En nuestra sufrida piel de toro estamos faltos de héroes pop de espíritu lo-fi, esos que intentan cambiar el mundo con tres acordes, muchas ganas y pequeñas canciones milagro, de ahí que hayan tenido que venir del otro lado del Atlántico para ponerle remedio. Eduardo Chirinos, alma mater de Las Ruinas, es peruano, y desde hace unos años vive en Barcelona. El germen de La Ruinas es simple. “Empezó como algo casero, para probar canciones que hacía para los grupos donde tocaba. Normalmente sólo colaba una, así que el resto se quedaban guardadas. Las grababa en la habitación con cualquier tipo de instrumento, pero el resultado solía ser algo irrepetible, así que decidí montar un grupo, un trío, y construir las canciones con la instrumentación más básica. Llamé a dos amigos con los que ya había tocado antes y nos pusimos en ello”. Harto de que nadie le hiciera caso, Chirinos ha decidido autoeditarse su debut, un orgiástico disco de pop ruidoso que no esconde sus referentes. “Para ‘Butano!’ quería hacer canciones pop envueltas por mucha distorsión y soltarlas una tras otra sin descanso. En casa sonaban Hüsker Dü, Dinosaur Jr, Pixies, Buzzcocks, The Replacements, The Wedding Present, The Beatles, The Byrds, Ramones, The Jesus & Mary Chain, Big Star, Sugar, XTC, The Velvet Underground, Wire…”. Rabiosamente pop a pesar de la distorsión de sus guitarras, el discurso de Las Ruinas se enriquece con un sano espíritu DIY de alma loser que hace su propuesta aun más atractiva. “Siempre me ha atraído la cultura outsider, aquella que está fuera de la norma o de los circuitos comerciales. Los grupos americanos de finales de los ochenta y principio de los noventa de sellos independientes como SST, K Records o Sub Pop han sido una referencia, y también la filosofía DIY y lo-fi de grupos como Guided By Voices o Sebadoh”.
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