Esa es la idea que quiere remarcar en su nuevo disco, “El regreso del perro andaluz” (El Dromedario Records, 2023), poner la esencia flamenca a la misma altura que el guitarreo eléctrico. Para ello, se ha puesto en las manos de Diego Pozo ‘Ratón’, guitarrista de Los Delinqüentes. Nos cuenta todos los detalles de este regreso al otro lado del teléfono:
¿Qué te ha llevado, después de diez años siendo Capitán Cobarde, a volver a ser Albertucho? ¿La pandemia, la paternidad, las propias canciones…?
Las composiciones. Hace ya diez años que decidí hacer un proyecto de folk americano, bluegrass… Me enamoré de la música americana, me metí en el rollo y he hecho varios discos. Me puse a componer y, tampoco sé muy bien el porqué, yo nunca he buscado el estilo, simplemente me ha salido muy natural. Llegó un momento en el que las canciones me salían de una manera y tuve que decir: tengo que hacer un proyecto que se parezca a lo que estoy haciendo, y subirme al escenario por derecho, sabiendo lo que hago. Por eso me cambié el nombre e hice el proyecto de folk. Lo que me ha pasado ahora es lo mismo. He hecho una colección de canciones roqueras, sin pretenderlo pero son así. De repente dije: “Hostias, si esto es lo que yo hacía hace diez años”. O hace veinte más bien, que yo empecé muy joven. Al final es un proyecto de rock duro, rock andaluz, y eso es Albertucho por los cuatro costados.
Dichas canciones las has grabado con Diego Pozo ‘Ratón’ como productor. En la nota de prensa se habla de Triana, ¿te consideras un heredero del rock andaluz que empezó en los setenta?
De alguna manera. Yo el rock andaluz lo defino bastante con Jesús de la Rosa, porque yo tampoco he sido nunca un gran fanático del rock progresivo. Siempre he sido roquero mochilero, más punk, soy más de Rosendo que de Medina Azahara. Pero en el disco he querido hacer un rock callejero, nuestro, andaluz, que no tiene nada que ver con el concepto de rock andaluz que hubo en los setenta como movimiento, de grupos como Granada, que eran muy progresivos. Yo tiro más por el rock&roll, el punk, pero con un ritmo muy andaluz.
“Ratón y yo hemos intentado que suene, no sé si mejor o peor, pero distinto desde luego”
Por un lado está la parte flamenca, tú de hecho metes la guitarra flamenca. Pero por otro está la parte roquera. En la rueda de prensa que hiciste en primavera hablabas mucho del rock de los noventa, del grunge, de Foo Fighters…
Sí, al final esa es la música con la que me he criado. Hemos crecido en los noventa, aparte del rock urbano español, el grunge es una referencia para mí, de haberme bebido tantos discos de Soundgarden, Nirvana… En este disco está también el sonido de los Red Hot. Se nota en las baterías, las hemos grabado en salas grandes, en una bodega de vino allí en Jerez, porque queríamos que tuvieran esa inmensidad de las baterías de los noventa, de Aerosmith, un rollo de batería grande. Las referencias han sido por una parte la guitarra flamenca, darle la importancia que tiene como un tótem nuestro, que es nuestra guitarra, nuestro sonido. De hecho la hemos paneado para la izquierda, y la eléctrica con la misma fuerza y la misma potencia la hemos paneado para la derecha. Hemos hecho una cosa un poco distinta en cuestión de sonido. Y rara, porque suelen panearse las guitarras eléctricas en estéreo y la guitarra flamenca en medio, que es lo que hacía por ejemplo Triana, o lo que hace cualquiera con las acústicas. Lo que hemos intentado el Ratón y yo es que suene no sé si mejor o peor, pero distinto desde luego.
La banda que ha grabado contigo está formada por Daniel Quiñones (Los Delinqüentes, La Tarambana) al bajo y Jesús Pedrote, tu primer baterista. ¿Ese es el trío que habéis grabado en la antigua bodega de vinos La Comedia?
Sí, queríamos que tuviera esa frescura, y queríamos que el bajo y el batería grabaran en directo, para hacer después los recordings a partir de las bases. Es un modus operandi muy rock, que el groove vaya unido. Efectivamente lo hicimos en La Comedia, que es una antigua bodega de vinos, para lograr ese sonido de caja tan grande, que lo ha hecho Lele Leiva, es el técnico de sonido. Me fui a Jerez específicamente porque él es uno de los mejores ingenieros de sonido a la hora de grabar guitarras flamencas, graba para Diego del Morao, todos los grandes flamencos siempre se van con Lele. Quería que la guitarra flamenca fuera igual de importante que la eléctrica.
Después ha metido Carlos Erbez las guitarras eléctricas.
Sí, es un aventajado. Es el más joven, tiene ahora mismo 26 o 27 años. Cuando estaba con Capitán Cobarde lo fiché, me enamoré cuando le vi tocar. Es un virtuoso pero tiene corazón roquero, es como yo. De los Rolling, los Beatles, Led Zeppelin… Es un amante del rock, ha aportado muchos riffs a este disco.
Para este regreso has fichado con El Dromedario Records, sello actual de artistas como Robe, Sôber, Uoho, Marea... ¿Qué ha supuesto para ti?
Les conozco de toda la vida. Cuando llegué a Madrid de chavalito, de los primeros músicos que conocí de la Warner fue a los Marea. Kutxi colaboró en mi primer disco, después fui a tocar con ellos, siempre he tenido una relación muy buena. En el concierto de los Rolling, el último que hicieron en el Wanda, me encontré con ellos y me dijo Alén, el batería, que estaba trabajando con una discográfica, que tal y cual, y le dije que le iba a mandar los temas. Yo muy contento, porque son muy buena gente, son músicos y se entiende muy bien el negocio de esa manera. Me han dado alas, muy agradecido.
Habéis ido lanzando varios singles: “Respirar”, “La manzana prohibida”, “Uróboros” y “El Perro Andaluz”. ¿Qué tal han funcionado?
Muy bien. La gente tenía ganas. Ese punto de nostalgia, mi manera de ver el rock está funcionando muy bien. La colaboración con Kutxi ha encantado, el tema de “La manzana prohibida” que es un guiño a mi primer disco, haciendo punk rock en andaluz. La gente está muy contenta y yo también, me ha salido un disco precioso. Yo qué te voy a decir… (Risas). Creo que es el mejor disco que he hecho, y a la gente le está encantando. De “El perro andaluz” me están llegando cosas muy bonitas, me está escribiendo mucha gente, de ese punto de vista roquero, salvaje, con la faceta flamenca, y que recuerda tanto a Triana como a Rosendo. Eso a mí me encanta.
“Es como verme a mí mismo encima de una montaña de mierda con una corona”
En concreto el videoclip de este último single, “El Perro Andaluz”, supone además un cortometraje de terror. Me da la sensación de que está inspirado por las películas de fantaterror y el personaje de Waldemar Daninsky, de Paul Naschy…
Sí. El primero también tuvo mucho que ver con el rollo de colores de Dario Argento. “Demons”, los rojos saturados, los verdes, ese punto fantasioso y “horterita” del cine de serie b, que a mí me encanta. Ha quedado muy bien. En “El perro andaluz” he contado con una productora buenísima de Gabriel Alemán, un cubano que es un genio y ha materializado mi idea perfectamente. Me siento muy identificado con cómo ha dirigido. Y los efectos especiales han quedado muy bien, todo el rollo del látex. He trabajado con gente muy puntera que trabaja con Álex de la Iglesia, en series y tal, y que me han hecho un hombre lobo que está de puta madre, no es de chichinabo. Acojona y todo.
El último tema del disco, “El rey de los afortunados” está lleno de frases lapidarias: “Mi carrera nació muerta en la pista”. ¿Son autodefinitorias?
Es una oda a los perdedores, y a los que llevamos toda la vida pico y pala. Esta canción es como verme a mí mismo encima de una montaña de mierda con una corona y un bastón, el rey del vertedero. Son pequeños cortes de perdedores, fragmentos de vidas difíciles. Al final estoy orgulloso de eso, porque eres el rey de los afortunados. En esta profesión, tengas más éxito o menos éxito, si tienes tu público y estás currando, haces lo que te sale de los cojones, que es lo más maravilloso que le puede pasar a un ser humano, tener un trabajo que le apasione con el que ganarte la vida.
El disco sale por fin el 27 de octubre. Y después lo presentas en cinco fechas en lo que supone tu regreso a los escenarios como Albertucho.
Tengo muchas ganas. Estoy currando en Jerez con la banda, ensayando un montón, un repertorio muy roquero. Me estoy basando mucho en los conciertos de Springsteen, de “para adelante, un, dos, tres, otra, otra y otra”. Con una filosofía muy cañera y que no decaiga, porque tiene su dinámica. La banda suena que es una maravilla. Este año vamos con cinco: Barcelona (18 de noviembre), Madrid (30 de noviembre), Valencia (15 de diciembre) y Sevilla (22 y 23 de diciembre). Después para el año que viene todo lo que se pueda. Festivales, carretera y rock&roll, que es lo que nos toca.
Canciones de las clásicas con las nuevas, imagino…
Sí, el disco nuevo va prácticamente entero, porque es el que toca y nos hace mucha ilusión enseñarlo. Después voy a tocar canciones de toda la vida, de las que hice hace 20 años, y voy a obviar completamente las canciones de mi otro proyecto. De Capitán Cobarde no voy a tocar ninguna, va a ser todo Albertucho. En un futuro no lo sé, pero ahora mismo quiero separar bien una cosa de la otra.
La banda que te va a acompañar en el escenario, ¿es la misma que en el disco?
Sí, en estas presentaciones sí. Tocan con mucha gente y es complicado, pero se han comprometido conmigo en que van a venir. Están flipando con el proyecto, y además en los ensayos nos lo estamos pasando muy bien, se respira mucha hermandad musical, porque somos todos roqueros de la vieja escuela.
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