“Hicimos post-punk por necesidad”
EntrevistasAlcalá Norte

“Hicimos post-punk por necesidad”

JC Peña — 26-05-2024
Fotografía — Archivo

El sexteto madrileño Alcalá Norte irrumpe con álbum homónimo editado por el sello vasco Balaunka, en el que vuelcan oscuridad casi gótica, energía rockera y melodías pop, con referencias históricas e intelectuales poco comunes.

La cita es en la nueva oficina madrileña del sello. Allí me espera Álvaro Rivas, vocalista y autor de letras en las que se atreve a convocar el espíritu del escritor alemán Ernst Jünger y su hermano, o narrar el calvario de Jesús (“El rey de los judíos”) a partir de una canción de sus colegas La Paloma. El sello vasco Balaunka apostó por ellos tras escuchar unas maquetas en las que vieron su potencial.

“Nos decían que éramos demasiado intensos”

Llegamos en el momento siempre mágico en el que el ansiado vinilo se materializa. Rivas es un torbellino de ideas mientras repasa un camino con tantos obstáculos como golpes de suerte, que culmina con este trabajo. La banda ha sufrido un par de crisis serias, con delicados cambios de formación y derrumbes varios. Maquetas de 2020 como “Arteligencia Intificial” empezaron a mostrar las posibilidades de la banda, cuyo disco debut empezó a gestarse en otoño de 2022. A mitad de entrevista se nos une Carlos Elías Caballero, técnico responsable del sonido en su estudio La Cafetera, y cuyo empuje y entusiasmo ha sido clave para haber llegado hasta aquí. “Estábamos en la mierda”, admite Rivas. Y entonces se pusieron a grabar su debut. Rivas, Juampi y Barbosa, colegas de la adolescencia y núcleo duro del grupo, querían bautizar a su grupo con el nombre de Ciudad Lineal, “reivindicando” su popular barrio. El problema es que un grupo de Barcelona (y también de post-punk) se les había adelantado. ¿Solución? Un colega que les ayuda con la parte visual les propuso Alcalá Norte, que tampoco suena nada mal. De hecho, su Soundcloud y Bandcamp están ilustrados con una especie de “monolito” gráfico cuyo original está frente al centro comercial de Ciudad Lineal… También aparece en un detalle de la abigarrada ilustración báquica de la portada. “Lo hemos usado desde el principio, lo teníamos a huevo”, explica. “Pero Markusiano [Marcos Crespo, Depresión Sonora] es mazo de Vallecas, no creo que hayamos buscado esto para decir algo nuevo, sino porque nos parecía muy natural, igual que nos parece natural hablar de cosas de nuestra infancia sabiendo que podríamos ser más complicados. Es lo que hay, es con lo que soñamos”. Dicho esto, no hay muchos grupos por ahí que hagan referencia a los diarios o la memoria “Tempestades de acero” de Ernst Jünger, en los que el escritor alemán cuenta de modo extraordinariamente vívido sus experiencias de una vida de película. Lo hacen en ”Langemarck”, aunque Jünger inspira más letras del disco. “Me leí sus diarios para sacar mis metaforitas, pero el shock me lo llevé al leer ‘El trabajador’. Quizá por cómo soy, retraidillo, las cosas más importantes que me pasan son leer a alguien como Jünger”, admite Rivas.

Todo había empezado en 2019, cuando Barbosa decidió dejar su grupo de versiones Guarrerías Preciados, y Rivas fue al local a ver qué pasaba. “Nos juntamos cuatro o cinco veces antes de que estallara el Covid. La sensación era que teníamos algo muy guapo. Durante la pandemia fuimos pensando el rollo. Las dos primeras canciones que tocamos fueron ‘Perlas ensangrentadas’ de Alaska, y ‘Boys Don’t Cry’ de The Cure. Estábamos ya en esa onda. Como durante esa época vimos a Markusiano petándolo, dijimos: ‘Esta es la nuestra’”.

"Lo único que nos unía al principio eran Joy Division, Alaska y The Cure"

Rivas se refiere a esa etiqueta tan amplia y un poco gastada que es el post-punk, cuya vertiente siniestra (o gótica y cold wave) ha fascinado a numerosas bandas jóvenes en estos últimos años. “Yo no te puedo dar una respuesta completa de por qué sucede. [El trío bielorruso] Molchat Doma en TikTok y Depresión Sonora petándolo explican por qué la peñita ha ido por ahí. No tardamos nada en encontrar músicos, porque todo el mundo estaba deseando hacer post-punk. En nuestro caso, Barbosa es un heavy, y Juampi y yo sí escuchamos un rollo más británico. Lo único que nos unía al principio eran Joy Division, Alaska y The Cure. Hicimos post-punk por necesidad”.

Sin embargo, canciones como “La vida cañón” o “No llores, Dr G” [alusión al doctor Goebbels] les llevan a terrenos más pop. “Al principio, con la primera formación, nos costó, porque nosotros habíamos puesto en el anuncio que buscábamos músicos para hacer post-punk. Nos decían que eso no era oscuro ni frío. Pero claro, es que ‘Perlas ensangrentadas’ y ‘Boys Don’t Cry’ tampoco son así. ¿Cómo me voy a encasillar en una cosa que me dice un chaval? En todo caso, lo haré donde me apetezca con mis colegas. Me pasó con ‘No llores, Dr G’. Me decían que no, pero acabó saliendo. Ahí yo puse la melodía, la letra y la armonía, pero los detalles melódicos que la hacen brutal son de los dos chavales que estaban más reacios”, admite Rivas.

Fue esta divergencia la que precipitó la salida de dos miembros, admite el cantante –“nos decían que éramos demasiado intensos”–, aunque uno de los que se bajaron del barco acabara grabando las canciones que, a pesar de todo, sentía como suyas. Ahora llega el momento de presentar el álbum en los escenarios porque esto, está claro, solamente acaba de empezar.

 

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