En realidad, nunca se sintió una cantaora, quizás porque la losa de Lole y Manuel pesaba demasiado. Cuando falleció su padre decidió que era momento de iluminar con su propio estilo el material tan maravilloso que creó su familia. Si con “Alba canta a Lole y Manuel” tiraba de las canciones de la pareja, ahora se centra en el trabajo de su padre en “Caminando con Manuel” (Universal, 17), con alguna incursión en el cancionero de Smash, banda precursora del rock andaluz en los setentas. Antes de cantarla en sus conciertos Alba Molina sigue diciendo que “Nuevo día” es la canción más bonita del mundo, y la verdad es que cuesta contradecirla. Que le pregunten sino a Quentin Tarantino.
"En mi caso, yo no soy nada feminista, no me gusta y no lo entiendo, sobre todo confío en las personas y me da igual como sean".
Tras una primera experiencia repasando el cancionero de tus padres, ¿cómo has enfocado este “Caminando con Manuel”?
Pues la verdad, no había pensado mucho en ello. La situación es que mi padre se fue, y creí que este era el momento de dedicarles un homenaje. He seguido mi instinto, ahora mismo era lo que me pedía el cuerpo. No hay sido una decisión tomada con mucha premeditación. Es algo que ha nacido naturalmente.
A veces es mejor así, dejar que las cosas fluyan y que surjan de manera natural. Además el legado que tienes entre manos no es poca cosa, tenías una gran responsabilidad. Y más aún siendo algo tan particular y tan único.
He estado acostumbrada a convivir con ese material, con la música que ellos crearon, por eso no me resulta tan extraño tenerlo tan cerca de mí. Está claro que lo que hicieron tenía mucha identidad, por las letras, por la mezcla, por el carácter. Quizás ahora que me he hecho más mayor soy más consciente del valor que tiene, más que nada al ver la reacción de la gente, por la impresión que les da conocer esas canciones. Y a mí en cambio, me resultaba igual de natural que cuando era pequeña. Veía a mis padres ensayar, preparar cosas e iba a los espectáculos como quien está en casa, como si allí no pasara nada. Era una vida normal.
Ahora lo ves con más perspectiva.
Así es. En mi casa siempre se ha cantado, se ha tocado las palmas, ha habido química. Era el pan de cada día.
Tú siempre has dicho que no te consideras ni cantaora ni cantante, que simplemente eres música. Es una ventaja para ti, así no te encasillas...
No pienso mucho en ello, aunque es cierto que en alguna ocasión he declarado que no me siento así ya que también me gusta componer y me gusta arreglar. Pero, en realidad, los años van pasando, y cuando ya tienes treinta y nueve como yo, ves que necesitas crecer, cambiar, y esas mismas situaciones son las que te van marcando. Eso te hace elegir un camino u otro y curiosamente ahora lo que prefiero es cantar flamenco. Me gusta dejar las cosas bastante abiertas y sentirme libre en ese sentido, exactamente como hacía mi padre. Y esa es una enseñanza hermosa, porque no te condiciona. Hago lo que quiero en todo momento y, aunque pueda sonar mal, es una gran verdad. Cuando publiqué el primero de estos discos, pensaba que nunca más haría algo tan flamenco y, mira por donde, lo he vuelto a hacer. Conociéndome, mejor no pronosticar nada. Puede pasar cualquier cosa.
Abogas por la libertad artística, eso es bueno.
Siempre que se haga con respeto y coherencia, yo la apoyo. Si no te gusta lo que haces, probablemente no puedas defenderlo, pero si te apasiona como me pasa a mí, tienes todas las cartas a favor. Y no sólo en la música, sino en todos los campos. Yo hablo de lo mío porque es lo que conozco.
Volviendo al disco, ¿qué has intentado cambiar en este con respecto al anterior?
No sabría decirte a ciencia cierta, pero sí te puedo asegurar que me he sorprendido a mí misma. Imagina, yo no sabía que cantaba así flamenco, y de esta manera me he ido afianzando. Me siento agradecida por la herencia que tengo. Me siento dichosa, pero al mismo tiempo estoy triste porque no está mi padre. Si él estuviera aquí, no me habría atrevido a hacer esto, porque estando vivos, ellos eran los únicos que estaban acreditados para interpretar esas canciones.
Esto te ha servido para darte cuenta que también puedes cantar flamenco, que puedes defender a la perfección ese material.
Me lo ha dicho mucha gente. Y repito, antes no lo habría hecho, me daba mucha vergüenza. Una cosa es ser libre y otra distinta es hacerlas por la cara. Ahora sí siento que esas canciones también son mías.
Cuando haces “Nuevo día” en directo, siempre dices que es la canción más bonita del mundo. Yo también lo creo.
La música es una forma más de expresarse, se crea una comunicación entre quien la escucha y el que la interpreta, ya sea tocando o cantando. De eso se trata, es un lenguaje. Y te pone las pelos de punta, te hace reír, llorar. Por eso, creo y siento que esa es la canción más bonita del mundo.
En el disco colaboran Alejandro Sanz y Estrella Morente. Y en el caso de ella, hay muchas similitudes, ciertos paralelismos con tu trayectoria. Tu familia tiene muchas cosas en común con la suya. Además los Morente también rompieron muchas reglas en lo artístico, se atrevieron a innovar, mezclar estilos. Lole y Manuel contribuyeron fusionando flamenco con rock, con clásica, con música árabe.
Ella me llama a mí “hermana en la ausencia”. Yo tengo una especial devoción por Estrella, por cómo es, cómo triunfa, cómo canta, cómo habla. La admiro muchísimo.
Por otro lado, ¿qué opinas de ese nuevo movimiento que se ha dado en el flamenco en los últimos cinco años con la presencia de mujeres como Rocío Márquez, Rosalía o a su manera Silvia Pérez Cruz?
Me parece bien. Que cada cuál haga lo que quiera. Que haya mujeres que crezcan y se quiten un peso de encima, eso es positivo. Que nadie tenga que pedir permiso para cantar o hacer otras cosas. En mi caso, yo no soy nada feminista, no me gusta y no lo entiendo, sobre todo confío en las personas y me da igual como sean. Que la mujer sea femenina, eso sí que me gusta mucho. Pero tampoco comprendo el machismo, o sea, la idea de que la mujer es supuestamente más débil. Está bien que las mujeres canten y tengan cosas que decir, claro que sí, y si es en el flamenco, pues también. Lo único que veo un poco mal es que ahora canta cualquiera. Como, por lo visto, te pagan por cantar, hay mucho atrevido por ahí. Ojo, que yo también lo soy, pero yo lo he hecho desde chica. Probablemente, sino hubiese sido hija de Lole y Manuel, no hubiese cantado. A lo mejor sí, pero no lo creo. Pero bueno, hay músicos que no tienen esa herencia y lo son, una cosa no tiene nada que ver con la otra. La cuestión es que lo que hagas sea siempre con respeto. Mira como pintar no lo hace todo el mundo, porque es más complicado. Y cantar, cualquiera se mete en un estudio de grabación, porque aunque lo hagas mal, luego se arregla. Hay que ser consecuente con las cosas, porque luego cae todo por su propio peso.
También pasa con los libros. Aunque no se sepa escribir, ahora cualquiera se atreve a hacer uno...
Otro problema es que ahora estamos muy aburridos, muy deprimidos, nos peleamos por tonterías, y tenemos la necesidad de hacer algo, aunque sea mal hecho.
A la guitarra te acompaña Joselito Acedo. ¿Cómo te sientes con él? Es necesario tener una gran sintonía con el músico, ¿no?
Él ha estado en contacto con mi padre desde chico, así que para este proyecto era ideal. Pensar en otra persona hubiese sido imposible, somos amigos desde niños. Venimos todos del mismo barrio. Tiene una personalidad afín a mi padre, con mucho aire. No hubo ninguna duda con la elección.
En esta ocasión, también habéis grabado una pieza de Smash, “El garrotín”, que es muy popular. ¿Qué te explicó tu padre de esos años?
Sobre todo que se lo pasaron muy bien (risas). Yo no había nacido todavía, así que no tengo recuerdos propios sobre aquellos días.
Pero de Las Niñas sí, hacíais funk, pop, rap... Era una propuesta atrevida...
Esa época fue fantástica. Cuando coincido con Vicky Luna salen muchas anécdotas de entonces.
Incluso hicisteis juntas un homenaje a Frank Sinatra.
Era dentro de un ciclo llamado “Divas del flamenco”, lo compartimos con más gente, fue una gran experiencia.
Finalmente me gustaría preguntarte una curiosidad. ¿Qué pensaste cuando Quentin Tarantino eligió la canción “Tu mirá” de Lole y Manuel para una escena y para la banda sonora de “Kill Bill. 2”?
Fue un honor, una gran sorpresa. Fui a verla de estreno al cine, ya que me gusta mucho el cine de Tarantino. No sabía nada, y cuando la oí me quedé perpleja, además quedaba muy bien en esa escena.
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