En un pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad, Neil Armstrong se llevó la gloria eclipsando la relevancia de sus compañeros de misión Edwin Aldrin y Michael Collins. Gerard Batllori (voz y guitarra), Pau Alcalde (guitarra), David García (bajista) y Xavi Hernández (batería) son un poco como esa pareja de astronautas: una de las propuestas más obstinadas del indie rock catalán cuyo talento ha restado ocultado por aventuras más renombradas.
Aldrin y Collins, donde encontramos a antiguos militantes de ese adolescente esputo hardcore que fue Crossword, se presentaron en sociedad con “La vocación optimista” (Autoeditado, 12), diez temas de indie rock entre el nervio de Nueva Vulcano y la emotividad de Sunny Day Real Estate. Pasaron tres años hasta que retomaron la actividad con su segundo largo “Volador trueno” (Brave Coast Record, 15). Pocos meses después, añaden un nuevo título a su catálogo discográfico con “Escuchas”. “Después del esfuerzo y la ilusión que le dedicamos, ‘Volador Trueno’ no dio los frutos que esperábamos”, confiesa Gerard Batllori. “Además, tuvimos desavenencias internas. En pocos meses salieron estos seis temas. En cierto modo, hemos canalizado la frustración haciendo ‘Escuchas’, un disco que ahonda en nuestro lado más crudo y espontáneo”.
Producido, como todas sus referencias pretéritas, por Txosse Ruiz, antiguo guitarrista de la banda de punk pop No Way Out, como apunta Gerard, aun con un irrenunciable poso melódico “Escuchas” esconde algunas de las secuencias más abrasivas del repertorio de Aldrin y Collins. “Pau ha cambiado la guitarra acústica por la eléctrica y muy probablemente esto ha sido lo que ha subido el nervio. Aun así, las estructuras de las canciones son más convencionales, más directas. Hay más estribillos y más trozos coreables”. Y aunque “Escuchas” nace de un sentimiento de decepción, el mensaje de “Volador Trueno” era mucho más lacerante y corrosivo. “Las letras de ‘Escuchas’ son más personales que en nuestros discos anteriores, aunque muchas veces, por ser tan personales, ni se entienden. Quizás la gran diferencia es que ahora hemos hecho las letras después de componer la música y la melodía de voz. Antes era al revés”.
Tras presentar el disco en la barcelonesa La [2] de Apolo, Aldrin y Collins ya tienen cerrada una agenda en la que destacan fechas en Reus, Madrid, Zaragoza y de nuevo Barcelona. “La idea es tocar lo máximo que nos permita el bolsillo y el trabajo. Lo que más nos gusta es subir a un escenario. Es difícil que en 2017 volvamos al estudio. Lo que sí haremos es componer, porque si no, nos aburrimos. Ya están saliendo cosas nuevas y también trabajamos en alguna versión. Pero ahora lo que queremos es que ‘Escuchas’ se escuche”.
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