta línea. Lo que importa no es lo que te pide el cuerpo, sino lo que te pide la música que te traes entre manos. Las canciones siguen siendo el centro de acción.” De hecho, el álbum no hubiera sido posible sin la intervención indispensable de su guitarra y la tranquilidad de aquellos espacios creative friendly donde los sonidos de la naturaleza reinaban por encima de todo. “Llevo veinticuatro años tocando la guitarra y jamás me ha gustado cogerla en contextos académicos. Prefiero usarla para tocar lo primero que me venga a la cabeza. Igual por eso no tengo un ritual compositivo concreto. La cosa es que nunca elijo cuando me pongo a componer; cada día me invento algo. En general, las canciones que cruzan la barrera de la selección y acaban formando parte de los tracklists de mis discos son las que nacieron espontáneamente. Siento que suenan como el primer día, cuando suelen estar frescas. A veces tengo el privilegio y a veces no, pero me gusta estar en parajes naturales durante el proceso de creación. Mi sistema nervioso se tranquiliza; funciona mejor. Son espacios vacíos de estímulos en los que solo puedes entretenerte leyendo, paseando o tocando. La creatividad nace del aburrimiento y el momento histórico en el que nos encontramos nos impide aburrirnos. Reivindico muchísimo que nos tengamos que aburrir, así como el hecho de dejar de valorarnos por nuestra productividad.”
Adicionalmente, “Todas las canciones” y “Canción para Amama” siguen siendo las dos canciones del álbum que más la emocionan. Sobre todo la segunda. Grabada en la cocina de su abuela, se convirtió en homenaje, al mismo tiempo que en el manual explicativo de lo que Amaia ansiaba creativamente hablando. “Adoro que los rincones donde grabo sean los músicos que me acompañan. Dotan las canciones de una hermosa cualidad; fotografías irrepetibles. Me da mucha lástima que la última moda musical sea editarlo todo tanto. El elemento mágico de escuchar a las personas congeladas en el tiempo se pierde. Yo me he sentido muy impostora con la voz. Ahora que he encontrado el sitio en el que me siento cómoda vocalmente y desde el que siento que puedo transmitir, no me imagino yendo por ese camino. Para mí cantar es el acto de quitarme capas y mostrarme lo más honesta posible. Hay muchas compañeras que optan por hacerlo así, a través de proyectos más pequeños. Lo celebro muchísimo. Sabemos que no alcanzaremos grandes audiencias pero eso es parte de la decisión. Solo queremos que lleguen hondamente a la gente que quiera escucharlos.” Desde su lanzamiento en marzo de 2024, “Mientras vivas brilla” ha ido llenando salas y auditorios de ciudades como Barcelona, Madrid o Bilbao. En ellas el público ha puesto de manifiesto que no hay mejor moneda de cambio que la fidelidad del oyente. Es por eso que, previo a la celebración del primer aniversario del disco, Amaia estará actuando en la vigésima edición del Festival Let’s, concretamente en la sala L’Oncle Jack (21/03, Hospitalet de Llobregat). Su paso por dicho festival cerrará el ciclo de presentaciones oficiales en las que ha ofrecido un directo multimicrofonado, acompañada por Edna Bravo (coros y guitarra) e Isa del Moral (Amaia, Sílvia Pérez Cruz) en el diseño de luces. “No sé qué haré a continuación. Solo sé que me apetece trabajar con gente con la que quiero pasar tiempo. Tengo claro que lo próximo será algo grabado en directo, sin cortes. Que queden hasta los errores. Mi objetivo sigue siendo el de siempre: acabar un disco y tener ganas de volverlo a hacer”.
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