"Party"aúpa a Hannah (su verdadero nombre) al club de las elegidas: PJ Harvey por su prodigiosa técnica vocal; Joanna Newsom (sin barroquismos) por llevarnos a otro mundo en que dulzura inocente y perversidad se funden; Scout Niblett por su intensidad descarnada… Podríamos citar más voces femeninas ilustres (Kate Bush, Cat Power...) e incluso referencias exquisitas en los márgenes de la vanguardia (Scott Walker, John Cale), pero la artista, hija de músicos folk, habita un mundo propio que ha girado de la oscura turbiedad de su primera entrega a la serena felicidad del nuevo disco. Agotada al final de la promoción, se muestra sin embargo encantadora en un bar irlandés de Malasaña. Otra prueba más de que talento y simpatía suelen ser directamente proporcionales.
Tu segundo disco lo publica un sello tan prestigioso como 4AD. Lo ha producido John Parish, que no es cualquier cosa. ¿Sientes alguna presión?
Mmm. La presión viene de querer hacer algo bueno, pero por mí misma, no de fuera. No es que buscara en su momento un sello determinado. Siento que… Supongo que hay más presión ahora, porque lo que quiero es continuar haciendo buen material. No es que quiera echar una sombra sobre mis cosas anteriores, siempre te quieres probar a ti misma, pero ya no me propulsa una fuerza aterradora o algo así.
"Lo ideal es que un disco te saque de ti mismo o te muestre dónde estás, pero no creo que tenga que ser necesariamente el fin".
¿Por qué decidiste trabajar con John Parish? ¿Fue tu primera elección?
Sí. Porque creo que es un genio y ha producido algunos de mis discos favoritos de los últimos años, cuando terminaba de escribir mis canciones, como "Too Bright" de Perfume Genius. Pensé que era el hombre adecuado para este trabajo. Grabamos en J&J, (propiedad de Jim Barr, bajista de Portishead) en Bristol, porque John estaba trasladando su estudio en aquel momento.
Es un álbum muy desnudo, con arreglos muy medidos. El silencio es fundamental. ¿Es difícil hacer un disco así?
(Se lo piensa mucho) Pensamos mucho sobre ello, y nos concentramos en hacerlo. Siempre estuvo ahí la tentación de sobreproducir o meter más cosas, ya sabes. Pero creo que al final lo conseguimos. Tuvimos muy en cuenta la elección de la instrumentación en cada canción. Y creo que salió bien.
¿Buscabas ese sonido atemporal que lo caracteriza?
No particularmente. Buscábamos sólo un equilibrio. Que el disco respirara mucho y hubiera un montón de espacio, y en algunos momentos darle la vuelta a todo, como en Imagining My Man o So Sorry, donde hay instantes en los que suceden cosas que no necesariamente esperas que van a ocurrir. No en el sentido de introducir elementos sorprendentes o ser demasiado “listos”, sino de pensar siempre en lo que la canción necesita.
¿Cómo consigues la crudeza de canciones como "Horizon", que suena tan de verdad?
Es una pregunta difícil. Supongo que sucede cuando (larga pausa) vives un momento muy intenso. Lo que quería decir… no lo sé, la escribí y salió así. ¡Me siento paralizada cuando me preguntan cosas así! A veces puedo responder, y otras no.
Pero, hablando de ese momento al que haces referencia, ¿crees que es más fácil escribir canciones sobre lo que has experimentado?
Creo que es más fácil escribir sobre cosas que conoces, como es más sencillo hablar sobre lo que conoces, así que… aunque "Horizon" no es tanto sobre la realidad como de la posibilidad de que algo suceda. De algún modo, me enseñé a mí misma algo que no conocía y de ahí vino probablemente la inspiración. No lo sé, las canciones tienen algo misterioso. No le voy a decir a la gente de qué hablo exactamente, no es mi trabajo, igual que ellos no tienen que hacerlo conmigo. Supongo que a veces necesitan saber de qué estás hablando para saber lo cerca que están de ti, o algo así. Como cuando yaces con alguien a quien quieres, en silencio y preguntas: “¿En qué estás pensando?”. Y muchas veces estoy pensando en el aperitivo o en John Cale… Cambia “aperitivo” por “poesía” en la entrevista (risas).
Has dicho en alguna entrevista que no hay ironía en el título, "Party" (fiesta, también una canción). Siendo un disco tan austero, ¿de verdad es así?
Un poquito. Pero no intentaba reírme de mí misma. Supongo que como no es un disco negativo, no me parece que Party sea un contraste horrible o algo así… creo que es un título encantador. Es encantador. Si hubiera puesto una cara diferente en la foto de la portada, similar a la del primer disco, seguramente sería un poco irónico y potencialmente aterrador, pero realmente no es eso lo que trataba de hacer.
Dices que es un disco positivo, y realmente lo es, aunque de un modo personal. ¿Escribiste las canciones desde un estado de ánimo muy diferente al del primero?
Sin duda. Estar enamorada y aprendiendo a apreciar el hecho mismo de tocar, en lugar de soportarlo. Tocar bien, escribir lo que pensara que tenía sentido, estar más a gusto conmigo misma y tener más confianza…sí. Y simplemente ir por ahí, viajar.
¿Crees que los discos te deben transportar a otro mundo?
No, pero sabía el tipo de disco que quería hacer. Y si éste lo consigue, pues fantástico. Lo ideal es que un disco te saque de ti mismo o te muestre dónde estás, pero no creo que tenga que ser necesariamente el fin. No es necesariamente el mío.
En varias canciones demuestras una amplitud de registro con la voz poco común en la música pop. Pero no abusas de ella.
¡Espero que no! (largo silencio). Entrego la canción como creo que debo entregarla. Que impresione y que esté bien al mismo tiempo. Estoy trabajando en un par de canciones para el próximo disco en las que no hago gran cosa a nivel vocal, y la idea es apoyarme más en la instrumentación para que sea interesante, encontrar cosas diferentes en el estudio. Pero no las he terminado, así que te diré cuando estén acabadas.
Eres el tipo de artista o cantante que lo pone todo en sus actuaciones. ¿Eso puede ser difícil emocionalmente en algún momento?
Imagino que puede serlo si el público no tiene ningún interés. Pero si sucede, como me gustan las canciones, me limito a tocarlas para mí misma y mi pianista. Nos apoyamos mutuamente, como si estuviéramos solos. Y lo disfrutamos. Soy bastante buena en abstraerme si el público no responde, pero no pasa mucho. Puede ser que alguna vez me cueste trabajo estar al cien por cien porque estoy cansada o porque el público no muestra interés, pero hay maneras de sacarlo adelante. Siempre te queda la compañía de la persona con la que estás tocando.
Tus canciones tienen esa rara cualidad de sonar a la vez delicadas o frágiles y fuertes. ¿Lo ves así?
Gracias. Obviamente, esa es la intención, que las canciones tengan cualidades conflictivas de un modo agradable. Eso es fantástico. No le habría mandado mis canciones a John si no hubiera pensado que tienen algo. Esto suena realmente arrogante, ¿no? ¿Sabes lo que pasa? Que es un poco raro contestar a una pregunta que encierra un elogio. Simplemente debería decir: Gracias por el cumplido.
No lo es… Me han sonado así realmente.
De todas formas, lo agradezco.
¿Escuchas música contemporánea o antigua?
Fundamentalmente, antigua. Neil Young (me pregunta por el repertorio del concierto del año pasado en Madrid), John Cale, Paul McCartney…
¿Paul McCartney?
Sí. Volvió con un tour hace un año y estuve un poco obsesionada con él. Qué más… Tim Hardin (compositor de folk norteamericano fallecido por sobredosis de heroína en 1980) es muy bueno. Connie Converse (cantautora norteamericana desaparecida en 1974) es muy inteligente. Tengo muchas referencias, es realmente difícil elegir algunas.
Todos son artistas de los sesenta. ¿De alguna manera lo haces así para salvaguardar tus canciones de influencias actuales?
Creo que sí. No tengo mucho tiempo y además tengo muchísima música pendiente para ponerme al día. Cuando era niña no buscaba música, como hacían mis amigas. Nunca he coleccionado discos ni nada parecido, ni tampoco iba a muchos conciertos cuando era más joven. Solía ir a festivales folk con mi familia, pero eso era todo.
¿Y escribías tus propias cancioncillas cuando eras pequeña?
En absoluto. Empecé a enredar con poemas y una guitarra cuando tenía como diecisiete o dieciocho años. Pero un poco en plan broma. No lo dejé, pero tampoco me puse en serio a ello. Después, ya con unos diecinueve o veinte, empecé con las canciones.
En Nueva Zelanda, claro. ¿Ahora vives en Reino Unido?
Como estoy constantemente de gira, en realidad no vivo en ningún sitio.
¿Y cuáles van a ser los próximos pasos en tu carrera?
Veremos (sonríe)… Lo sé, pero todavía estoy pensando en ello. Tengo un par de referencias en mi cabeza, pero sé que cuando vaya a grabar me las quitaré de encima. La idea es que lo que haga se sostenga por sí mismo.
La última: ¿Estás familiarizada con la escena neozelandesa actual?
Trato de apoyarla todo lo que puedo, sabiendo lo que hay e involucrándome, pero…me lo quedo para mí misma. Escucho mucha música vieja y no voy a todos los bolos a los que debería ir. No sólo quiero proteger mi música de influencias actuales, es que sinceramente no tengo mucho tiempo. Me mantengo informada de lo que pasa con Facebook e Instagram pero no soy la típica fan obsesiva de otra gente, me concentro más en lo que yo hago. Probablemente debería saber más de lo que sucede con la música en Nueva Zelanda. Salen buenas cosas, espero que los que las hacen las disfruten tanto como yo y verles por aquí.
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